Javi Guerra y Baraja, vidas paralelas en goles que cambiaron la historia del Valencia CF

¿Qué tienen en común Rubén Baraja y Javi Guerra? Son entrenador y futbolista de una plantilla que ha vuelto a ilusionar al valencianismo con la lucha por Europa. Respuesta correcta pero demasiado sencilla. Algunos aficionados, los buenos aficionados y que ya tienen una trayectoria como tales, tienen grabados en su mente goles de ambos jugadores, de demarcaciones similares y cuya aportación cambió la historia del Valencia CF.

Con muchos años de diferencia, tanto como más de dos décadas, uno y otro desataron la euforia en Mestalla. Baraja por amarrar un 27 de abril una de las Ligas de la etapa dorada del club, y Javi Guerra, por hacer un tanto otro 27 de abril que encauzó una salvación en Primera que hace ahora 366 días un auténtico desastre societario para la entidad blanquinegra.

Análisis aparte merece el análisis de todo lo ocurrido en estos 22 años desde aquel 2002 en el que la afición del Valencia no era lo suficientemente consciente de lo feliz que era. El equipo de Rafa Benítez recibía al Espanyol, uno de los peores visitantes del campeonato. El partido se complicó con el gol de Tamudo de penalti en la primera parte y cuando Medina Cantalejo -el actual presidente del Comité Técnico de Árbitros- expulsaba a Carboni.

Si el Real Madrid empataba o ganaba en Anoeta, con el resultado de 0-1 en Mestalla, se ponía al frente de la Liga. Aquella tarde, de sábado como la de este 27 de abril de 2024, apareció Baraja en la segunda parte. Mostrando su condición de centrocampista con llegada para empatar mediado ese segundo acto y poner el 2-1 que desató el delirio cuando restaba menos de un cuarto de hora para el final. Una semana después se produjo la histórica victoria (0-2) en Málque aga, pero ese encuentro contra el Espanyol se considera como uno de los momenots grandes vividos en el coliseo de la Avenida de Suecia. Es sin duda el prólogo del campeonato logrado en La Rosaleda y que fue el primer paso hacia el doblete (Liga y UEFA) conseguidos dos temporadas después.

Baraja regresó al césped para salvar al Valencia, pero desde la banda. No para marcar goles, pero sí para reflotar a un equipo que parecía abocado al descenso. Tras la espantada de Gattuso y después de que esta vez fallase el comodían de Voro, el vallisoletano se marcó un 'all in' en su estreno como entrenador de Primera. Todo o nada, y fio su destino a los chicos de la cantera, entre ellos Javi Guerra.

Otro 27 de abril, este de 2023, otro centrocampista desató la euforia en un Mestalla que un rato de estos se preparaba para lo peor. El Valladolid se había adelantado muy pronto con un tanto de Larin en un partido vital para la permanencia. Pasaban los minutos, los visitantes estaban cada vez más cómodos y se empezaba a vislumbrar el segundo descenso del club a la categoría de plata como una opción más que real. A la hora de encuentro llegó el tanto de Diakhaby con la inestimable ayuda de Masip que rescataba un punto que ya se ponía en valor visto lo visto.

Pero en el tiempo añadido emergió Javi Guerra para inventarse un golazo, deshaciéndose del mediocentro y buscando el hueco para disparar, no demasiado potente pero con colocación, desde la frontal, algo escorado a la izquierda. Y en la misma portería donde Baraja hizo los tantos ante el Espanyol 21 años antes. Ese triunfo dio alas a un Valencia que ganó a Celta y Real Madrid, y aún así tuvo que llegar a la última jornada en tensión, con opciones reales de descenso. El tanto de Diego López para empatar el choque contra el Betis fue definitivo para sellar la permanencia y dar tranquilidad a una afición que ahora sueña con encarar ese último partido con la ilusión de clasificarse para la Conference o, por qué no, la Europa League.

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