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Lo último que recordaba Mestalla de la Champions era la tremenda carrera del escurridizo Lacazette, gol incluido, y a su Valencia CF en la lona. Gary Neville se estrenaba en el banquillo local, pero la grada aún no era consciente de que sería peor el remedio que la enfermedad. El Olympique de Lyon se llevó aquel encuentro por 0-2, finiquitando el tránsito del Valencia en la Liga de Campeones 2015-2016, torneo que inició con Nuno y acabó con el experimento inglés. Han sido casi tres años sin escuchar la música celestial de la Champions en la avenida de Suecia, demasiado para un equipo que rozó en dos ocasiones el título de campeón en el torneo más prestigioso de Europa.
Desde el 9 de diciembre de 2015 llovió mucho. Por el camino, el Valencia atravesó tiempos de penuria hasta que el combo Mateo Alemany-Marcelino García Toral pusiera las cosas en su sitio con orden y sentido común. Nada más y nada menos. Ayer todo en Mestalla destilaba una sensación extraña: novedad y nostalgia. Para los valencianistas, aquella participación en Champions fue un lamento porque Zenit, Gent y Olympique de Lyon no eran rivales de calado y sin embargo, fue imposible meterse entre los dos primeros. Este año, el del reencuentro, el sorteo trajo a dos mastodontes del viejo continente (Juventus y Manchester United) más el Young Boys, cuarto en cuestión. Y para empezar, la 'vecchia signora' y Cristiano Ronaldo. Un combate desigual sobre el césped que la grada se empeñó en ajustar desde mucho antes de la hora del partido.
Hubo recibimiento y los primeros recados para Ronaldo cuando los autobuses de Valencia y Juve se pararon frente a la puerta cero del estadio. A Michy Batshuayi, uno de los nuevos, el fuego del valencianismo le impresionó, a juzgar por el vídeo que el belga publicó en las redes sociales. Dentro de Mestalla le esperaba mucho más. Banderitas al viento y sólo una interrupción entre los cánticos de la gente para darle un minuto a los acordes de la Champions. La grada rugía a la mínima: a las primeras de cambio, ovación de gala a Guedes por un intento de hacer daño a la Juve.
Para entonces ya se habían repartido unos cuantos aplausos para Joao Cancelo y otros tantos para el once valencianista. Ni el precio para los no abonados (de 85 a 230 euros) impidió el ambientazo de Mestalla aunque la entrada que registró ayer ante la Juve (46.067) no llegara, por muy poco, a la que aún es la mejor de la presente temporada, esa visita del Atlético de Madrid que congregó a 46.174 personas. El valencianismo no desfalleció nunca, aunque el segundo tanto de Pjanic enmudeció a la mayoría del estadio y dio alas a los seguidores italianos. Se perdió la bala de la Juve pero quedan dos más: Manchester United y Young Boys.
Sólo cuatro futbolistas del Valencia continúan en el equipo desde el último duelo en Liga de Campeones. En aquel partido contra el Olympique de Lyon estaban convocados Jaume Doménech, José Luis Gayà, Dani Parejo y Santi Mina. Marcelino incluyó al póquer de jugadores en la lista para medirse a la Juventus y sólo el lateral izquierdo y el centrocampista fueron titulares. La profunda revolución que ha sufrido el vestuario desde esa temporada, la 2015-2016, provocó que sólo estos cuatro jugadores continúen en la entidad valencianista.
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