Mamardashvili: «Mi futuro quedará claro muy pronto»

El futbolista ha sido convocado por su selección para la Eurocopa y su intención es tenerlo todo atado antes para así estar únicamente centrado en la competición continental. «Ahora no pienso en nada más, porque tengo por delante un torneo importante con la selección de Georgia. Valencia es mi casa. Ellos me dieron una carrera futbolística», ha asegurado.

Los gestos de emoción de Mamardashvili una vez terminado el partido contra el Girona no pasaron inadvertidos. Nada más escuchar el pitido final, el georgiano se refugió en el palo izquierdo de su portería, apoyando la espalda en él, para reflexionar. Emocionado, hasta que llegaron varios jugadores rivales a despedirse. Ahí se levantó y una vez correspondido, girarse para besarse el escudo en dirección a la grada. Los gestos propios de alguien que se despide sin poder decir que lo hace y que el mercado dirá si fue un momento premonitorio de lo que está por venir.

El jugador renovó su contrato en septiembre de 2022 hasta junio de 2027, con una cláusula de 100 millones. Su coste de casi cero, puesto que la opción de compra pagada al Dinamo Tiblisi fue de 750.000 euros, hace que sea uno de los jugadores por los que el Valencia, es decir el proyecto de Meriton, puede sacar más beneficio neto. Vender jugadores, y no abrir la mano a la financiación, sigue siendo, hasta que se demuestre lo contrario, la prioridad marcada por Peter Lim a Layhoon Chan como presidenta y a Javier Solís y Miguel Ángel Corona como trabajadores de rango superior en el club. Y ahí está la oferta del Newcastle de 41 millones, irrechazable para este Valencia que dice basarse en la sostenibilidad, y más sin ingresos por competición europea.