'Kily' González dirigirá a su Rosario Central

'Kily' González vuelve a casa. El exfutbolista del Valencia se prepara para dar el gran salto en su carrera como entrenador. El explosivo futbolista zurdo que en agosto cumplirá 46 años, asumió en 2018 el cargo de entrenador del filial conjunto rosarino y ahora da el gran salto al primer equipo.

«Para nuestra institución es un alegría poder contar como un entrenador de la casa, ya que Kily se formó futbolísticamente en el club y representó de gran forma a Central durante sus grandes pasos por el fútbol europeo y la selección argentina«, ha explicado el club en un comunicado.

El internacional argentino jugó en el equipo de su vida, incluso tiene tatuado en su brazo derecho la mascota del club, en tres etapas diferentes y una vez se reinicie la competición, parada por la pandemia del Covid-19, se pondrá al frente del banquillo. Pese a su amor por los colores de Rosario Central, el Kily no olvida Valencia. El año pasado, en los actos de celebración del centenario del club de Mestalla rememoró de nuevo su paso por una ciudad donde fue muy feliz.

El extremo izquierdo llegó a Valencia el 4 de agosto de 1999 procedente del Zaragoza por unos 1.300 millones de pesetas. Tenía 24 años y una zurda que levantaba Mestalla cada vez que cogía el balón. El verano de 2003 puso rumbo a Italia dejando en las arcas del club blanquinegro 2,5 millones de euros.

En el plano deportivo, el Kily reconoció tocar el cielo con su participación en la Champions League. Un recuerdo tan amargo por perder durante dos años la final como feliz por haber disputado 35 encuentros y anotado siete goles. «Me quedo con haber disfrutado, obvio con la tristeza de no haber conseguido ese magnífico trofeo que hubiera sido ideal, pero esto es fútbol, pero fue impresionante. Daría todo lo que pudiera por volver a jugar un partido de Champions», reconoció en septiembre del año pasado en una entrevista al Valencia.

Fue ídolo de miles de valencianistas, como reconoció Jaume Costa hace poco. También se acuerda de él Ayala, el defensa que pidió calma en Málaga cuando el Valencia acariciaba la liga.