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Javi Fuego, en un partido con el Sporting de Gijón. damián arienza
Javi Fuego: «Los futbolistas compiten peor ahora»

Javi Fuego: «Los futbolistas compiten peor ahora»

silencio, trabajo y suerte ·

El asturiano repasa sus casi 20 años de profesional y su paso por el Valencia, el Levante y el Villarreal: «Cuando viajabas fuera de España, siempre había aficionados ches, era otra dimensión»

cayetano ros

Viernes, 23 de abril 2021

- ¿La Superliga es un atentando contra la esencia del fútbol?

- Comparto la postura de Guardiola: no entiendo el deporte sin premios. Va contra la esencia del fútbol, que los modestos puedan imponerse a los grandes. Los futbolistas tenemos mucho que decir.

- ¿Por qué los jóvenes ya no ven partidos completos?

- Es un cambio social derivado de la tecnología que no solo afecta al fútbol. Les interesan otras cosas. Los niños ya no ven partidos completos, pero tampoco películas.

- ¿Cómo fue su primer equipo: el Club Deportivo Romanón?

- Antes recuerdo jugar en todas partes con mi padre y mi hermano: 40 niños de distintas edades jugando a la vez en una pista con un solo balón. Era fútbol puro, en esencia, y después entré, con seis años y ficha falsificada, en el Romanón. A los nueve años, el Sporting y el Oviedo se fijaron en mí y decidí ir a Mareo. Una decisión compleja; mis padres, maestros de escuela los dos, no había vivido nada del entorno del fútbol. Ahora me doy cuenta de su enorme esfuerzo y sacrificio. Mareo fue una escuela personal y deportiva, pero quizá ahora dejaría a mis hijos (Alba, de seis años, Javi, de cuatro, y Carlos, de dos) más tiempo en el equipo del pueblo.

- Los niños de ahora juegan menos en las calles.

- Sí, nosotros jugábamos al escondite, a las chapas y al fútbol. Mi primera relación con la tecnología llegó con una Nintendo a los 13 años. Ahora, les llega mucho antes: los niños juegan menos que nosotros fuera de casa, aunque en Asturias, respecto a otras comunidades, sigan saliendo.

- ¿Cómo es que fichó por el Levante?

- Yo era el guaje más feliz del mundo de jugar cada 15 días en el Molinón, pero el club tuvo necesidades económicas y llegó una oferta del Levante (875.000 euros). Tenía 23 años y ya 117 partidos en el Sporting. Fue un año desastroso en lo institucional, con Pedro Villarroel, porque en octubre ya dejamos de cobrar, sin explicaciones. Primero con Abel Resino en el banquillo y después con De Biasi. Mejoramos pero no lo suficiente para evitar el descenso. Estaba Rubiales, que ya se estaba preparando para ser dirigente de la AFE. Y Savio Bortolini, que se fue a Brasil en enero y no volvió. Hicimos muchos amigos porque las adversidades te unen.

- ¿Y cuándo se va del Levante?

- A la pretemporada siguiente, ya en Segunda, ni entrenábamos ni había nada hasta que entró Quico Catalán, gran salvador de la historia moderna del Levante. Llegó Luis García, pero yo ya tenía un acuerdo con el Recreativo de Huelva. Allí sufrimos otro descenso inesperado, primero con Zambrano y después con Lucas Alcaraz. Otra vez con problemas de impagos.

- ¿Le perseguía la ley concursal?

- Sí, porque me fui al Rayo y otra vez entró en concurso de acreedores. Y antes en el Sporting. La ley concursal fue una escapatoria para tramposos para reducir la deuda a cualquier precio.

- ¿Se desanimó?

- Sí, estuve muy desanimado después del Recre. Venía de dos descensos y muchos impagos. Tenía una oferta del Aris de Salónica, me había despedido ya de mis amigos, pero, cuando volví a casa, tenía una carta de mi padre en el salón de casa. La leí y me convenció de que no debía acobardarme ni huir porque yo no había hecho nada malo. Al día siguiente me fui al Rayo.

- ¿Qué se encuentra en el Rayo?

