El idilio de Mestalla con los revulsivos

Sei bella come un gol al 90'!' (Eres hermosa como un gol en el 90) corresponde a una pintada realizada en una pared de alguna ciudad italiana. Sólo hay que seguir el fútbol o simplemente presenciarlo en un estadio cuando esto sucede para comprobar el nivel de euforia o de desolación que provoca. Quizás esa sea la razón por la que los encargados de ocasionar tal tsunami de emociones tengan una conexión tan especial con la grada. Y éstos suelen ser los futbolistas que salen de refresco. Suelen tener la mente y las piernas listas para hayar una solución al embrollo y unas ganas terribles de demostrarle al míster de turno que merecen más que unos minutos en cada partido. De eso Mestalla sabe mucho.

El último es Hugo Duro. Fue tras el doblete que sacudió los cimientos de Mestalla en el último partido de Liga. Para un chaval que exprime los minutos, encuentra tiempo al día para dedicarle a sus estudios de Ingeniería Mecánica que esta temporada cursa en la Universidad Carlos III de Madrid. Si traslada o no el expediente académico a Valencia puede estar en manos del club de Mestalla, que tiene hasta el 31 de mayo para ejercer la opción de compra no obligatoria del futbolista. Cuatro millones tienen la culpa. A Bordalás por cierto no tienen que convencerle. Ese doblete que dejó tras el partido a Simeone solo, sentado en la grada de Mestalla barruntando qué había pasado, le sirvió al futbolista para seguir haciéndose hueco en las portadas. Hugo Duro quiere más. Decía que ni en sus mejores sueños pensaba marcarles a Real Madrid, Sevilla y Atlético, los tres primeros. Pues el próximo domingo, si el técnico alicantino le deja, podrá hacer lo propio ante la Real Sociedad para completar a los cuatro de la zona Champions League.

Espectador de lujo de la trayectoria de Hugo Duro es su compañero Manu Vallejo. Él vivía hace poco más de un año ese idilio con un Mestalla que siempre lo ha tenido en estima y con el gol. En el estreno liguero de la atípica campaña pasada a mitad de septiembre frente al Levante, el futbolista andaluz salió desde el banquillo y anotó dos goles. Aquel partido entre Valencia y los azulgrana terminó 4-2. Con ese doblete, Manu recogía el testigo de Aritz Aduriz. Ningún otro futbolista desde el ariete vaso había marcado un par de tantos desde el banquillo hasta la llegada del ex del Cádiz.

Por aquel entonces, los amantes de las estadísticas se rendían a un futbolista con un rendimiento a la altura de grandes goleadores de la historia como Mundo, Badenes o Villa. «Manu Vallejo es el jugador (que ha jugado más de diez partidos en el Valencia) con el tercer mejor promedio de minutos por gol en toda la historia del club en Primera», analizaba Ciberche, que lo ubicaba por detrás solo de Badenes y de Mundo y por delante de otros como Nelson Valdez o David Villa.

En mayo de 2020, Kevin Gameiro, se alzaba como el revulsivo más efectivo de la última década de las grandes ligas según la página 'StatisKicks'. El ariete francés lideraba la lista al haber anotado 26 tantos en 117 sustituciones, tras él se situaba Álvaro Morata con 23 y 83 recambios. El exvalencianista Paco Alcácer, era quinto con 20 dianas en 81 sustituciones.

Antes, 42 goles había celebrado en el Valencia Santi Mina. Un futbolista que se marchó en julio de 2019 (no era de los que más gustaba a Marcelino precisamente). Estuvo cuatro años en los que conquistó a la afición, trabajó como «una hormiguita» tal y como reconocía el técnico asturiano y de sus botas llegaron goles de esos al filo del minuto final.

En el Valencia logró su primer título el gallego y vivió una relación especial con otro ariete muy querido como Zaza y con Jaume Doménech.

Antes, se había ganado el cariño de la grada un paraguayo que por cierto bendijo el fichaje de Omar Alderete por el Valencia, Nelson Haedo Valdez. No le hizo falta anotar muchos goles al paraguayo para ganarse al público de Mestalla. Jugó 40 partidos allá por 2012 y anotó 9 goles dejando un buen recuerdo en el club blanquinegro. Se especializó en marcar en el minuto 90. Lo hizo incluso en Champions, contra el Bayern, pese a que no evitó la derrota valencianista aunque en Liga sí que lideró remontadas.