Amadeo Salvo y Peter Lim, el día del recibimiento en Mestalla del empresario singapurés Manuel Molinés

¿A dónde nos llevas Lim?

Cogió al Valencia tercero en el ranking histórico y ahora puede caer a la quinta plaza. La denuncia de Kempes ha agitado el clima de la afición, cansada de pelear ante el empobrecimiento de la plantilla que aplica el máximo accionista

Domingo, 25 de agosto 2024, 17:04

¿Qué tendrá Peter Lim que además de Kempes –pese a aquellos que puedan pensar que lo hace por la rabia de no ser embajador–, ahora resulta que también Baraja empieza a endurecer su discurso? Más allá de la cuestión de rachas y de que ... es verdad que el inicio de calendario para el Valencia es ciertamente angustioso (podría llegar incluso a la sexta jornada con cero puntos porque se las tiene que ver con Athletic, Villarreal, Atlético y Girona), cuando un entrenador tan milimétricamente correcto pero también sincero como Baraja habla de que con lo que pasó en Vigo «no nos da para competir en Primera», es porque la cosa puede llegar a ser grave.

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Más allá de la responsabilidad que tuvieron los jugadores en Balaídos y del propio entrenador a la hora de escogerlos y desarrollar el partido, en el Valencia se ha encendido ya en esta segunda jornada, y con el mercado de fichajes todavía abierto, la luz del miedo en el cuerpo.

Esa luz empieza a parecerse a la de hace dos temporadas, cuando se tuvo que recurrir deprisa y corriendo al propio Baraja para evitar el temido descenso tras la estampida de Gattuso y el frustrado intento de Voro. Por eso habla ahora Mario Kempes, después curiosamente de vivir una época en la que sus discursos eran bastante comedidos, siempre evitando cruzar ese límite que molesta al Meriton de allí pero también al de aquí, que es lo que realmente la gente le pedía a gritos y lo que seguramente en su fuero interno también opinaba. A Kempes, cuando era embajador del club, le pudo entre otras cosas su sinceridad y fue destituido del cargo cuando empezó a apretarle públicamente las tuercas a Peter Lim. Ahora lo ha vuelto a hacer y la afición lógicamente se ha sumado al carro.

Kempes es indiscutiblemente una voz más que autorizada para denunciar públicamente los males y ensalzar las virtudes del Valencia. Lo hizo esta vez pocos minutos después de que el equipo se desmoronara en Vigo, cuando ya Baraja y los jugadores habían asumido que ese no es el camino idóneo para la supervivencia.

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A la espera del discurso, el cansancio de todos

El astro argentino pedía respetuosamente a Lim que se apartara porque este Valencia «no es el que merecemos todos... No podemos permitir que la grandeza de este club se pierda en la mediocridad». Por desgracia para él, la realidad es la que es y el Valencia hace ya mucho que se fue desinflando en muchos de los sentidos. No sólo económicamente hablando sino también en lo que al aspecto deportivo se refiere. Eso sí, falta por saber si Layhoon repetirá la estrategia del año pasado cuando habló de las aspiraciones del club para la 2024-25 en un vídeo grabado que difundió el departamento de prensa, así evita la 'incomodidad' de las preguntas de los periodistas.

Sólo hay que mirar la clasificación histórica, ese ranking tan particular al que acogerse cuando interesa y que se desprestigia con ligereza cuando no conviene tenerlo en cuenta. Lo cierto es que históricamente, a cualquier valencianista que se le pregunte, el de Mestalla siempre ha sido el tercer equipo de España. Durante muchos años no hubo dudas al respecto.

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Pero ese Valencia que hace apenas un par de décadas fue galardonado como el 'mejor club del mundo', resulta que ha cogido una deriva más que preocupante y va en picado. Ya no es el tercer equipo de España. Fue desbancado por el Atlético de Madrid en 2016, cuando el banquillo de Mestalla fue regalado por Lim a un buen amigo suyo como Gary Neville. Con el inglés preguntándose cosas tan absurdas como por qué los medios de comunicación conocían la víspera de los partidos la convocatoria, cuando en realidad los propios periodistas viajaban en el avión del equipo, el Valencia cayó en Anoeta ante la Real Sociedad por 2-0.

La curva descendente, adelantamiento del Atlético

El Atlético de Madrid, en cambio, ganaba 0-2 al Celta en Balaídos. Era el 10 de enero de 2016 y ese día, casi como quien no quiere la cosa, el Valencia descendía un peldaño en el ranking histórico (se cuenta desde 1928 y se contabilizan los puntos que se suman cada jornada, tanto cuando los triunfos valían 2 como cuando fueron de 3) y se bajaba del podium. De tercero a cuarto. Llevaba Lim únicamente dos años y ya se sentían los efectos.

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Ese año, el Atlético terminó tercero en Liga, el cuarto fue el Villarreal y el quinto el Athletic. El Valencia se tuvo que conformar –luego con Ayestarán en el banquillo– con la duodécima plaza. Empezaba a desintegrarse el poderío blanquinegro justo en la misma proporción que el Atlético crecía mientras que el Athletic seguía poco a poco a lo suyo, cumpliendo el guión y recortando diferencias cada vez.

El Valencia empezó extraordinariamente bien con Lim en el accionariado en 2014, con esa temporada espectacular de los 77 puntos –le sacó 22 de ventaja al Athletic– pero en los diez años que lleva Meriton aquí, únicamente en cuatro ha terminado el Valencia por delante del Athletic. Los vascos, próximo rival, han ido triturando el terreno y recortando esa diferencia que tenían a favor los blanquinegros.

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De ahí que la cita de este miércoles sea más importante de lo que parece. Primero porque Baraja lleva muchas jornadas consecutivas sin ganar (dos de esta temporada y siete de la pasada) y segundo porque el Athletic parece lanzado a por el título honorífico de 'cuarto de España? Al principio de este ejercicio, el Valencia estaba por delante con 20 puntos, pero con el empate de la primera jornada del Athletic –que perdió este sábado–, el margen entre ambos se ha reducido a 19 y se podría salvar este año.

Un golpe difícil de digerir para todos, uno más si se tiene en cuenta el cansancio que se palpa entre el aficionado. Justo cuando más respaldo tiene el equipo de la grada, con una campaña de abonos que ya no puede dar más de sí (sin forzar ya es un éxito total), el empobrecimiento de la plantilla queda más que patente. El primer año de Lim, el Valencia tenía 3.296 puntos, por detrás de Barça (4.081) y Real Madrid (4.202). Ahora tiene 3.755 puntos, es cuarto por detrás del Atlético (3.977) y tiene al Athletic soplándole el cogote con 3.756 contabilizando es empate de San Mamés contra el Getafe. Si Lim no cambia el chip –que no lo va a cambiar–, ¿dónde va a terminar al final arrimando al Valencia?

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