Gennaro Gattuso es un entrenador con carácter. Ya lo demostró en su etapa como jugador y lo ha continuado evidenciando desde que es entrenador. Prueba de ello son las declaraciones públicas que ha hecho en rueda de prensa, donde no le ha temblado el pulso a la hora de criticar a sus jugadores cuando ha habido cosas que no le han gustado.
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Una de sus ruedas de prensa más dura con sus propios futbolistas se produjo cuando estaba al frente del Nápoles. Fue tras una derrota como local ante la Fiorentina por 0-2: «Para mí es difícil explicar lo que ha sucedido. Es difícil venir aquí. Mi premisa es que la primera responsabilidad es mía, porque ha sido un partido muy pobre, y puedo aceptar que mi equipo juegue mal, pero no puedo aceptar que un equipo de Gattuso no tenga un poco de orgullo. Que no tenga garra, que sistemáticamente haya sido arrasado por el adversario».
El discurso aquel día fue más allá: «No hemos dado patadas, casi no nos sacaron amarillas porque ni siquiera hemos llegado a ello. La decepción es muy grande. Esto no ha sido algo bonito de ver, ha sido un partido vergonzoso. No solo merecíamos abucheos, sino que nos arrojaran tomates. Esta es la verdad y espero que no tenga que volver a ver un rendimiento como este. Hablaré con la plantilla, les quiero ver cara a cara».
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Esa misma temporada, antes de enfrentarse en Champions ante el Barcelona, cayó derrotado ante el Inter de Milan y los jugadores volvieron a ser el blanco de su crítica: «Lo que no me gusta de mi equipo últimamente es es que los delanteros juegan como defensas, los defensas como delanteros y los medios como los otros dos».
Durante su etapa en Grecia, en el O.F.I Creta, «Yo soy el conductor del barco y no lo abandono. A veces se gana y se pierde pero mi trabajo y mis jugadores no se tocan. Lo que escriben en los diarios es pura mierda. No somos un equipo como Madrid o Barcelona, somos pequeños con problemas pero quiero que mis jugadores jueguen con corazón y pelotas», expresó, sin que quedara ahí la cosa: «Quité a dos jugadores porque no respetaron las reglas. Yo no terminé el colegio, no me dieron un diploma por maestro. Lo tengo para ser entrenador, a veces es bueno y otras una mierda».
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Más allá de sus palabras, también ha tenido actitudes cuestionables como agredir con un golpe en la cara a un miembro de su cuerpo técnico. Como futbolista demostró durante toda su carrera mucho carácter, teniendo gran cantidad de rifirrafes con otros futbolistas. Una personalidad fuerte, que pese a que llega a Valencia siendo un técnico elegido directamente por Lim a través de Mendes, bien se podría volver en su contra en el futuro.
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