La Intertoto, un torneo de terraza de verano

Se cumplen 25 años del debut del Valencia en la Copa Intertoto, un torneo estival que proporcionaba la posibilidad de disputar la Copa de la UEFA al ganador. El verano de 1998 transformó Mestalla en una especie de terraza de verano que enraizaba con la tradición ancestral de décadas atrás: noches de fútbol. Una afición amable y entusiasta acompañó al equipo que cumplió su objetivo vestido de naranja para la ocasión. Por añadidura, se estaba gestando un proyecto arrebatador que iba a proporcionar grandes alegrías en el siguiente ejercicio. Con Ranieri a los mandos, después de una segunda vuelta liguera formidable que ofreció los primeros destellos de lo que estaba por venir, y la llegada de varios fichajes rentables, se consolidaban los cimientos del proyecto.

El Valencia desperdició los dos últimos partidos de campeonato 97-98 para entrar en Europa directamente y sin necesidad de acudir a la repesca de la Intertoto. Después de haber protagonizado triunfos memorables en el Camp Nou, Bernabéu, San Mamés y Riazor, además de una exhibición en casa ante el Atlético de Madrid se perdió el tren de Europa. No es menos cierto que esos resultados se alternaron con algunas derrotas inexplicables como el 6-0 de Salamanca y el 4-1 de La Romareda. En la penúltima jornada, cierre en casa de la Liga, el Sporting de Gijón, que llevaba descendido varias semanas, arrancó un empate a dos en la despedida de Fernando y Zubizarreta. Los goles del «Piojo» López y de la «Cobra» Ilie, no evitaron la decepción. El argentino vio la roja en la segunda mitad y no pudo jugar en el último partido, ante el Tenerife en el feudo canario.

En el Heliodoro Rodríguez los valencianistas cayeron por 3-2, con el último gol de Fernando y otro de Adrian Ilie, y tras ir dos veces por delante en el marcador. El Valencia acabó en la novena plaza y se inscribió en un torneo que arrancó a mediados de julio, apenas acabado el Mundial de Francia. Algunos de los jugadores que lo disputaron, decidieron acortar sus vacaciones para ayudar al club a meterse en un torneo continental. Fue el caso de Santi Cañizares, fichado ese mismo verano, o el del rumano Ilie y el argentino Claudio López. La primera eliminatoria emparejó a los de Mestalla con un conjunto ruso: el Shinnik de Yaroslav. La eliminatoria quedó resuelta en Valencia con la goleada por 4-1 pese a quedarse con un hombre menos antes de la media hora. El francés Roche, tres minutos después de marcar el segundo tanto, fue expulsado. Los visitantes también vieron una tarjeta roja cuando faltaban diez minutos para la conclusión. El duelo de vuelta se disputó sobre un campo impracticable, lo más parecido a una piscina. Faena de aliño. Los rusos vencieron por 1-0 y los valencianistas apenas pasaron apuros.

El segundo rival fue el RCD Espanyol, que optó por competir con un equipo de gente de la casa con enorme proyección cómo se demostró con el paso del tiempo y que dio más guerra de lo previsto. Jugadores de la talla de Capdevila, Tamudo, De Lucas o Sergio, plantaron cara a un Valencia con mayor oficio que venció en ambos partidos sin recibir un gol: 0-1 en Montjuic y 2-0 en Mestalla. A renglón seguido, llegó la final, el cruce definitivo, ante el Salzburgo, resuelto con otro doble triunfo. En Austria por 0-2 con un golazo del sueco Schwarz-otra de las incorporaciones de aquel momento- y otro de Angulo. Un ambiente festivo envolvió el duelo de vuelta en el que se registró un triunfo por la mínima: 2-1, con tantos de Lucarelli y Roche. El ariete italiano que se estrenó como goleador era otra de las apuestas de cara a un nuevo ejercicio en el que se tenían depositadas grandes esperanzas.

El Valencia disputó a continuación dos rondas en la Copa de la UEFA y cayó eliminado sin perder ninguno de los cuatro partidos disputados ante sendos rivales de renombre. Hubo doble triunfo ante el Steaua de Bucarest y doble empate con el Liverpool. El valor doble de los goles fuera de casa clasificó a los de Anfield. Sin embargo, el conjunto adiestrado por Ranieri acabó cuarto y entró por vez primera en la Liga de Campeones para protagonizar una campaña extraordinaria y alcanzar la final. En la Copa del Rey del 99, los valencianistas conquistaron el título con autoridad y una exhibición arrolladora ante el Atlético tras vapulear al Real Madrid en las semifinales y doblegar en los cuartos al Barcelona con sendos triunfos antológicos.

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