Lío entre el Dépor y los políticos por el Mundial de 2030 que abre una rendija a Mestalla

En el Dépor hay malestar porque entiende que se le ha obviado a la hora de afrontar este proyecto. Además, argumenta que quiere un estadio de primer nivel, pero cuando lo necesite y sin comprometer su economía. La diferencia con Mestalla es que Riazor es propiedad del Concello y no del Dépor, que tiene un contrato de arrendamiento.

«El Deportivo está comprometido a hacer siempre lo mejor para la ciudad y para el deportivismo; sin embargo, entiende que este modus operandi por parte del Concello no es institucional ni pertinente», argumenta el club gallego.

«Entendemos, que al momento de tomar esta decisión no se han tenido en cuenta ni las prioridades de los aficionados, que se verán privados de sus espacios en el campo, ni la sostenibilidad del club», prosigue el comunicado. «El Deportivo está comprometido a realizar las inversiones necesarias en el estadio de forma progresiva para garantizar que sea un modelo dentro de las instalaciones deportivas de Primera y Segunda División, pero siempre de acuerdo a las necesidades del equipo».

«Entre los objetivos del Deportivo se encuentra tener un estadio categoría 4 de UEFA, llegado el momento de disputar competiciones europeas. Pero ni el club ni sus accionistas están dispuestos a poner en riesgo la sostenibilidad del club para dar respuesta a una aventura de la que nunca han sido partícipes ni han sido consultados para formar parte de ella», continúa el comunicado, que concluye: «El Deportivo asumirá de manera prudente las mejoras necesarias que haya que llevar a cabo en Riazor en cada categoría y siempre de acuerdo con lo establecido en el contrato de arrendamiento firmado con el Concello».