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Rafa Mir, con las manos esposadas, es trasladado al juzgado dos días después de su detención. Rober Solsona/Europa Press

La joven que denunció a Rafa Mir contó a su padre entre lágrimas que el futbolista la forzó

La jueza reanuda la toma de declaraciones en la causa que instruye contra el jugador del Valencia y otro futbolista por sendos delitos de agresión sexual

Javier Martínez

Valencia

Miércoles, 27 de noviembre 2024, 11:54

La jueza de Llíria que instruye la causa contra el futbolista Rafa Mir por un delito de agresión sexual con acceso carnal ha reanudado ... este miércoles la toma de declaraciones de varios testigos. El padre de la joven que denunció al jugador del Valencia ha manifestado que su hija le contó los hechos nada más subir al vehículo cuando acudió a la urbanización Torre en Conill en Bétera para recogerla.

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Tras darse cuenta de que estaba llorando, el hombre preguntó el motivo y la joven le dijo que había sufrido una agresión sexual, la misma versión que luego relató en la denuncia que presentó en un cuartel de la Guardia Civil.

El padre de la víctima también ha afirmado que su hija no le contó antes lo sucedido, porque uno de los policías locales le pidió que no lo hiciera hasta que se hubieran marchado de Bétera. La razón que adujo el agente, según la denunciante, es que no querían que el padre «armara un lío» en la urbanización.

Otro de los testigos que han declarado este miércoles son el oficial y los policías locales de Bétera que acudieron al domicilio del futbolista el día que sucedieron los hechos. Rafa Mir está cumpliendo las medidas cautelares que acordó la magistrada para proteger a las dos víctimas, como presentarse todas las semanas en el juzgado o no acercarse a menos de 500 metros de las dos jóvenes ni contactar con ellas por ningún medio. Además, la jueza le retiró el pasaporte y le prohibió salir del territorio nacional.

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La joven de 21 años que denunció a Rafa Mir por un presunto delito de agresión sexual declaró en el juzgado que el futbolista la forzó dos veces, la primera en la piscina y poco después en el cuarto de baño tras cerrar la puerta con pestillo.

La víctima también dio esta versión a la Guardia Civil y a dos policías nacionales en el Hospital La Fe de Valencia. Según su declaración, el jugador del Valencia primero mantuvo relaciones sexuales consentidas con su amiga en una habitación de la planta superior del chalé del delantero en Bétera, y media hora después bajó a la zona de la piscina, donde estaba la víctima con dos amigos de Rafa Mir.

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«Cogió a la dicente a la fuerza y la tiró a la piscina con la ropa puesta (vestía top negro y falda pantalón elástico). En cambio, Rafa iba en calzoncillos. Una vez en el interior de la piscina, la coge a la fuerza e intenta besarla mientras la coge de la cara en contra de su voluntad, intentando ella retirarse en todo momento», afirma el relato de la denuncia.

«En ese instante, refiere que Rafa la agarra con un brazo por la espalda mientras le introducía los dedos (...) por un lado del pantalón (el cual era elástico), no pudiendo especificar la cantidad de dedos que le introduce. Además de ello, le toca todo el cuerpo en contra de su voluntad», añade la víctima en su declaración.

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La joven puntualizó que se negó «en todo momento» a mantener relaciones sexuales en la piscina. Manifestó que le dijo «verbalmente y de forma contundente que la dejase y que no quería que hiciera eso, llegando esta agresión a consumarse durante cinco minutos». Poco después la víctima salió a la calle, pero se dio cuenta de que no llevaba su bolso y llamó al timbre. Su amiga le abrió la puerta y volvieron a entrar en el chalé para coger sus objetos personales, «momento en el que Rafa la coge fuertemente por el brazo, llegando a provocarle varios morados y la introduce en el baño».

Según la joven, el futbolista la agarró y le dijo: «Ven, ven aquí, bésame», y otras cosas que no recuerda con exactitud por su estado de nerviosismo en esos momentos. Luego la introduce en el baño junto a él, «cierra la puerta y echa el pestillo para que no pudiera salir. Rafa la sienta encima del lavabo y procede a introducirle de nuevo los dedos (...) sin quitarle la falda pantalón».

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También le realizó «tocamientos en el resto del cuerpo, mientras ella lloraba y le decía que quería irse». Mientras tanto, al otro lado de la puerta escuchó a su amiga. Estaba molesta y le dijo: «Me parece fatal lo que estás haciendo, estoy flipando. ¿Cómo puedes estar ahí dentro con él después de que se haya acostado conmigo?». Y fue entonces cuando ella «empujó a Rafa, consigue zafarse de él, abre la puerta y sale del baño». Tras decirle a su amiga que no quería estar allí, cogió su bolso y sus cosas y salió a la calle.

Aunque los investigadores de la Guardia Civil conceden total credibilidad a los testimonios de las víctimas, una de ellas habría incurrido en contradicciones en la primera versión de los hechos que dio a una policía local de Bétera.

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«Rafa Mir le ha dicho que le gustaba ella y posteriormente de forma consentida se han marchado a un baño de la vivienda, donde han intimado y Rafael le ha introducido varios dedos en (...); ella le ha dicho que parara, haciéndole caso, y han ido otra vez a la piscina», afirma el atestado policial.

Por ello, la jueza ha citado a los cuatro policías locales para que expliquen lo que vieron y escucharon en esos primeros instantes cuando prestaron auxilio a las víctimas.

El otro futbolista detenido por los hechos, Pablo Jara, sigue investigado por un delito de agresión sexual sin acceso carnal, y la jueza también le impuso como medida cautelar la prohibición de comunicarse con las denunciantes y de acercarse a menos de 500 metros del lugar donde se encuentren.

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Pablo Jara, el otro futbolista investigado por un delito de agresión sexual. Efe

La segunda víctima denunció ante la Guardia Civil que Jara empezó a manosearla en la piscina, y ella le recriminó su actitud. Y entonces se produjo una discusión porque ella no consintió los tocamientos, y este individuo le propinó un guantazo, tiró del chalé a las dos jóvenes y cerró la puerta.

Las víctimas se quedaron en la calle en ropa interior. Un vecino de la urbanización escuchó gritos cuando las chicas pidieron que les devolvieran la ropa, que fue lanzada a la calle por encima de la valla, y llamó a los vigilantes de la urbanización. Poco después llegaron dos patrullas de la Policía Local de Bétera y auxiliaron a las víctimas.

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