El juez suspende la condena a Pedro Cortés si paga la indemnización de 6.000 euros

No sólo era posible sino probable. El juzgado encargado de la ejecutoria de la sentencia a Pedro Cortés por abusos sexuales a un menor ha acordado la suspensión de la condena -un año y diez meses de cárcel- durante un periodo de tres años.

En este plazo, según la resolución, no podrá cometer ningún delito si no quiere ver cómo se le revoca este privilegio. Si por otra parte se apreciara un riesgo de reiteración delictiva, es decir, que si cometiera nuevos abusos, o existiera un riesgo de huida, se puede decretar su ingreso.

La suspensión se condiciona al pago de la responsabilidad civil, que asciende a 6.000 euros. El juzgado le ha dado la posibilidad de abonar esta cantidad en 36 plazos mensuales correlativos. Una facilidad pese a que ni la cifra es excesivamente elevada ni Cortes es una persona con apreturas económicas. El dinero lo puede aportar por transferencia o mediante un ingreso en efectivo.

Cortés reunía todos los requisitos para conseguir la suspensión. El castigo impuesto es menor de dos años de prisión y, además, se trata de su primer delito. Tampoco tendrá problemas para abonar los 6.000 euros. El expresidente del Valencia, tras la condena, cambió de letrado y confió su suerte a David J. López, socio director de HDH Abogados. Fue entonces cuando se decidió no recurrir el fallo.

El asunto causó una enorme repercusión mediática. Cortés había sido también delegado de la selección española y la víctima era un joven de la cantera valencianista menor de edad. Además de la pena de prisión, la sentencia le impuso la prohibición de contactar por ningún medio con la víctima durante los próximos tres años.

Los hechos se remontan al 22 de noviembre de 2020. La investigación se puso en marcha a raíz de la denuncia del jugador por unos hechos que siempre ha negado Pedro Cortés. Existía una «relación de confianza» entre el ahora condenado y la víctima. De hecho, el día del abuso, Cortés, el menor y su familia comieron en un conocido restaurante de Valencia.

Tras la comida, el dirigente y el canterano compartieron vehículo para regresar a Paterna. Entonces, en el referido trayecto, el acusado «guiado por su ánimo libidinoso, mientras mantenía su mano izquierda en el volante del vehículo, posó su mano derecha en el muslo izquierdo del menor comenzando a hacerle masajes en forma circular y hasta la zona genital del menor. Este le apartó la mano y, a continuación, Cortés le dijo: «Vida hay solo una y hay que disfrutarla'». A este delicado episodio se sumaban otros indicios contra el procesado como ciertos mensajes de contenido sospechoso que el acusado enviaba al joven al móvil.

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