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Los jugadores, tras empatar en Leganés, fueron al córner donde estaban los aficionados del Valencia. AFP

Leganés, donde todo empezó a torcerse para el Valencia

Día del perdón| El equipo, con Baraja, tuvo que pedir disculpas a sus aficionados por el 0-0 de la primera vuelta y hoy llega con la herida que le dejó el Barça en Copa

Domingo, 9 de febrero 2025, 01:49

Hay momentos, partidos y rivales que marcan y condicionan una temporada, tanto tanto para bien como para mal. El FC Barcelona, por ejemplo, ha dejado un buen boquete abierto a Corberán, incapaz de corregirse y corregir a los suyos y evitar esa docena de goles ... que en apenas unos días se ha llevado de ingrato recuerdo. Aunque a muchos aficionados les pueda compensar ganarle esta tarde al Leganés –lo contrario sería casi una debacle–, es más que probable que el técnico de Cheste no olvide nunca lo que ha vivido con el conjunto catalán como adversario. A Rubén Baraja, por ejemplo, le pasó algo parecido con otros rivales. El Leganés, de hecho, le supuso también un antes y un después importante en lo que podía ser una tranquila temporada. En realidad, a Baraja y también a los futbolistas, porque lo que vivieron en la primera vuelta en campo madrileño es de esos extraños episodios que se convierten en noticia por lo poco habituales que son. Al entrenador se le crucificó por alinear frente al Leganés por primera vez esta temporada una defensa de cinco con el sano objetivo de evitar la derrota de la forma que fuera. Venía calentito el asunto por el 3-0 de la Real Sociedad y el vallisoletano probó esa fórmula táctica a pesar de que tenía delante a un rival recién ascendido. Ese matiz dolió.

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El Valencia resistió atrás pero fue incapaz de llegar a ningún sitio delante (0-0). Por eso, allí mismo, los cientos de aficionados blanquinegros que acudieron dejaron bien claro nada más acabar el partido que esperaban mucho más del Valencia que un simple punto con un fútbol más rácano y austero que otra cosa. Eso era octubre y el equipo ya era por entonces un habitual en los puestos de descenso (decimoctavo).

Fueron los jugadores a pedir a su manera disculpas, acudiendo a la zona donde estaba ubicada la afición valencianista, y aguantaron lo mejor que pudieron el chaparrón. La foto que acompaña esta información refleja claramente el momento del cercano cara a cara, algo que por desgracia se ha vuelto a producir en otros episodios, lo que da a entender que la cosa ha ido a peor.

A Corberán ese punto que decidió abrazar de la manera que fuera Baraja en la primera vuelta ya no le sirve hoy (viene de ganar los dos últimos partidos en casa). Porque como él mismo se encargó de dejar claro este sábado, es a los propios futbolistas a los que les toca ahora compensar la afrenta del jueves. «Los jugadores tienen ganas de darles lo mejor de sí mismo a la afición y a Mestalla. Lo he visto y lo he vivido. En cada partido –refiriéndose a los aficionados– nos han demostrado que son muy importantes, que saben el papel que tienen con nosotros. Los acontecimientos del último partido son parte de la frustración de la afición. Pero la afición no quiere pitar al equipo, está con ganas de ovacionar al equipo. Los futbolistas los veo con muchas ganas de darle lo que sienten y merecen», decía el de Cheste, hábil para no rozar en su discurso esa guasa con que la grada de Mestalla se tomó algunas acciones que sus futbolistas hicieron frente al FC Barcelona.

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Corberán parece en ocasiones copiar el estilo de discurso que ofrece Miguel Ángel Corona. Los dos hablan con mucha fluidez pero en ocasiones los argumentos que exponen tienen mucho de relleno y poco de sustancia. «Entre un partido y otro hay tan poco tiempo que nos permite que no haya tiempo de lamentación. El objetivo es levantarse y estar preparado para lo siguiente. He sentido la energía del grupo».

No quiso entrar en profundidad tampoco cuando se le planteó los errores que repitió en la eliminatoria de Copa ni si el mensaje que traslada en el vestuario no cala del todo a sus jugadores. «No siento que me esté costando llegar más al futbolista. Los partidos tienen situaciones que se tienen que resolver en el juego. Hay veces que uno debe aprender de su propio error. El Barcelona nos ha creado situaciones de juego ofensivas que no hemos sabido darle las respuestas adecuadas. Las hemos analizado y entendido para que cuando cualquier equipo nos plantee situaciones similares podamos darle la respuesta adecuada».

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No parece que Corberán esté inquieto por el estilo de juego del equipo. «Tenemos que seguir creciendo, queremos seguir evolucionando en ataque, en defensa, mejorando registros a balón parado... eso es algo inagotable».

Del rival de este domingo, el Leganés –situado tan sólo a cuatro puntos–, dijo bastante poco: «Viene haciendo las cosas bien, pero nos centramos en nosotros mismos, para dar soluciones ofensivas y defensivas».

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