Libertad VCF recuerda a Les Corts su compromiso con Valencia y Levante

En lo que se refiere al BIC, la complicación con la que se encuentran los dirigentes de Libertad VCF es doble. Primero porque están palpando en sus propias carnes la pasividad de los propios políticos –sobre todo de las administraciones implicadas– en una cuestión que parecía a priori solamente estética y con poca mordiente, y segundo porque tanto un club como el otro ya presentaron sendos escritos en su turno de alegaciones –febrero del año pasado– mostrando su total desacuerdo a esta intención. Solicitaron por lo tanto a la propia Conselleria que enterrara esta petición.

Hace unos días, Libertad VCF aportó a Les Corts esas miles de firmas para que la propuesta popular entre en la vía legislativa y se avive la tramitación para colarla en el debate político. La cuestión, que parece sencilla, tiene también ciertos matices que la sitúan en un plano de mucha incertidumbre para los propios impulsores. La caducidad de la misma propuesta siembra dudas para que pueda finalmente salir adelante.

Hay que tener en cuenta que en febrero de 2023, fue el Ayuntamiento de Valencia el que aprobó en el pleno una moción presentada por los grupos parlamentarios de Compromís y del PSPV para apoyar la declaración como BIC de los dos clubes de fútbol de la ciudad. La carpeta se trasladó a Conselleria. Y ahí quedó la cosa. De fondo siempre está la sombra del poder accionarial de Meriton. Pero el panorama político en la ciudad ha variado sensiblemente. Para empezar, ahora gobierna el PP y la oposición, que votó en julio la aprobación de las fichas urbanísticas, ahora empieza a apretarle las tuercas a Catalá por aquello de la lenta velocidad con la que el club ha reiniciado las obras. De manera paralela –eso no ha variado–, Miguel Zorío sigue alimentando su denuncia en la Agencia Valenciana Antifraude por el tema del estadio.

«Hemos hecho innumerables llamamientos por escrito tanto al Ayuntamiento como a Conselleria y ni tan siquiera se han dignado a contestarnos, para que nos digan al menos qué está pasando. Nos ignoran totalmente», expresaba este mismo jueves José Pérez, presidente de Libertad VCF.

Hay en la propuesta de este colectivo a Les Corts cuestiones que van contra los propios intereses de Meriton, siempre muy celoso en lo que se refiere a su poder en la entidad para hacer y deshacer.

«Les Corts pueden instarle a Conselleria para que retome el asunto y también se pueden hacer cambios en la Ley que rige los Bienes de Interés Cultural», añade José Pérez.

Las claves que asustan

La declaración de los clubes como BIC protegería sus símbolos, los colores y hasta la sede en la ciudad pero también encierra aspectos más peliagudos que ponen a los consejos de administración respectivos en guardia. La «inspección de las cuentas en forma de auditoria por parte de la Administración», pudiendo solicitar información a la SAD es uno de los puntos que más rechazo genera en los accionistas mayoritarios, así como también la «supervisión en la transmisión de la propiedad» si Peter Lim decide vender sus acciones. Más aún en un periodo en el que Meriton está bajo sospecha de venta.

Otra de las razones a las que se acoge Libertad VCF es el blindaje de la entidad, es que «en el caso extremo de encontrarse en riesgo de desaparición» ya que podría la «Administración expropiarlo por el valor que tenga en dicho momento», sin olvidar la dispersión accionarial o la amenaza de sanciones al personal del club que no facilite de manera correcta la información.