Kiat Lim toma el mando del Valencia

La jornada para el nuevo presidente, con 31 años a buen seguro que tendrá un lugar preferente entre los más jóvenes en la historia de la Liga, fue frenética. A primera hora se produjo el acto formal, el de ser elegido como presidente del consejo de administración, en una reunión del órgano directivo que siguió en la sede del club y donde hubo conexiones telemáticas. Le acompañó en Valencia alguna figura de la máxima confianza de Meriton desde que controla la mayoría accionarial como Kim Koh.

En el horario del almuerzo español, de comida en otras latitudes, se produjo la imagen curiosa de la jornada puesto que aparcó en la puerta del club una furgoneta de reparto de un conocido restaurante de la ciudad que descargó varias paellas en el interior de la sede del Valencia. Tanto se quiso guardar el celo de los detalles de la visita de Kiat Lim que fue imposible confirmar si se comieron en caliente o en el regreso de la comitiva desde Paterna, en un horario más prudente para degustarlas. En todo caso, fue un símbolo muy de la 'terreta' para el simbólico primer día al frente del club y el último de Layhoon Chan como gestora.

Paterna y el nuevo Mestalla

Las siguientes horas se repartieron en dos visitas clave. Sobre la una de la tarde, la comitiva llegó a Paterna donde Kiat Lim tuvo tiempo de saludar a jugadores que estaban realizando sesiones de recuperación, como Sadiq, aunque los que estaban citados para conocer al nuevo presidente eran los tres capitanes. José Luis Gayà, Jaume Doménech y Pepelu departieron con el que será su nuevo jefe, así como ocurrió con el entrenador Carlos Corberán y el director deportivo, Miguel Ángel Corona. Antes de abandonar la Ciudad Deportiva, Kiat Lim hizo un pequeño recorrido por las instalaciones, como un visionado del estadio Antonio Puchades, y quiso tener un encuentro con los trabajadores que se realizó en las instalaciones del Media Center, que también sirvió de despedida de Layhoon Chan.

Tras unas horas de descanso, con un traslado de los coches oficiales desde Paterna a la sede del Valencia que vivió algunas escenas dignas de película y donde por las horas es donde mejor pudo entrar esa paella antes descrita, Kiat Lim encaró sus últimas horas en territorio valenciano en esta visita. La comitiva se trasladó a las obras del nuevo Mestalla, donde el nuevo presidente pudo comprobar que el aspecto a simple vista, las cosas como son, más allá de la limpieza que se está realizando en los últimos ya casi dos meses desde que volvieron a entrar las máquinas es idéntico al que pudo observar en su hasta ahora última visita, en diciembre de 2022. El director de operaciones e infraestructuras del Valencia, Christian Schneider, a buen seguro que le explicó que si entendemos la reanudación de las obras como construcción de algo que todavía no existe habrá que esperar a mayo si se cumple el cronograma presentado en el Ayuntamiento para lograr la nueva licencia que está supeditada a un convenio donde hay que cumplir una serie de hitos para desbloquear los beneficios urbanísticos. Una información que seguro querrá tener al detalle Peter Lim y qué mejor que tenerla de su hijo cuando regrese a Singapur. Al término de esta primera fase de reacondicionamiento de la obra tras casi 16 años parada es cuando se comenzará a ver movimiento normal puesto que es cuando está previsto que comience la fase nueva que se iniciará con la arquitectura interior, tabiques y techos, y pasará después a las instalaciones, como las climatizaciones, eléctricas o protección contra incendios.

La figura de Javier Solís

En el cambio de ciclo en los despachos del Valencia será clave la conexión entre Kiat Lim y Javier Solís. El directivo valenciano, que lleva en la entidad década y media desde que llegara para formar parte de los servicios jurídicos del club, asciende al cargo de director general pero sin la firma ejecutiva que sí que tenía, por ejemplo, en su momento Mateo Alemany. Solís dirigirá desde Valencia el día a día de la entidad pero tendrá que reportar al presidente todas las decisiones económicas, tanto en la plantilla como en el resto de áreas trascendentes del proyecto. Además de suprimir un eslabón en la cadena comunicativa con Singapur –algo que debería ser bueno para el funcionamiento– hay un dato objetivo y que puede ser interesante y es que será la primera vez desde que Peter Lim es el máximo accionista del Valencia que no tendrá a un empleado de confianza viviendo en la ciudad, con lo que el equipo directivo local será el que lleve la actividad ordinaria, con el resto de puestos relevantes como Inma Ibáñez en el área financiera.

Todo lo demás son incógnitas y serán los hechos los que dictaminen el rumbo del proyecto. Kiat Lim no vivirá en Valencia, nadie sabe precisar la regularidad que tendrá en sus visitas, no se sentará en una rueda de prensa para atender preguntas hasta nueva orden, con la junta de accionistas de diciembre en 2025 como clave, y será el tiempo el que determine si su padre vende el club o es cierto lo del largo plazo que siempre aparece en los comunicados, negando que Peter Lim vaya a vender sus acciones.