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Lourdes MARTÍ
Valencia
Jueves, 8 de octubre 2020
Meriton lo ha conseguido. La propiedad ha retenido a Javi Gracia. La amenaza: una indemnización de tres millones de euros. Una baza lo suficientemente importante como para que el entrenador del Valencia siga al frente del equipo. No le quita el sueño a Anil Murthy, ni tampoco a Peter Lim, que el navarro lo haga obligado: confían en su honestidad.
Ayer cumplió Gracia su palabra. Entrenó y posteriormente emitió un comunicado en el que confirmaba su continuidad. Reconoció que el miércoles puso su cargo «a disposición del presidente y del propietario» del Valencia. Aseguró hacerlo «por honestidad profesional». En el escrito explicó el motivo que le llevó a plantearse cerrar su ciclo en el club de Mestalla sólo 71 días después. No hubo sorpresas: los engaños de Meriton, aunque él fue mucho más diplomático en su exposición. «Hubo un compromiso en algunas entradas que no se produjeron. El hecho de que un equipo que la temporada pasada finaliza noveno en Liga y empieza la siguiente campaña con tantas e importantes bajas y ninguna incorporación, es un dato objetivo para entender que la plantilla se ha debilitado», plasmó por escrito en el mismo mensaje que ha reiterado desde aquella previa en el estreno liguero ante el Levante en Mestalla.
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En sus comparecencias públicas Gracia siempre apelaba al cierre del mercado para dejar abierto el objetivo del Valencia. Ayer desveló que Murthy le había planteado unas metas que, evidentemente, tendrán que revisarse después de haber sacado futbolistas y dejar en blanco el capítulo de las llegadas: «Los retos ambiciosos que se me plantearon cuando firmé por el club forzosamente se ven afectados». El presidente del club es el interlocutor de Gracia con Peter Lim porque el máximo accionista todavía no se ha puesto en contacto con el técnico. Dijo el preparador hace una semana que para él es fundamental la comunicación si se quiere extraer el máximo rendimiento en una empresa. En el Valencia no la hay y parece que esto no va a cambiar por el momento.
Gracia arrancó el comunicado con un mensaje hacia los trabajadores del club, sus futbolistas y la afición. «En primer lugar quiero agradecer el gran apoyo que estoy recibiendo durante los últimos días, especialmente de jugadores y empleados del club». A los dirigentes, ni nombrarlos. No fue casual, ni mucho menos. Entre ellos está por cierto José Luis Zaragosí, el consejero al que el club puso ante los micrófonos días antes del cierre de mercado asegurando que iba a haber fichajes. El doctor tiene redactada su dimisión pero está valorando si hacerla efectiva o no.
Hasta en tres ocasiones nombró a sus jugadores. Lógico. La relación entre Gracia y los futbolistas fluye. El entrenador no es ningún novato y tiene mano izquierda. Exigente y perfeccionista, es capaz de ganarse a los chicos. En las contadas y cortas apariciones de estos tras los partidos, se han alineado con su entrenador en el discurso. Y el martes lo escenificaron Carlos Soler y Kondogbia (aunque ahí todavía no había aparecido el Atlético), entre otros, pidiéndole que no se marchase. Aunque se ponían en su lugar. Ellos mismos compartían su disgusto con la política de fichajes de Meriton.
Ahora Gracia habla del compromiso que sentía cuando firmó hacerse cargo del banquillo «de un club con una gran historia». Sabía que recalaba en una entidad centenaria, lo que desconocía, pese a tener experiencia con jeques, era el talante de sus dirigentes. Hoy será la última vez que dirija al equipo antes de un fin de semana libre que le vendrá bien para analizar todo lo ocurrido desde el lunes, o quizás tenga que echar la vista más atrás, hasta el momento que fichó por el Valencia. Olvidar las promesas y centrarse y concentrarse en cada partido.
En realidad, ahora es Meriton quien tiene la pelota en su tejado. Mucho deben confiar desde Singapur en la capacidad del técnico para sostener al equipo si no se han llegado a plantear qué pasará si el Valencia suma, por ejemplo, dos o tres derrotas consecutivas: si deciden mantener al entrenador, para en esta ocasión ser ellos los que se ahorren una buena indemnización, algo que no hicieron con Marcelino, Alemany, Celades o Camarasa en los últimos tiempos, o si priorizan los logros deportivos.
Villarreal y Elche a domicilio y el Getafe en Mestalla son los siguientes partidos. Al menos, pensarán Murthy y compañía, no tienen a la grada en Mestalla. De eso se han librado aunque es imposible vivir de espaldas a la sociedad. Si Gracia, que no tiene mil ojos revisando publicaciones de medios de comunicación y rastreando por redes sociales las opiniones de los aficionados, es consciente de que la grada está con él, Meriton también sabe que en Valencia no están muy satisfechos con las decisiones que se han tomado últimamente. Mientras, el entrenador piensa en corresponder a la afición: «Haré los mayores esfuerzos posibles para sacar el máximo rendimiento a la plantilla».
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Juan Carlos Villena
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