Kluivert, entre el querer y el poder

Justin Kluivert ha sido, más allá de los canteranos del Valencia, el jugador más destacado de esta temporada. Un año gris, por la situación clasificatoria vivida al borde del descenso, pero en el que el neerlandés ha demostrado la calidad que tiene. Gattuso lo trajo en verano, con la idea de ejecutar ese plan que tenía en mente de recuperar la mejor versión de jugadores venidos a menos. Con Kluivert funcionó. Con Cavani, Castillejo o Ilaix, falló.

Su cesión se puede catalogar como fructífera, ya que el joven de 24 años -recién cumplidos hace apenas un mes- ha cuajado una de sus mejores temporadas a nivel individual en lo que lleva de carrera. Por hacer un repaso, Kluivert salió a escena en la temporada 2016/17 como una joven promesa de la Eredivisie, con el factor añadido además de ser el hijo de una leyenda como su padre Patrick. Tuvo un ascenso meteórico en las filas del Ajax, lo que le permitió ganarse un traspaso a la Roma en 2018 por 17 millones de euros. En la capital italiana no terminó de adaptarse y tener continuidad, motivo por el cual acabó saliendo cedido en dos ocasiones, al RB Leipzig alemán y al Niza francés.

Su paso por el fútbol galo recondujo una carrera que parecía abocada a la decepción, ya que de sus números en Países Bajos pasó a ser un jugador que apenas tenía minutos. Es por ello que decidió apostar por sí mismo y venir al Valencia, donde podía convertirse en el heredero de la posición que dejaba vacante Guedes. Y pese a que le costó adaptarse al principio y tuvo algún que otro problema con las lesiones, terminó esta temporada bajo los mandos de Baraja siendo clave.

En total, Kluivert ha jugado 29 partidos, mayoritariamente de extremo derecho -su posición natural es en la izquierda pero ahí ya estaba Lino-, aunque Baraja terminó apostando por él como delantero centro ante el bajo nivel mostrado por Cavani, Duro y André. 26 jornadas de Liga, dos partidos de Copa -marcó en ambos- y el de la Supercopa ante el Madrid. Ocho goles y dos asistencias, es decir, diez contribuciones ofensivas que se tradujeron además en puntos, que terminaron siendo importantes para la consecución de la permanencia, ya que en todos los partidos ligueros que Kluivert vio portería, el Valencia no perdió. Cuatro victorias y dos empates que terminaron sumando 14 puntos al casillero.

Pero su periplo por Mestalla llegó a su fin tras el partido ante el Betis de la última jornada. Con la permanencia sellada, Kluivert, al igual que el resto de cedidos, decía adiós al equipo. El neerlandés era uno de los dos futbolistas a préstamo por los que el Valencia sí tenía una opción de compra. El primero, Cenk, ya ha sido fichado por cinco millones. Algo que sorprende, ya que el turco no fue tan decisivo ni importante en la rotación de la plantilla, pero se ha invertido en él de cara al futuro. La opción para adquirir a Kluivert cuesta 15 millones tal y como se estipuló en el contrato con la Roma. El Valencia no quiere -o mejor dicho, no puede- pagar esa cantidad.

Es por ello que intentará negociar con el conjunto italiano una cifra a la baja para conseguir adquirir al neerlandés. En el equipo italiano le resta un año más de contrato y Mourinho no cuenta con él, además de que todo apunta a que ni el propio futbolista quiere volver a un equipo en el que nunca tuvo la oportunidad de ser importante. La Roma le ha declarado transferible y le venderá al mejor postor. El equipo que ofrezca la cantidad más alta, se lo llevará. Saben en la capital transalpina que ningún club se acercará a esa cifra de 15 millones y por tanto están convencidos de que alguna puja por una cifra de entre 10 y 12 'kilos' llegará durante el verano. Difícil que sea del Valencia, al menos, hasta que no haya salidas como las de Mamardashvili o Yunus que dejen dinero en caja. Si el Valencia no consigue lanzar una oferta, equipos de la Premier podrían adelantarse y llevárselo.

El deseo del jugador sería el de quedarse en Valencia, donde se ha quitado la etiqueta de una promesa fallida y se ha consolidado como un jugador que puede ser el líder ofensivo de un equipo competitivo. Además, siente que Baraja confía en él y que en esta temporada ha crecido mucho. El único pero a ese deseo es el de su entorno, que desde el lamentable incidente que tuvieron que vivir el mes pasado mientras Justin jugaba en Mallorca. Unos encapuchados asaltaron su chalé y agredieron a su pareja para robar un cuantioso botín en joyas y bolsos. Desde entonces, su familia ha estado viviendo en un hotel por miedo a volver al domicilio donde fueron asaltados.

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