El 'mago de los números' empobrece al Valencia

En mayo de 2016 le pregunté a Peter Draper, gurú inglés de la mercadotecnica, cómo era Peter Lim. La respuesta, cinco años después, resulta sonrojante: «Es el hombre de negocios más fácil de llevarse del mundo. Un apretón de manos suyo vale más que un contrato. Es un mago de los números. Puede retener de memoria cada número de un balance de un contrato. A veces da un poco de miedo. Es humilde y fiable, el dueño perfecto». Menos de un año después, el afable y divertido Draper, prestigioso jefe comercial en los años gloriosos del Manchester United, estaba de patitas en la calle, destituido por Lim, sin haber conseguido para el Valencia ese 'main sponsor' de 10 millones anunciado como un mantra en sus dos cursos al frente del área comercial del VCF. «De 10 millones no bajamos». Hoy, siete años después, el patrocinador principal del Valencia CF, Cazoo, la empresa de compra-venta de vehículos, paga unos cuatro millones por temporada. Y el club de Mestalla está obligado, antes de acabar junio, a vender jugadores por un mínimo de 37,7 millones para presentar así un déficit de 'solo' 36 millones en el cierre del pasado ejercicio. Es decir, aun vendiendo al mejor futbolista, pongamos Guedes, seguiría habiendo pérdidas que engordan la deuda. Las mentiras de Lim en estos ocho años quedan recogidas en otra respuesta de Draper en esa misma entrevista al preguntarle por el futuro del nuevo Mestalla, cuando estaba prevista una pista de atletismo. «Es un desastre desde el punto de vista del ambiente y del comercial. El arquitecto que lo diseñó y que sigue con nosotros (Mark Fengwick) no lo habría diseñado nunca así. Queremos inaugurarlo en 2019 y, para eso, debemos empezar las obras pronto. Hay un plan de negocio».

Genovés II es el futuro. A los 40 años se retira José Cabanes, Genovés II, por la puerta grande: la estima del mundo de la pilota trasciende los éxitos deportivos, que fueron muchos, sobre todo las tres Ligas consecutivas por equipos. «Desde mi debú, con 16 años, jugué con 10 kilos más», afirma, en referencia a la presión sobre él por la gigantesca presencia de su padre, el más grande de todos los tiempos, Paco Cabanes, El Genovés. José se labró un nombre como hombre de ley, jugador de mucha clase, pese a las lesiones, cinco cirugías en el codo en el momento cumbre de su carrera. Y ahora, fisioterapeuta de profesión, quiere devolver a la pilota parte de lo recibido: ser presidente de la federación. «La pilota está mucho peor que cuando empecé, necesita un impulso a través de un proyecto común. La federación está lejos de los clubes y deberíamos acercarnos a ellos, actuar de oficio, ir pueblo por pueblo a ver las necesidades». Es una bocanada de aire fresco frente al clientelismo de la federación en las votaciones a la presidencia: votan los clubes, los jugadores, los trinqueters, los jueces, los monitores... «La gente debe decidir si piensa en la pilota o en los beneficios de cada uno». La clase en los trinquets llegaría con él a los despachos.