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paco lloret
Sábado, 7 de marzo 2020, 01:18
Sucedió hace ya 40 años. El Valencia disputó la temporada 79-80 sin conocer la derrota como local. A los 17 partidos de la Liga se sumaron uno de Copa y 4 más de la Recopa. En ninguno de estos tres frentes competitivos, se sufrió una derrota en Mestalla. Desde aquel lejano ejercicio, no se ha vuelto a igualar el registro. En la presente campaña, los valencianistas se mantienen invictos en su feudo a lo largo del torneo liguero. Tan sólo el Ajax ha sido capaz de vencer en Mestalla en partido correspondiente a la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Por aquella época, finales de los setenta y principios de los ochenta, Mestalla solía ser un fortín. En el ejercicio anterior, y en los dos siguientes al citado, el Valencia sólo perdió tres partidos como anfitrión, ante el Real Madrid en la Liga 78-79, frente al Hércules en la temporada 80-81–con el atenuante de la ausencia por lesión de Kempes– y ante la Real Sociedad –campeón de Liga vigente y futuro– en la 81-82. En definitiva, tres derrotas ligueras en 68 encuentros, a los que se añaden diez compromisos en diferentes torneos continentales, incluyendo la final de la Supercopa jugada en diciembre de 1980, en los que tampoco se sufrió ninguna derrota. La condición de invicto también se mantuvo en la Copa del Rey con 9 partidos celebrados en Mestalla durante ese período. En total: se acumulan 87 partidos de carácter oficial distribuidos entre cuatro ejercicios.
La temporada 79-80 supuso el regreso al banquillo de Alfredo di Stéfano después de haber dirigido al Valencia de forma exitosa durante cuatro temporadas, un ciclo que se inició de la mejor manera posible. El técnico hispano-argentino se hizo cargo de una plantilla que venía de conquistar la Copa del Rey bajo la batuta de Pasieguito. El arranque del ejercicio no fue positivo: el primer partido en casa, ante la UD Salamanca, acabó con empate a dos y ambiente de decepción. Para más inri, el 'Lobo' Diarte, que se había ido del Valencia a la conclusión de la campaña anterior, marcó el gol del empate a uno después del tanto de Kempes que abrió el marcador. Los salmantinos volvieron a adelantarse antes del descanso y el gol providencial de Rainer Bonhof a cinco minutos del final evitó la derrota. El panorama no mejoró en el siguiente compromiso como local: empate a cero con el Hércules.
En la tercera cita como anfitrión llegó el primer triunfo de la campaña, porque en desplazamiento tampoco se había cantado victoria. Un meritorio empate sin goles en la complicada visita a la Real Sociedad constituía el mejor resultado lejos de casa. Frente al Burgos, los valencianistas vencieron por 3-1 y, con doblete de Saura y la habitual aportación realizadora de Kempes. A partir de ese día, los hombres de Di Stéfano experimentan una sensible mejoría que coincide en el tiempo con la célebre noche de Ibrox Park, cuando se supera al Glasgow Rangers en la Recopa con una épica actuación. Dos partidos ligueros consecutivos en Mestalla concluyen con sendas goleadas: 4-0 ante la UD Las Palmas y 5-1 frente al RCD Espanyol en tardes apoteósicas. Sin duda, es la confirmación de la mejoría que también va unida al triunfo por 0-1 en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid.
El factor local proporciona una dosis ilimitada de confianza al equipo y a la afición. Incluso, en algunas actuaciones desacertadas que también las hubo, cuando los rivales encaraban la recta final de los encuentros con ventaja, el Valencia era capaz de salvar los muebles gracias a goles en los instantes finales. Ante el Almería, debutante aquella temporada en Primera, o ante un formidable Betis, los valencianistas se libran de la derrota in extremis. En ambos encuentros ejerce de goleador un delantero paraguayo: Orlando Giménez, que había llegado esa temporada desde el Racing de Santander. Sus goles providenciales le condenaron a ejercer el papel de suplente salvador que aparecía en las segundas partes cuando el panorama se había complicado.
Ante el Rayo Vallecano con Fernando Morena en sus filas, o el Sevilla de Bertoni, tocó remontar para conseguir el triunfo por 2-1. El Valencia jugaba mejor o peor, era brillante o apelaba a la épica, pero lograba esquivar las derrotas ante su afición. Hubo triunfos memorables, en Europa destacan las actuaciones ante el Barça y el Nantes, cuatro goles valencianistas en cada una de las citas, y en la Liga frente el Real Madrid. El triunfo se quedó en 2-0 pero pudo haber sido mucho más amplio. La temporada se cerró en Mestalla con el partido ante el Real Zaragoza, cuatro días antes de la final de la Recopa en el estadio de Heyssel. Aquella noche, el Valencia se impuso por 3-0 al club de La Romareda en el que se alineaban Valdano, Pichi Alonso, Víctor, y Antic entre otros. La ovación más grande de aquella noche fue para Juan Cruz Sol que volvió a jugar con el Valencia después de su salida del club cinco años antes y tras haber completado un ciclo de diez temporadas. Pese a proclamarse campeón de la Recopa, el Valencia decidió prescindir de Di Stéfano a la conclusión del ejercicio.
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