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No hay demasiada germanor en el derbi de la Comunitat entre el Valencia y el Villarreal, más bien una rivalidad irreconciliable. Así quedó demostrado en ... el minuto 19, donde ya ha quedado institucionalizada las protesta de la afición valencianista contra Peter Lim. Y en más de una ocasión, en los desplazamientos blanquinegros, incluso la hinchada local se ha unido a los visitantes en ese cántico contra el magnate de Singapur.
No fue así este sábado en La Cerámica. Allí la afición desplazada a Vila-real, conforme el marcador alcanzó el minuto 19 del derbi, empezó a cantar el ya conocido «Peter vete ya». Pero esta vez no halló la complicidad por parte de la afición del Villarreal, ni siquiera la indiferencia, más bien todo lo contrario. La grada de animación del conjunto amarillo empezó a cantar, con la misma melodía y con tono irónico, el «Peter quédate».
Ambos cánticos rivalizaron a lo largo de los 60 segundos que duró ese minuto 19. No fue el único cántico divertido que le dedicó la afición del submarino al Valencia. Desde los prolegómenos del encuentro también se había escuchado algún cántico de la afición local como el «¡A Segunda, oé!». De hecho, antes del pitido inicial y como parte de una iniciativa de LaLiga contra el racismo y la xenofobia, una niña leyó un discurso contra el odio rodeada de ambos equipos. Al finalizar sus palabras, y tras unos tímidos aplausos, se escuchó un cántico de «Puta Valencia, puta Valencia». Vamos, que no tuvo mucho efecto la iniciativa de LaLiga, aunque como siempre, fueron unos pocos tontos que empañan la imagen del resto de una afición ejemplar.
De hecho, en esa tónica de guasa y regocijo humorístico, la afición grogueta entonó un cántico que tenía como objetivo crítico a sus dos principales rivales históricos. «El año que viene, Valencia-Castellón», implicando en ese mensaje que el conjunto blanquinegro acabará descendiendo a Segunda División, donde se enfrentaría con el otro gran rival provincial del Villarreal, el equipo orellut, que eso sí, debería primero terminar de sellar su permanencia en la categoría de plata del fútbol español.
Y es que el derbi entre Villarreal y Valencia, aunque tiene una evidente rivalidad regional, se lleva con buen rollo incluso en las gradas. A lo largo y ancho de los asientos de La Ceràmica se podía observar diversos grupos de valencianistas infiltrados entre los seguidores locales, que convivían en aparente armonía hasta que aparecía en el partido una jugada polémica, lo que provocaba las típicas discusiones. Bufandas y camisetas del murciélago blanquinegro daban un toque de color diferente al dominante amarillo de los locales. Tanto antes del inicio del encuentro como en el postpartido, numerosos aficionados de ambos equipos compartían impresiones y discutían, por ejemplo, sobre el segundo gol anulado al Villarreal por fuera de juego, con la habitual guasa de una rivalidad que, por suerte para la Comunitat Valencia, tiene un buen rollo que una vez finaliza lo puramente deportivo, permite a dos aficiones con objetivos completamente diferente, convivir con normalidad. Y es que la realidad ha cambiado mucho, con el Villarreal luchando por entrar en Champions y el Valencia peleando por no descender. Y ni con esas, y la tensión evidente que viven en ambos bandos, se ha llegado a escalar el mal rollo entre aficiones valencianas.
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