Urgente La Primitiva de este lunes deja tres premios de 35.758,38 euros
Los jugadores del Valencia se abrazan tras el gol de Guedes ante Osasuna EFE

Inyección de felicidad en el nuevo Valencia de Bordalás

Trabajo duro y recompensa. El técnico exige el máximo y sus futbolistas responden en el campo mostrando una sintonía que viene acompañada de resultados positivos

MARC ESCRIBANO

Valencia

Lunes, 13 de septiembre 2021, 19:07

Todo buen ejército necesita de su general. El Valencia estaba huérfano de liderazgo después de dos intentos fallidos con Albert Celades y Javi Gracia. La ... sombra alargada de Marcelino seguía sobrevolando Mestalla hasta la llegada de José Bordalás. El técnico ha conseguido instaurar en la plantilla valencianista una felicidad rebosante. Las caras de los jugadores lo dicen todo. El buen ambiente del vestuario se ve reflejado en el terreno de juego y en el rendimiento de los chicos. Además, Bordalás se asegura de instaurar el buen rollo. Lo vimos en los entrenamientos en Paterna, donde repartía abrazos a todos sus jugadores, y en Pamplona, donde después de cada gol chocó la mano a todos y cada uno de los integrantes del banquillo. El secreto está en quién lleva las riendas.

Publicidad

Al fin y al cabo, el núcleo de la plantilla es el mismo que el de la temporada pasada. Solamente Giorgi Mamardashvili y Omar Alderete son novedades en el once de gala valencianista. Las llegadas de Marcos André, Dimitri Foulquier, Hélder Costa y Hugo Duro tenían el objetivo de apuntalar un banquillo que estaba desierto como ya se demostró en el partido de Granada, donde apenas se utilizó suplentes revulsivos. Jugadores como Manu Vallejo, Jason o Uroš Račić han bajado un escalón en la jerarquía de la plantilla y se quedaron sin minutos en la visita a El Sadar. La recuperación de Yunus Musah y la transformación de Hugo Guillamón al centro del campo parecen contentar al técnico alicantino que tiene claro su medular titular y suplente, aunque sigue deseando a Mauro Arambarri.

Si el objetivo de este Valencia es Europa o no habrá que verlo. Bordalás pidió calma. «No hay que caer en la euforia, queda muchísimo camino», declaró en rueda de prensa. El calendario aprieta y los próximos compromisos de Real Madrid, Sevilla —en jornada intersemanal— y Athletic Club pondrán a prueba a este equipo.

Ha vuelto el mejor Guedes

Otra cosa parece clara tras cuatro jornadas es que Gonçalo Guedes va a jugar arriba siempre. Porque es que tiene que jugar arriba. El nuevo Guedes nos recuerda a aquel esbelto portugués que revolucionó Mestalla con sus carreras por la banda izquierda. Ni con las sustituciones forzadas de Cheryshev y Gayà decidió mover al luso a la banda. Bordalás prefirió primero utilizar a Foulquier, y luego a Hugo Duro en el costado, porque alejar a Guedes del área es echarlo a perder. Ahora, con más libertad moviéndose entre líneas por detrás de Maxi Gómez, con el uruguayo fijando a los centrales rivales, Guedes tiene más movilidad para hacer lo que quiera. Lo vimos ante Osasuna. En el segundo gol —que finalmente fue dado como en propia de Aridane— Guedes partió escorado a la banda izquierda irrumpiendo como una moto en diagonal hacia el área. En el tercer gol, que esta vez sí fue suyo completamente, vimos a Guedes arrancar desde la banda derecha, encarando a la defensa que retrocedía sin saber que hacer. Le dieron espacio y no se lo pensó. El portugués se ha convertido en un jugador mucho más efectivo y resolutivo. Atrás queda ese Guedes que se pasaba más tiempo rodando por el suelo tras recibir faltas que corriendo. Y todo gracias a Bordalás, que le ha mostrado su confianza y le ha convencido de que puede ser muy grande en el Valencia. El chico se quería ir y se quedó, y por ahora, no debería estar arrepentido. Sus actuaciones le han vuelto a permitir hacerse hueco en la selección de Portugal donde la competencia no es moco de pavo.

Publicidad

La evolución de Carlos Soler

Carlos Soler es otro de esos jugadores que ha evolucionado con el nuevo entrenador. Aunque en la pizarra parte desde la banda derecha, el valenciano tiene total libertad de movimientos. Ante Osasuna volvió a dar dos asistencias que demuestran su crecimiento como futbolista completo. Una internada por la banda terminó con un dañino centro a media altura que iba teledirigido a Maxi Gómez, al que el uruguayo solo tuvo que acomodar el cuerpo, poner el pie y empujar el balón a la red, reencontrándose por fin con el gol. El trabajo del charrúa es simple, fijar a los centrales y rematar todo lo que le llegue. Por eso pese a haber llegado tarde, con un vuelo transoceánico y solo un entrenamiento, fue titular ante Osasuna.

Volviendo a Carlos Soler, en la segunda mitad botó un córner bombeado que encontró la cabeza de Alderete libre de marca, demostrando que este Valencia de Bordalás también trabaja las jugadas a balón parado. Y es que el paraguayo ya lo demostró en la pretemporada marcando ante Cartagena y Levante. El central tiene poderío aéreo y le volveremos a ver seguramente anotar algún cabezazo más. Las piezas del puzzle de Bordalás encajan.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad