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De un plumazo a Marcelino García Toral se le está desmontado su once habitual, ese que todos los aficionados del Valencia CF pueden recitar de memoria sin mucho temor a equivocarse. El problema es que ese descalabro llega con motivo de las lesiones de futbolistas importantes, percances de cierta consideración y que han cogido a todos por sorpresa. Si Gonçalo Guedes tenía que pasar ayer tarde por el quirófano para ser intervenido con éxito de la fractura que por estrés arrastraba en el quinto metatarsiano de su pie izquierdo (le pusieron un tornillo para dar estabilidad a la zona afectada), la preocupación se amplió hacia Jeison Murillo.
Lo del portugués se sabía nada más terminar el partido contra el Barça que iba para unas cuatro semanas de convalecencia, o sea se despide hasta 2018. La novedad este lunes surgió cuando se fueron conociendo detalles de la lesión de Murillo, aunque el club no quiso dar información al respecto.
Hace hoy justo una semana, y después de caer lesionado en el encuentro contra el Espanyol en Cornellà (dio origen a las protestas de Marcelino y a su posterior expulsión), el parte médico del Valencia navegaba entre la prudencia y la falta de concreción: "No estará disponible para el próximo partido -se refería al choque contra el Barcelona-, debido a un problema relacionado con una pubalgia que requiere de nuevas exploraciones en los próximos días".
La pubalgia dio paso ayer a un problema de algo más enjundia: una hernia inguinal, que en la mayoría de los casos obliga a pasar por el quirófano. Ante eso, el futbolista se desplazó a Munich para ser observado por los especialistas. Allí hay una prestigiosa clínica a cargo de la doctora Muschaweck, que ha intervenido a varios futbolistas que militan en equipos españoles.
El central colombiano escribía a primera hora de la tarde un mensaje algo enigmático pero que conocido el percance reflejaba su estado de ánimo: "Cuando pases por una prueba y te preguntes dónde está Dios, recuerda que el Maestro siempre está en silencio durante el examen. Volveré más fuerte". El Valencia descartó que Murillo fuera ayer intervenido pero no concretó si al final deberá pasar o no por el quirófano, algo que le causaría varias semanas de baja.
Por si no tenía bastante Marcelino con esta descomposición, en defensa todavía se le añadía el problema de Ezequiel Garay. El parte médico oficial del club reflejaba que "presenta una lesión de la musculatura oblicua del abdomen, pendiente de evolución en los próximos días". No jugará el jueves y es duda para la cita del domingo.
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