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Si hay algo que siempre tendrá el Valencia, vaya mejor o peor, será su afición. Jugar en Mestalla es siempre una ventaja y Rubén Baraja ... está exprimiendo el factor local al máximo esta temporada. En parte, gracias a la solidez defensiva que lidera Giorgi Mamardashvili bajo palos. El georgiano sigue creciendo a pasos agigantados en la imaginaria lista de mejores porteros del mundo y no tardará en entrar en las cábalas de los grandes de Europa si sigue al nivel que está mostrando en Mestalla.
El portero del Valencia ha conseguido cinco de sus siete porterías a cero del curso liguero como local, un dato llamativo que explica el buen momento del equipo, que es séptimo en la tabla, posición que a final de temporada podría dar acceso a competición europea. Según los números de la Liga, Mamardashvili es el tercer mejor portero del curso en cuanto a porterías a cero se refiere: Unai Simón lidera con nueve, Álex Remiro y Stole Dimitrievski llevan ocho, y ahí aparece el valencianista con siete, al igual que Jan Oblak y David Soria.
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Curiosamente, Mamardashvili no aparece muy arriba en la clasificación de paradas: es noveno. Una buena señal siempre, ya que implica que al equipo no le llegan con asiduidad y que el portero tiene menos trabajo. Su defensa, liderada por José Gayà, Cristhian Mosquera, Gabriel Paulista y Thierry Rendall, está permitiendo al georgiano tener que intervenir mucho menos. Con 58 paradas, está lejos de, por ejemplo, Filip Jorgensen del Villarreal, que lleva 85 intervenciones y lidera el ranking. Eso sí, el groguet ha encajado muchos más goles. Es decir, mejor estar arriba en porterías a cero que en paradas.
En cuanto a goles encajados, Mamardashvili ha cedido 24 disparos entre sus tres palos. Eso sí, destaca y mucho la diferencia entre jugar en Mestalla a hacerlo fuera de casa. Como local sólo ha encajado cinco goles en diez partidos. Es decir, uno cada dos partidos. Lejos de Valencia, la cifra asciende hasta los diecinueve. Margen de mejora todavía y quizá el único 'pero' de este Valencia de Baraja, el rendir fuera de casa. Porque en Mestalla, Mamardashvili ha engrilletado su portería, echando el cerrojo del estadio blanquinegro y convirtiéndolo en un fortín prácticamente inexpugnable.
El Valencia no pierde como local en Liga —sí lo hizo en Copa ante el Celta para caer eliminado— desde el 27 de septiembre, ante la Real Sociedad. Aquel día encajó un gol, de Carlos Fernández. Desde entonces, sólo Joao Félix el día del Barcelona (1-1) y Gerard Moreno (3-1) el del Villarreal han conseguido superar a la muralla georgiana. Cuatro victorias y dos empates que han aupado al Valencia en la clasificación en su intento por escapar de la batalla por la permanencia y enganchándose a la de entrar en Europa. Únicamente Osasuna ha sido capaz de marcar más de un gol a Mamardashvili en Mestalla. Fue en la tercera jornada del campeonato liguero, todavía en el mes de agosto. Aimar Oroz, de penalti, y Nacho Vidal, en una jugada embarullada en un saque de esquina, perforaron la red valencianista. Desde entonces, no ha vuelto a pasar.
Porque sí, el Celta marcó tres en la eliminación copera. Pero aquel día no jugaba Mamardashvili. Lo hizo Jaume Doménech, cuyos números quedan muy lejanos de los del georgiano. Con su 1,97 metros de estatura, el ex del Dinamo Tbilisi—club que recibirá un 10% de una futura venta— ha mejorado y mucho su juego aéreo, su mayor debe de las últimas dos temporadas. Desde su irrupción con José Bordalás no ha dejado de crecer y en marzo afrontará otro reto: clasificar a Georgia para la Eurocopa en la repesca.
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