Juan Antonio Pizzi, ahora, el 'lagarto' de Santander

Desde que colgase las botas, Pizzi lo ve todo desde el banquillo. Su etapa como entrenador comenzó en el año 2005 en el Club Atlético Colón de Argentina, pasando por Perú y otros países y clubes, hasta ahora, que se encuentra en el Racing de Santander. No obstante parece que sus días están contados ya que el equipo cántabro no está contento con el rumbo que ha tomado el ex delantero del Valencia para guiar a la plantilla. El Racing se encuentra en quinta posición, un puesto que no gusta nada a la directiva, quienes ya buscan sustituto para el argentino.

Pizzi, el 'lagarto' para muchos, comenzó su carrera profesional en el fútbol en Rosario Central, un club de Argentina y debutó en Primera División en un partido contra el River Plate en 1988 a los 20 años. En sus primeros años como futbolista, el delantero sufrió momentos muy escabrosos debido a la pérdida de un riñón por culpa de un golpe en el terreno de juego y a la pérdida de conciencia tras un choque contra su pómulo también durante un partido. Pero esto no impidió que continuase su carrera y fichó por un equipo mexicano, el Toluca de México en 1980. Allí logró anotar unos resultados muy buenos, pero no lo suficientes para mantenerse allí, así que fue vendido al otro lado del charco, al Club Deportivo de Tenerife. Aquí fue donde Pizzi se convirtió en uno de los mayores goleadores de la Liga, consiguiendo encajar más de 30 tantos en dos temporadas.

Tras ese último verano en Tenerife, el delantero llegó a la capital del Turia en 1993, siendo uno de los artilleros más codiciados del momento. A pesar de haber sido cedido con opción a compra, la afición valenciana lo acogió con ilusión y alegría. Sus juegos y tácticas eran intachables. Su control del balón en el aire con sus remates de cabeza que siempre acababan en gol y su robustez en el campo no dejaban lugar a dudas de que este iba a ser un gran fichaje para el club blanquinegro. Sin embargo, no fue así. Su capacidad goleadora no brilló debido al mal año que padeció el Valencia. Durante la temporada 93/94, tan sólo marcó cinco goles en más de 30 partidos, dejando unos resultados nefastos. Fue devuelto al Tenerife ya que no se usó la opción a compra. Allí volvió a las andadas. Continuó como si jamás se hubiese marchado de la isla, encajando tantos y convirtiéndose en el pichichi de la Liga. Debutó además, con la selección española ya que posee la doble nacionalidad y finalmente fichó por el Barcelona. Allí logró los éxitos más importantes de su carrera ganando una Liga, dos Copas, una Recopa de Europa, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa.

Después de aquella época dorada como jugador, regresó a Argentina para jugar con el River Plate, pasando después de nuevo por el Rosario Central y el Oporto de Portugal, hasta que finalmente, tras una lesión de rodilla y una larga recuperación, Pizzi fue presentado como jugador en el Villarreal en 2001. Este sería el club que lo vería colgar las botas un año más tarde. Juan Antonio Pizzi siempre ha llevado el fútbol de la mano ya que a pesar de haber perdido un riñón por culpa de este deporte, él no decayó y continuó.