Igualdad de fuerzas en la fiesta del fútbol femenino

Nadie ganó sobre el terreno de juego, pero sí en la grada. Mestalla se llenó de color. Era la cuarta vez que el histórico coliseo abría sus puertas para acoger un encuentro de fútbol femenino. Un nuevo espaldarazo. Con los 10.532 aficionados que se congregaron en el estadio, el Valencia cumplió con creces el objetivo de superar los 8.000 espectadores que presenciaron el triunfo del cuadro blanquinegro la temporada pasada. También se mejoró el registro del 22 de abril de 2019, cuando acudieron 9.435. El récord sigue estando en las 17.000 personas que marcaron un hito el 23 de abril de 2017.

Los dos anillos inferiores de Mestalla vibraron en una tarde casi estival. Armonía y sana rivalidad entre aficiones. En el minuto 19, no faltó el cántico de «¡Peter, vete ya!», aunque fue más tímido de lo habitual. La capital del Turia ha disfrutado durante dos jornadas consecutivas de la apertura de sus grandes estadios para el fútbol femenino. Y es que el pasado 31 de marzo, el Ciutat de València acogió el duelo entre el Levante y el Barça con 10.834 espectadores en las gradas.

El Valencia, en plena batalla por la permanencia, llegaba a la cita con la presión que suponían las victorias de dos rivales directos como el Eibar y el Betis. Y el empate significa que el margen con el descenso disminuye a cinco puntos a falta de siete jornadas. El Levante, por su parte, desaprovechó los tropiezos de sus inmediatos perseguidores, ya que el Madrid CFF no pasó del empate en Tenerife y el Atlético perdió en Bilbao. El Athletic se apunta a la pelea por esa cotizada tercera plaza que otorga un billete para la fase previa de la Champions League. De momento, sigue en manos granotas, pero la renta es de un solo punto.

El Levante arrancó el derbi con un juego elaborado, sacando el balón con pausa. Y su principal arma, Alba Redondo, caía a la banda derecha para dejar el ataque a Andonova y Gabi Nunes. El planteamiento de Sánchez Vera sorprendió al Valencia, que se encomendaba a los contragolpes.

Pese al dominio azulgrana, apenas había ocasiones. Hasta que afloró el talento de Alba Redondo a la media hora de juego. Potente arrancada de Leire Baños en la medular y gol antológico de la albaceteña. La atacante deleitó al público con una doble finta a Pauleta dentro del área y un imparable disparo cruzado. El esférico impactó en el palo largo antes de entrar en las mallas.

Pero ese desequilibrio en el marcador tenía los minutos contados. Exactamente, tres. Anita Marcos firmó la reacción y restableció las tablas. Era el primer acercamiento del Valencia con cierto peligro. Asun envió desde la banda izquierda un centro que fue despejado de forma defectuosa por Silvia Lloris. Y ahí estaba la ariete sevillana con la caña preparada para superar a Tarazona y poner el 1-1. A partir de ahí, las de Jesús Oliva se soltaron y comenzaron a ganar presencia en terreno granota.

Sánchez Vera aprovechó el paso por vestuarios para retirar del equipo a una renqueante Andonova. La jugadora macedonia, con molestias en el tobillo, se quedaba fuera de combate. Sensible baja. En su lugar entró la prometedora Érika González.

Los problemas físicos también mermaron al Valencia. Asun se retiró a falta de media hora con una fuerte contusión en el tobillo a causa de una dura entrada de Silvia Lloris. Ivonne Chacón tomó el relevo dispuesta a convertirse en un quebradero de cabeza para la zaga granota. La descomunal potencia de la colombiano generó espacios.

El duelo estaba más abierto que nunca y el Valencia llegaba al área rival con mayor claridad. El Levante trenzaba vistosas combinaciones en el centro del campo, sobre todo por medio de la calidad de Paula Fernández, mientras que las blanquinegras se mostraban incisivas. Mucho cuerpo a cuerpo. Marina Martí y la recién entrada Marta Carro lo intentaron en la recta final, pero el botín del derbi se repartió.