Guillamón, del Mundial al ostracismo

En el Valencia hay un misterio que llama la atención a la afición. ¿Qué ha sucedido con Hugo Guillamón? El canterano blanquinegro ha pasado en menos de un año de estar convocado por España para el Mundial de Catar a ser prácticamente un descarte en el equipo que han provocado que surjan rumores de una posible salida al Athletic Club. El de l'Eliana —que al haber nacido en San Sebastián cumpliría con la filosofía bilbaína— es una opción para reforzar la defensa de los rojiblancos, pero siempre y cuando sea con una cesión. El Valencia no lo ve con malos ojos, pero exige al Athletic que se haga cargo de la ficha íntegra del jugador para liberar el máximo espacio salarial posible. Pero ese es el presente. Y para entenderlo, hay que echar la vista atrás y rebobinar a finales de 2022.

Guillamón inicia la temporada 2022-23 con Gennaro Gattuso, siendo pieza indiscutible en su centro del campo y jugando a un gran nivel. De hecho, el club le premia con una merecida renovación hasta 2026, aunque con un acuerdo para reducir su cláusula de rescisión a 50 millones de euros. Era su temporada de explosión, de consolidación como ya no sólo un proyecto de futuro sino un futbolista de presente. Además, Luis Enrique empezaba a tenerle en cuenta para sus cábalas y entraba en las convocatorias de la selección española. Es ahí cuando entra en juego el evento que lo cambia todo: el Mundial de Catar.

Guillamón es convocado, para sorpresa de algunos, por delante de otros jugadores con más renombre. Su polivalencia —capaz de jugar de central y de mediocentro— parece encandilar al seleccionador, que confía en él para formar parte de su lista. La realidad es que lo que era un sueño se terminó convirtiendo en pesadilla. No sólo no jugó ni un minuto en toda la competición, sino que algo sucedió en aquella concentración que cambió la forma de ver el fútbol para Guillamón. «Haría cambios en la convocatoria que hice. De la lista de 26 hay uno al que no volvería a llevar», dijo Luis Enrique unos meses después. En Barcelona los focos se pusieron en Ansu Fati o Eric García, pero desde Valencia se intuyó que el señalado fue el blanquinegro.

Su rendimiento, después de la Copa del Mundo, se hundió. Por poner en contexto, antes del Mundial, Guillamón disputa 13 partidos de Liga, siendo titular en 11 de ellos. Una media de casi 71 minutos por partido. Marca un gol —de penalti— y reparte 4 asistencias. Únicamente se pierde una jornada, ante el Elche, por un golpe en la rodilla. Después del Mundial termina jugando únicamente 12 partidos de Liga de los 24 que restaban por disputarse. Sólo fue titular en 8 de ellos, con una media de 59 minutos por partido. Sus números ofensivos desaparecen. Lo único destacable, una tarjeta amarilla. Se queda fuera de la convocatoria en dos ocasiones —ante Athletic y Cádiz—, ambas por decisión técnica. Y es suplente, sin jugar ni un minuto, en 10 partidos. Y todo esto sin problemas físicos de por medio.

En verano fue convocado por España sub-21 —un paso atrás después de ir al Mundial—, pero ni ahí tuvo protagonismo. Fue suplente todos los partidos menos en el último de la fase de grupos, donde España no se jugaba nada y el seleccionador rotó su once titular. Jugó 90 minutos, pero cometió dos errores que llevaron a goles de Ucrania.

Y para colmo, en este inicio de temporada, se ha quedado sin jugar en tres jornadas. «No sucede nada. Está trabajando bien, está entrenando bien y posiblemente tendrá sus momentos y sus posibilidades de participar con el equipo, sin ninguna duda», dijo Baraja. Una respuesta que no terminó de convencer a muchos, que huelen que algo sucede con el chico en el aspecto mental, ya que ha desaparecido por completo.

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