- Con el último año de los Ruiz Mateos, con quienes se cobraba tarde, mal o nunca, pero con un gran vestuario y un entrenador, José Ramón Sandoval, que nos hizo disfrutar. Recuerdo que Ruiz Mateos nos reunió en febrero en su casa y nos dijo que se había acabado todo, que solo cobraríamos si subíamos a Primera. Ascendimos con Coque, Trejo, Movilla, Aganzo, Lucas Pérez... me sé la alineación de memoria. El Rayo me devolvió la ilusión, quedé máximo recuperador de balones de la Liga y salí nominado al mejor mediocentro defensivo junto a Illarramendi y Busquets, un espaldarazo definitivo.

- Eso le abre las puertas del Valencia.

- Llegué libre, con 29 años. Braulio Vázquez me estaba siguiendo, una de las mejores noticias de mi vida. Firmé en enero y después llegaron mejores ofertas económicas del Swansea y el Bremen. Pero el Valencia era otra dimensión.

- ¿Por qué?

- Cuando viajabas fuera de España, y la primera pretemporada fue en Nueva York y Miami, siempre había aficionados ches, lo que da a entender de qué club se trata. El Valencia me confirmó como futbolista. Lo disfruté muchísimo, mis mejores años, aunque también lo pasé mal en algún momento, como cuando empatamos con el Swansea en la Liga Europa, expulsaron a Rami, y tuvimos que esperar en el estadio porque la afición estaba muy enfadada. Ya en el primer año de Nuno, la afición nos llevó en volandas, solo perdimos un partido en Mestalla. València tiene una calidad de vida tremenda sin el agobio de Madrid o Barcelona. He vivido allí seis años, entre el Valencia, el Levante y el Villarreal.

- ¿Qué amigos dejó?

- Muchos: Parejo, Piatti, Diego Alves, Canales, Rodrigo, Paco Alcácer, Gayà, Jaume, André Gomes... llegué a ser capitán... y esa foto es una de las preferidas de mi carrera.

- ¿Cómo vivió la llegada de Peter Lim?

- El primer momento fue ilusionante, porque venía a devolver la grandeza al Valencia, acabar el estadio y desarrollar un proyecto económico. Estábamos expectantes. Aterrizó Nuno y se hizo un equipo muy potente que nos llevó a la Champions: llegaron André Gomes, Otamendi, Mustafi, Cancelo, Rodrigo... Pero al siguiente año se fueron piezas importantes, vinieron Gary Neville y Ayestaran, y el equipo se debilitó en exceso.

- En 2016 usted viajó a Singapur a conocer el entorno de Lim. De quienes estuvieron allí, se fueron yendo casi todos: Santi Mina, Ryan, Lay Hoon, García Pitarch, Ayestaran, Vidagany, usted... Solo queda Jaume.

- Fue un viaje agradable, nos trataron muy bien, vimos sus costumbres y la vida de Peter Lim, sus orígenes y cómo había creado su imperio desde la nada, un hombre hecho a sí mismo. Pero mi salida del Valencia no tuvo nada que ver con Lim. Fue porque Suso García Pitarch no contaba conmigo y acepté una oferta del Espanyol.

- ¿Le da pena lo que está pasando?

- Sí, desde fuera me da pena porque hay una brecha social entre la afición y el propietario. Como aficionado, me supo mal que se fuera al traste el proyecto de Mateu y Marcelino: el club había tomado un rumbo.

- ¿Lamenta no haber compartido con Marcelino esos dos años?

- Sí, ya me entrenó en el filial del Sporting, en su primera experiencia, y se veía lo capacitado que estaba. Desde fuera, la Copa la viví con envidia sana: ¿qué habrán sentido los jugadores al ganar un título con el Valencia, con esa afición tan apasionada? Nosotros lo vivimos en parte al clasificarnos para la Champions y después al pasar la fase previa contra el Mónaco.

- ¿Qué relación tuvo con Lay Hoon Chan?

- Muy respetuosa, nos trajo mucho cariño a los jugadores sobre todo en el viaje a Singapur. Hasta entonces no contaba nada de su vida personal, pero allí sí lo hizo. Una mujer muy preparada en estudios, pero no tanto para entender el mundo del fútbol.

- ¿Por qué los asturianos triunfan en el Valencia?

