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El plan para envolver entre la bruma una posible venta del Valencia Club de Fútbol –se habla de una transacción de 400 millones de euros– ya está en marcha. Al menos, desde el 3 de agosto de 2020, cuando se firmó el contrato de ... prenda entre Meriton, máximo accionista del Valencia, y el magnate Peter Lim. Así consta en un documento firmado, al que ha tenido acceso este periódico, y que se encuentra en el registro de compañías de Hong Kong. El acuerdo se certificó el 27 de agosto de 2020.
Meriton Holdings reconoce en la fecha de la firma que adeuda 253 millones de euros a Peter Lim –la cantidad en este momento es al menos 35 millones de euros superior por los últimos préstamos– y todo forma parte de una estrategia para que, en el caso de que el Valencia se venda, Peter Lim no cumpla los acuerdos firmados con la Fundación en 2014. Aquel documento incluía una serie de puntos de obligado cumplimiento por parte de Meriton, que Lim se puede saltar si ejecuta el cobro de la prenda de las acciones. De esta manera, una futura operación podría entrar en un túnel de opacidad de la que el valencianismo sería ajena.
En la documentación, Meriton reconoce que debe 253 millones a Peter Lim y la prenda son las acciones del Valencia. El acuerdo incluye también la condición que no se podrá diluir el peso accionarial en el club mientras ese acuerdo esté vivo. En el momento en el que se firmó el contrato Meriton poseía el 84,28% de las participaciones.
Las cuentas del Valencia reflejan cada temporada que el máximo accionista del club es Meriton y en ningún caso es Peter Lim. Meriton actúa como empresa pantalla, porque su actividad es nula, no declara objeto social ni tiene una actividad conocida, está constituida en Hong Kong, su único socio es Peter Lim, se creó con un capital social de 95.000 euros y el de ahora es de 5 millones de euros.
En los informes de auditoría del club siempre aparece Meriton, nunca Peter Lim, y en la temporada 2016/17, como consta en los informes de aquella campaña, los auditores del Valencia recibieron una carta de apoyo financiero de Meriton, no del máximo accionista de esta sociedad radicada en Hong Kong.
El blindaje de no menoscabar la parte accionarial de Meriton –el 84% de las participaciones– es lo que lleva a la empresa a la renuncia de las ampliaciones de capital y a no permitir una segunda ronda para suscribir participaciones, para que de esta manera no cambie el porcentaje de poder en la entidad valencianista. Si nadie suscribe, el 84% de las participaciones a favor de Meriton, y por extensión de Lim por el contrato de prenda, se mantiene invariable.
En las distintas ampliaciones de capital que se han producido, la suma de la renuncia de Meriton a suscribir y la parte proporcional no cubierta por los accionistas suma casi 324 millones de euros. Un cantidad que, curiosamente, es la misma que el préstamo que busca ahora el Valencia para terminar las obras del nuevo Mestalla. Un análisis de las cuentas demuestra que si se hubieran cubierto las ampliaciones de capital previstas, el Valencia podría haber dispuesto de ese dinero de mano de los accionistas, pero Meriton congeló la operación para no perder el porcentaje de participaciones que posee para así poder preservar los intereses de Peter Lim.
Al Valencia no le hubiera hecho falta la petición de nuevos préstamos con entidades de crédito si se hubieran suscrito todas las ampliaciones de capital, pero fueron frenadas desde el club con la firme intención de no menoscabar el poder accionarial de Lim a través de Meriton, una firma que actúa como una empresa pantalla en este caso y que es incapaz de aportar el apoyo financiero que necesita la entidad de Mestalla.
¿Y qué se persigue con toda esta operación? Uno de los objetivos claros del magnate de Singapur es la opacidad en una futura operación de venta del Valencia Club de Fútbol. No dar datos ni detalles de una operación que se estima a partir de 400 millones de euros y que, de una manera clara, está vinculada a las parcelas de Mestalla, unos activos inmobiliarios que, curiosamente, siempre bajan de precio –ahora rondan los 110 millones de euros– cuando todo lo demás sube. De los 110 a los 400 millones de euros hay un limbo que, si sale bien el plan de Lim, nadie sabrá en que se concretará.
En el documento de venta del club a Meriton, en su apartado sexto, se reconoce en el caso de la venta del Valencia Club de Fútbol un derecho de tanteo a favor de los accionistas minoritarios de la entidad.
La clave está en la ejecución del derecho de la prenda. El acuerdo implica un derecho favorable para Lim del 84% de las participaciones, por lo que el magnate de Singapur estaría fuera de las condiciones que en su día firmaron la Fundación del Valencia y Meriton. De esta manera, si Lim ejecuta la prenda con la empresa de la que es máximo accionista, su vinculación con el club de Mestalla es ninguna, por lo que tendría las manos libres para operar con el futuro del club.
Así, se privaría del derecho de tanteo al pequeño accionista, que no podría igual la oferta para comprar el club, y Lim no tendría ninguna obligación contractual a la hora de dar explicaciones sobre la venta del Valencia.
Lim espera su momento. Ahora es complicado, con un equipo al borde del descenso a Segunda División, pero la estrategia ya está armada para vender el club entre bambalinas.
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