c. v.
Lunes, 20 de septiembre 2021, 00:28
Primero uno, a los pocos instantes de empezar otro, y a los 22 minutos el tercero. A Bordalás le explotaron todos los planes que tenía en mente en un santiamén. José Luis Gayà, Carlos Soler y Correia desbarataron por completo toda la planificación que el ... entrenador había hecho para desmontar al Real Madrid. Y hoy habrá que ver qué dicen las pruebas médicas.
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En todo caso, si ya de por sí es serio que antes de llegar a la media hora tengas que transformar el equipo casi de arriba a abajo por las lesiones, el problema se incrementa sabiendo que el miércoles tienes que vértelas con un rival de los que sabes que te hacen sufrir. Al final, José Luis Gayà no pudo ni ser convocado. En la mañana del mismo domingo, el capitán se cayó de la lista por las molestias que arrastraba y que ya habían puesto a todos en alerta en la sesión del sábado. Contra Osasuna jugó ya muy influenciado por sus problemas físicos y fue en el descanso cuando ya no reanudó el juego. Los isquios esta vez le obligaron a ver el encuentro desde la grada, lo que forzó a Bordalás a tirar de Foulquier –diestro– para ocupar la plaza de lateral izquierdo. Ya hizo esta apuesta en El Sadar, dejando de lado a Lato.
Sin embargo, Lato acabó entrando por otro motivo casi inesperado también. A Correia, la musculatura de la zona del aductor le impidió seguir en el terreno de juego a los 22 minutos. En una acción de ataque blanquinegro y en pugna con Hazard, el portugués sintió el pinchazo. Se fue al suelo y pidió de inmediato el cambio. Turno para Lato.
Fue el cambio de Correia el segundo del encuentro ya que antes el que se había tenido que marchar era Carlos Soler –ayer luciendo brazalete–. Aunque Soler se fue en el 14', ciertamente desde casi desde el arranque de partido notó un problema muscular que le hizo bajar el pistón casi de inmediato. Quiso continuar y se refugió en algunos momentos en el centro del ataque, cayendo a banda Maxi por si había que ofrecer más exigencia física. Al final no le quedó otro remedio que tener que abandonar el césped. El Valencia había perdido a su segundo capitán en un abrir y cerrar de ojos y a Bordalás se le complicaba la gestión de los esfuerzos de sus jugadores. Antes de la media hora ya estaban hecho los dos cambios y modificado posiciones, como la de Foulquier que recayó del izquierdo al lateral derecho.
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