El juez pospone la cautelar del cierre parcial de Mestalla hasta después de la sanción

El Valencia inició un procedimiento ante la justicia ordinaria para solicitar la cautelar sobre la sanción del cierre parcial de Mestalla, que afecta a la Grada de Animación, por el episodio de insultos racistas a Vinicius durante el partido contra el Real Madrid de la pasada temporada, donde sólo se han identificado a tres personas que ya han comenzado su proceso judicial, al entender que la sanción fue injusta ya que se debió, entre otras cosas, a una acusación falsa, alimentada por Carlo Ancelotti, de que los 46.000 asistentes al partido profirieron insultos racistas al jugador brasileño. Una acusación que se demostró totalmente falsa y que cualquier persona presente en Mestalla sabe que es mentira. La primera respuesta de la justicia ha sido ningunear al Valencia.

«La Grada de Animación de Mestalla permanecerá cerrada ante Las Palmas y Osasuna. El club, que ha llevado su defensa a la justicia ordinaria, ha recibido la comunicación de que la medida cautelar solicitada no se resolverá hasta después de la disputa de ambos encuentros». Ese ha sido el comunicado que este miércoles ha publicado el Valencia, confirmando que los partidos del viernes 18 y el domingo 27 de agosto en Mestalla serán a puerta cerrada. La decisión del Contencioso Administrativo admite que tomarán la decisión de la cautelar de la sanción en septiembre. Es decir, una paradoja temporal. Tras haber tumbado el TAD la cautelarísima en el inicio de la sanción, lo que confirmó el cierre de la grada en primer partido de sanción que se produjo el pasado 28 de mayo contra el Espanyol, la decisión sobre la cautelar sobre los dos partidos que restan de pena se tomará... cuando ya se haya cumplido la totalidad de la sanción.

El Valencia inició un procedimiento ante la justicia ordinaria para solicitar la cautelar sobre la sanción del cierre parcial de Mestalla, que afecta a la Grada de Animación, por el episodio de insultos racistas a Vinicius durante el partido contra el Real Madrid de la pasada temporada, donde sólo se han identificado a tres personas que ya han comenzado su proceso judicial, al entender que la sanción fue injusta ya que se debió, entre otras cosas, a una acusación falsa, alimentada por Carlo Ancelotti, de que los 46.000 asistentes al partido profirieron insultos racistas al jugador brasileño. Una acusación que se demostró totalmente falsa y que cualquier persona presente en Mestalla sabe que es mentira. La primera respuesta de la justicia ha sido ningunear al Valencia.

«La Grada de Animación de Mestalla permanecerá cerrada ante Las Palmas y Osasuna. El club, que ha llevado su defensa a la justicia ordinaria, ha recibido la comunicación de que la medida cautelar solicitada no se resolverá hasta después de la disputa de ambos encuentros». Ese fue el comunicado que ayer publicó el Valencia, confirmando que los partidos del viernes 18 y el domingo 27 de agosto en Mestalla serán a puerta cerrada. La decisión del Contencioso Administrativo admite que tomarán la decisión de la cautelar de la sanción en septiembre. Es decir, una paradoja temporal. Tras haber tumbado el TAD la cautelarísima en el inicio de la sanción, lo que confirmó el cierre de la grada en primer partido de sanción que se produjo el pasado 28 de mayo contra el Espanyol, la decisión sobre la cautelar sobre los dos partidos que restan de pena se tomará... cuando ya se haya cumplido la totalidad de la sanción.

Hay que recordar que, en un principio, el Comité de Competición sancionó al Valencia con el cierre parcial de la Grada de Animación durante cinco encuentros, además de retirar la roja que vio Vinicius. Tras tumbar la primera alegación del club, por formularla antes de que se abriese el plazo, la entidad valencianista realizó una segunda, donde el Comité de Apelación redujo la sanción de cinco a tres partidos y bajó la multa económica de 45.000 a 27.000 euros. En los encuentros contra Las Palmas y Osasuna, como ocurrió contra el Espanyol en el primer partido de la sanción, el club no podrá reubicar a los 1.580 aficionados de la Grada de Animación en otras partes del estadio. Así consta en el expediente inicial.

Más allá de lo absurdo de que la decisión sobre una cautelar llegue después de que se cumpla una sanción, los precedentes de abrir la vía de la justicia ordinaria en este tipo de asuntos no son halagüeños para el Valencia. Al Sevilla, en la temporada 16-17, se le castigó con un cierre parcial para un partido por insultos a Sergio Ramos. El club hispalense agotó las opciones de la justicia deportiva y el proceso se demoró seis años. Finalmente, tuvo que acatar la sanción, tras el fallo del Tribunal Supremo que ya no fue recurrible, y la cumplió en un partido contra el Celta.

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