La interminable pesadilla de André Gomes

El centrocampista luso logró ser una de las revelaciones de LaLiga. Un jugador diferente, un talento que destacaba por su buen toque de balón y sus espectaculares arrancadas, que le permitían recorrer metros y metros dejando atrás a los rivales. Probablemente, muchos recuerden el gol que marcó en Mestalla ante el Atlético de Madrid en un encuentro donde el Valencia noqueó al equipo colchonero con tres goles en apenas 13 minutos. El fútbol de André Gomes fue excepcional durante la primera parte del curso, aunque se fue apagando durante la segunda vuelta. En la penúltima jornada se lesionó en el cuádriceps de su pierna izquierda y ya tuvo que arrancar la siguiente campaña sin realizar la habitual pretemporada.

Pese a que su nivel durante la 2015-16 fue inferior, la calidad que había demostrado y el gran futuro que tenía por delante hicieron que el Barcelona lo fichara por 35 millones fijos más alrededor de 20 en variables. Algunas de las condiciones para que el Valencia recibiera más dinero eran prácticamente irreales, como que el jugador ganara el Balón de Oro. Gomes llegaba después de ser campeón de Europa con Portugal, una selección a la que no acude desde 2018.

En el FC Barcelona nunca ofreció el rendimiento esperado y finalmente se marchó cedido al Everton en 2018. Un año después, el club inglés lo adquirió en propiedad por 25 millones de euros más variables. El luso comenzaba a renacer en Goodison Park... hasta que comenzó su infierno con las lesiones. Fue solo el inicio de una pesadilla que sigue arrastrando.

El mismo año en el que el Everton le compró, sufrió una fractura en el tobillo tras una acción fortuita con Son que le tuvo apartado de los terrenos de juego durante varios meses. La imagen del mediocentro retorciéndose de dolor dio la vuelta al mundo. Volvió a finales de marzo y finalizó la liga como titular. La 20-21 transcurrió sin grandes problemas físicos y con el portugués disputando 1.569 minutos en Premier bajo el mando de Ancelotti.

Pero llegó la siguiente temporada y regresaron los problemas. Una nueva lesión, esta vez en la pantorrilla, le obligó a estar fuera dos meses. Su vuelta fue a un ritmo diferente al habitual y Frank Lampard no apostó por él, relegándolo al banquillo y la grada.

Por ello, se decidió que lo mejor era una cesión, y allí apareció el Lille, donde estuvo en la 22-23, recuperando sensaciones y minutos en la Ligue 1. Sin embargo, el préstamo no se prolongó y André tuvo que hacer las maletas de nuevo para Liverpool. Hizo la pretemporada con los 'toffees', jugó algún amistoso e incluso fue convocado para la primera jornada, pero todo se volvió a torcer.

De sentarse en el banquillo en el estreno en Premier ante el Fulham (12 de agosto de 2023) pasó a no ser convocado en lo que llevamos de campeonato. Su entrenador, Sean Dyche, explicó hace unas semanas que el jugador únicamente ha podido entrenar y no competir por culpa de una lesión en el gemelo: «No puedo ponerle una fecha, ha sido muy frustrante para él porque regresó con nosotros y realmente quería activarse, quería involucrarse y ver hasta dónde le llevaba... y simplemente no ha estado en plena forma».

Todo ello provocó que no disputara un partido oficial desde el pasado 20 de mayo con el Lille, hasta que el 4 de diciembre pudo ponerse de nuevo la camiseta del Everton... pero sub 21. Con el filial ha jugado 62 y 45 minutos en dos encuentros para comprobar si puede ir cogiendo ritmo competitivo.

Habrá que ver si le termina sirviendo para entrar en la dinámica del primer equipo, un Everton que ha tenido que hacer frente a una dura sanción de 10 puntos en Premier League y que aún así ha logrado ser 16º clasificado por el momento, siete puntos por encima del descenso. André sueña con volver a sentirse profesional.