En febrero de 1973, el Valencia debutó en una eliminatoria de Copa mientras competía al mismo tiempo en la Liga. El calendario competitivo había impedido hasta entonces la disputa del torneo copero a los conjuntos de la máxima categoría hasta la conclusión del campeonato liguero. ... La ampliación de la primera división, que pasó de 16 a 18 equipos en la campaña 71-72, constituyó el primer paso para incluir eliminatorias coperas entre semana con la Liga todavía en marcha. El primer cruce para el Valencia fuera del calendario tradicional tuvo lugar en el ejercicio 72-73. El sorteo deparó un enfrentamiento contra el Rayo Vallecano, que militaba en segunda, y nunca había competido en primera.
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Los valencianistas despacharon el compromiso con autoridad: 0-1 en el estadio de Vallehermoso de Madrid, escenario provisional del conjunto vallecano, con gol de Pep Claramunt; en Mestalla, en la vuelta, el Valencia se impuso por 3-1, con tantos de Valdez, Pellicer, y Quino, todos marcados en el primer tiempo. La Liga concluyó con el Valencia en sexta posición. Una semana después, arrancó la Copa que acaparó el protagonismo para un club que había alcanzado tres veces la final en los tres ejercicios precedentes. Sin embargo, esta vez se iba a producir un descalabro inesperado. El CD Castellón, que había acabado la Liga en quinta posición con un punto de ventaja sobre los hombres de Di Stéfano, era el rival a batir.
El Valencia era el favorito porque en los encuentros ligueros se había impuesto sin problemas: 4-2 en Mestalla y 1-3 en Castalia. Óscar Rubén Valdez se había erigido en el gran protagonista con la autoría de los cuatro goles en casa y uno más en la capital de La Plana. Esta vez, la producción realizadora se vio cortada. Empate a cero en el feudo de los «orelluts» que se repitió en el duelo de vuelta. Se hizo precisa, por tanto, la disputa de una prórroga en la que los visitantes lograron el gol del triunfo y de la clasificación. Así se cortaba un imponente registro del Valencia que había superado 12 eliminatorias seguidas a doble partido.
En la siguiente temporada, la 73-74, no hubo eliminatoria coperas en medio de la Liga, porque se diseñó el calendario con la expectativa de que la selección española acudiera al Mundial organizado por Alemania Federal, algo que, finalmente, no sucedió. El torneo copero arrancó después la conclusión de la Liga con la restricción para aquellos jugadores que tenían la condición de extranjeros. En el caso de la entidad valencianista, los vetados fueron Keita y Jara. El sorteo quiso que, de nuevo, el Rayo Vallecano se cruzara en el camino. El Valencia logró un marcador global de 6-1, tras vencer en casa por 3-1- tal y cómo había sucedido un año antes- y por 0-3 en Madrid.
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Al igual que el año anterior, en el cruce de octavos con el Castellón, la historia se repitió con el siguiente rival, la UD Las Palmas, al que los valencianistas habían vencido en la Liga en Mestalla por 2-0, y con el que habían empatado a cero en el Insular. En la Copa los marcadores se produjeron a la inversa y el conjunto de Di Stéfano quedó apeado ante un oponente de su misma categoría. El Valencia había dejado de ser un equipo temible en la Copa. Esta impresión quedó ratificada en la siguiente campaña, la 74-75, cuando el Sporting de Gijón dejó fuera de combate al conjunto adiestrado por Milovan Ciric.
La ida se celebró en Mestalla, tres días después de que ambos equipos se vieran las caras en la Liga. El domingo 9 de marzo de 1975 se registró el triunfo local por 2-0, con tantos de Keita y Planelles. Todo parecía ir viento en popa el miércoles, cuando el Valencia dominaba el marcador por 3-0 a falta de 10 minutos para la conclusión. El doblete de «Gitano» González y el tercero de Quino permitían pensar que la eliminatoria estaba encarrilada. Sin embargo, los asturianos, entrenados por Pasieguito, reaccionaron con un par de tantos que llevaron el desencanto a la grada. En el Molinón, el Sporting venció por 3-0 en la vuelta y se llevó el pase a la siguiente ronda.
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El gafe de la Copa intersemanal frente a rivales de primera se mantuvo en la siguiente campaña, la 75-76, cuando el Betis apeó al Valencia. En Sevilla, los locales vencieron por 2-0 en la ida, mientras que en Mestalla, los valencianistas ganaron por un insuficiente 2-1. En la temporada 76-77, se rompió la maldición tras eliminar al Málaga, en el mes de marzo por un cómputo global de 3-0.
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