- Algo debe haber porque ha habido muchos muy queridos en València: Carrete, Eloy, Angulo, Villa, Mata... habría que estudiarlo.

- ¿Cómo ha evolucionado su juego?

- Con el Sporting yo era un mediocampista 'box to box'. En el Rayo, porque Movilla y Trejo eran más talentosos, cambio el chip y logro disfrutar desde la defensa, mejorar tácticamente, hablando y mandando bastante. Y cuanto menos se hablara fuera del campo de mí, mejor, más contento de que Parejo y André Gomes salieran en las portadas.

- ¿Qué pensó cuando Gomes confesó que había sufrido una depresión en el Barça?

- Pensé que desde la base debería trabajarse mucho el aspecto psicológico: un niño pasa de jugar ante 50 personas a hacerlo ante 10.000. A veces la crítica es feroz y los chicos no están preparados si no cubren las expectativas. A André le tengo mucho aprecio, es espectacular humana e intelectualmente, y si una persona tan preparada lo pasa tan mal...

- ¿Qué aporta a su edad en el Sporting?

- Estoy participando mucho, espero estar devolviendo todo lo que el Sporting me ha dado, dando importancia a la humildad, a la honradez, a entrenar al 200%, a ayudar a los jóvenes a coger esos valores. Durante todos los días de mi carrera he dado el máximo y he mejorado en cada día.

- ¿Qué jugador será Manu García?

- Es el mayor fichaje de la historia del Sporting, después de repescarlo del Manchester City, tiene mucha presión. Es un gran talento, ve el fútbol muy fácil y estará muchos años en Primera.

- ¿Quién ha sido el compañero de más talento?

- Muchos, Parejo, Trejo, Movilla, Michu, Diego Costa, Granero, Rodri, Bruno Soriano, Gerard Moreno...

- ¿Le ha sorprendido Gerard?

- Nada, en el Espanyol ya tenía una incidencia brutal en el juego del equipo y me extrañaba que no lo llamara la selección. Volví a coincidir con él en el Villarreal y es una de las mejores personas que he conocido en el fútbol: humilde, honrado y trabajador. A veces el fútbol te devuelve lo que le das.

- ¿Cómo le fue en el Villarreal?

- Llegué en enero para cubrir la lesión de Bruno. Tuve todas las lesiones que no había tenido en mi carrera. Primero en el tobillo, después en la rodilla por dos bacterias del aparato respiratorio que afectaron a mis articulaciones, una cosa muy rara. Pero no me sentí abandonado sino querido. Me encontré con un club muy potente con unas infraestructuras espectaculares. Tremendo mérito de la familia Roig.

- ¿Se puede ser buen jugador y buena persona?

- Claro, va mucho con lo que viví de pequeño gracias a mis padres, soy competitivo al 100%, lucho por un objetivo con todas mis fuerzas, y no hay que pisar a nadie ni ser un maleducado.

- ¿Qué hará cuando se retire?

- Me sacaré el título de entrenador y de director deportivo, pero sin prisas. Quiero conocer bien Los Picos de Europa y disfrutar de otras cosas antes de eso.

Ficha

  • Nombre: Javier Fuego Martínez.

  • Edad: 37 años.

  • Nacimiento: Pola de Siero (Asturias).

  • Trayectoria: Ha jugado de mediocentro defensivo en Sporting, Levante (2007-08), Recreativo de Huelva, Rayo Vallecano, Valencia (2013-2016), Espanyol, Villarreal y de nuevo Sporting. Ha marcado ocho goles.

  • Experiencia internacional: Ha sido jugador internacional sub 19 y sub 20 con la selección española. Formó parte de selección sub 22 que conquistó la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de 2005.

- Tras casi 20 años en la élite, ¿cómo ha cambiado el fútbol?

- Debuté en Butarque, el 4 de mayo de 2002, y ahora volvemos pronto a Butarque, casi 20 años después. Antes era todo más rústico, veníamos de campos de tierra y barro. La superficie ha permitido mejorar la técnica y el físico, pero otro cambio es que los futbolistas ahora compiten peor: les falta el nervio, el afán de superación y la ilusión. Mi sueño era jugar en el Molinón fuera de la cuenta corriente y el número de seguidores en las redes sociales.

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