Layhoon Chan regresa al mando del Valencia y emerge el hijo de Lim

Otra revuelta en el Valencia para volver al pasado. Peter Lim es todo un innovador en la transformación de sus empresas. Cada decisión que ha tomado ha empeorado el porvenir del club que dirige desde 11.000 kilómetros. La peor de todas, sin duda, fue apostar para la presidencia de una entidad histórica por un tipo de dudosa condición como fue Anil Murthy. Le costó darse cuenta pero acabó con una etapa ominosa. Ahora, tres meses después de la evolución con el despido del diplomático llega la revolución. Lo hace en pleno borboteo deportivo con fichajes y traspasos y con el encallamiento del nuevo estadio, otra vez. Y vuelve a apostar por la única persona en la que confía plenamente.

Layhoon, que llevaba ya varios viajes recientes a la ciudad para poner orden, regresa a la presidencia cinco años después. Tomó el mando en 2014 y dimitió en 2017 en un final con mucho ruido por sus palabras sobre el futuro de Paco Alcácer. Se trata de la única máxima dirigente que ha tenido el Valencia en su historia. Con su adiós se promocionó a Murthy de consejero delegado a presidente, se apostó por Mateu Alemany como director general, Kim Koh dirigía las finanzas y José Ramón Alexanko era el director deportivo. Todos son pasado en el Valencia. La trituradora de Lim. Layhoon vuelve para normalizar la sede de Micer Mascó y asumirá el control absoluto de la entidad. Será responsable de su gestión general y dirección estratégica. Todopoderosa. Necesita que el equipo regrese a la aristocracia europea, es obligado que las obras vuelvan al nuevo estadio y las cuentas precisan de un proceso quirúrgico, con pérdidas de 50 millones. En todo ellos se empleará la presidenta.

Pero la metamorfosis del Valencia cuenta con un nombramiento estratégico. Peter Lim ha nombrado heredero. Su hijo Kiat es nuevo consejero. Llevarlo directamente a lo más alto quedaría demasiado presuntuoso, pero es cuestión de tiempo que el club de Mestalla tenga nuevo dueño. Ya lo exhibió en la final de Copa del Rey que se perdió en la Cartuja ante el Betis. Fue muy significativa la ausencia del magnate y la presencia de su vástago. Ambos se han embarcado en negocios relacionados con el deporte (junto a Cristiano Ronaldo) para que el joven se vaya fogueando. A partir de ahora habrá que ir viendo cuánto se implica en la gestión del Valencia, qué poder de decisión tiene y cuándo se dejará ver en su nueva ocupación.

Peter Lim ha cortado por lo sano con el rastro de Anil Murthy. Todo lo que olía al exdirigente ha sido mutilado. El diplomático se rodeó de una guardia pretoriana bajo el paraguas de la oficina del presidente. Allí estaban Sean Bai y Teo Swee Wei, y posteriormente llegó Joey Lim como consejero ejecutivo. Los cuatro hacían y deshacían sin miramiento. En el caso de los dos primeros se ha vestido de destitución y en el tercero, de dimisión. La mayor sorpresa es la de Sean Bai, al que se bendijo en Singapur tras la destitución de Murthy para convertirse en el mandamás interino. Junto a Miguel Ángel Corona se empleaba en la confección de la nueva plantilla. Se trata de un ejecutivo joven y se le quiso utilizar en una imagen de aperturismo. Está visto que Lim no tiene miramientos. Al final sólo se fía de Layhoon, que en los últimos días alternaba la sede, el hotel Westin y la ciudad deportiva de Paterna. Ya tenía la última palabra en cualquier decisión que se tomara en el Valencia. Aún no había sido nombrada oficialmente y ya presidió la reunión de directores de departamento mensual y ayer se citó con los agentes de Hugo Guillamón para activar la renovación de su contrato. Sabe que su principal motivación será convencer a los políticos de que acepten el proyecto presentado del nuevo estadio para mantener los beneficios urbanísticos, pero ya ha tenido que bajar al barro en todos los ámbitos del club. Porque si la vertiente deportiva es esencial y si el coliseo es necesario, también tendrá que dar la cara para moldear unas finanzas que amenazan la causa de disolución y también deberá acabar con la crispación social. El club es de los aficionados y así debe entenderlo. Más empatía que Murthy sí tiene, eso es indudable.

El otro nombramiento como consejero es el de Pang Liang Ong, un experto en finanzas y que será el apoyo necesario para la presidenta. Nueva etapa en el Valencia con una vieja dirección y con apariciones sorprendentes como la del hijo del jefe supremo.

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