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Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Los futbolistas del Valencia celebran la Copa del Rey AFP/JOSE JORDAN
Magia y turbulencias en el año del Centenario

Magia y turbulencias en el año del Centenario

El equipo, indestructible, gana la Copa y alcanza la Champions | Meriton provocó una crisis de la nada con los despidos de Marcelino y Alemany e intenta solventar ahora su gran problema social: el traslado al nuevo Mestalla

Toni Calero

Valencia

Domingo, 29 de diciembre 2019, 22:51

Qué difícil fue de entender, fuera del ecosistema valencianista, que Piccini reventara su camiseta para celebrar un pírrico triunfo en Mestalla contra el Huesca. Nadie daba un duro por una plantilla negada de cara a portería y un cuerpo técnico incapaz de llevar a su equipo a la parte alta. ¿Qué le pasaba al Valencia? ¿Por qué no se parecía al del año anterior? Nunca se sabrán las causas exactas, pero sí que Marcelino y los futbolistas utilizaron los golpes para endurecer su coraza: el vestuario como refugio, el vestuario como punto de partida para contraatacar. «Me niego a dar por perdida una temporada en enero. Eso no va conmigo ni con el espíritu del equipo. Hay tiempo y muchas ganas de lograr los objetivos. Aquí no se rinde nadie. Creo en este equipo». El tuit de Parejo tras empatar en casa contra el Valladolid (12 de enero) fue la frase de cabecera de una plantilla indestructible. La del Centenario, la de la final de Sevilla.

Supimos más tarde que el coraje y la autoestima de la plantilla acabarían resultando armas clave para conquistar la Copa y remontar en Liga hasta repetir clasificación para Champions. El equipo se repuso a cada patinazo salvo en la Liga de Campeones, donde un error ante el Young Boys le impidió estar en octavos. La Europa League fue otra historia, un camino sencillo hasta verse las caras con Emery y el Arsenal en semifinales. Salió cruz. A nivel deportivo, mayo fue el mes soñado por el valencianismo. El 18, en Pucela, se adueñó definitivamente de la cuarta posición y siete días después llegaría la locura en Sevilla. Las calles olían a pólvora y el Villamarín se cubrió de blanco. El Barça se tomó la final de Copa como una más y el Valencia la deseaba por encima de todas las cosas. El 25 de mayo el 'soñar que no tenemos techo' vino de perlas para la exhibición de Parejo, la carrera de Soler, el golazo de Gameiro o la acción de acoso y derribo de Coquelin sobre Messi. Lloró esa noche Marcelino. Él fue el director desde el banquillo de un título valencianista once años después. La Copa del Centenario lleva su rúbrica pero en Sevilla algo se había empezado a romper.

Parejo levanta el trofeo de campeón en el palco del Villamarín

Peter Lim ni compareció en la cena de celebración del Valencia en la ciudad hispalense y los dos bandos se evidenciaban dentro del club. Para Marcelino, su posterior despido se debió a «ganar la Copa». El club estaba obsesionado con la Champions, pero ni el entrenador ni la plantilla querían despreciar el torneo del KO. El tiempo les dio la razón, pero la relación entre Mateo Alemany y Anil Murthy, por citar un ejemplo, nunca llegaría a restablecerse. El 29 de julio, cuando el director general y Pablo Longoria cerraban entradas y salidas (Maxi fue el fichaje estrella, se logró retener a Rodrigo) estalló la crisis. Alemany salvó esa primera situación pero su papel en el Valencia sería testimonial hasta su doloroso adiós del 7 de noviembre. Por el camino también cayó Pablo Longoria, del núcleo duro de Marcelino, y el Valencia aún no ha firmado a ningún sustituto del director deportivo, cuyas funciones asumió de forma directa el presidente.

Todos esos movimientos crearon una tremenda grieta entre los hombres de Meriton y la afición. Cuando Murthy mandó a callar al público (5 de octubre) por los cánticos contra el palco, el presidente vivió sus horas más críticas en Valencia. La apuesta deportiva fue contratar a Celades, un técnico con escasa trayectoria pero que le ha cogido el punto a la plantilla, de muchos quilates y ya entre los 16 mejores de Europa. Un grupo, por cierto, en el que la cantera tiene un papel primordial.

Marcelino ofreció una rueda de prensa para hablar sobre su despido IRENE MARSILLA

Las turbulencias sociales debido a los despidos de Alemany y Marcelino se reprodujeron también con el traslado al nuevo estadio. En abril surgió la cooperativa que trabaja ahora con el Valencia para quedarse las parcelas de Mestalla y entregar al club el dinero suficiente para retomar las obras en el coliseo de Cortes Valencianas. El club, además, todavía tiene coleando la multa de la UE, Porxinos y el litigio con la Federación por la Supercopa de España.

Más allá de eso, 2019 dejó imágenes imborrables con motivo del Centenario. La marcha cívica (18 de marzo) implicó a la ciudad y el partido de leyendas enamoró a un Mestalla entregado. El Valencia vivió un cumpleaños mágico que toca a su fin mañana mismo.

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