Mamardashvili, en elpartido contra el Barcelona. AFP

Mamardashvili, el muro

El portero es una de las grandes bazas del Valencia. En Mestalla sólo ha recibido ocho goles en catorce partidos, el mejor registro en veinte años

Miércoles, 13 de marzo 2024, 00:40

Cuando se supo su fichaje por el Valencia, los medios de comunicación apenas prestaron excesiva atención sobre él. Ni portadas, ni guardias en el aeropuerto, ni reportajes. Un jugador más en la lista de búsqueda de jóvenes promesas que puedan con mucha suerte cuajar en ... la élite, aunque su caso era ciertamente un tanto especial. El hecho de ser portero y extranjero ya le daba un matiz diferente. Era junio de 2021 y otro de los puntos diferenciadores con respecto a otros jóvenes que ingresan prácticamente cada año en la Academia, aunque sea para el filial y pese a estar con los profesionales del primer equipo entrenando a diario, es que éste ya había tocado al menos algo de moqueta. Llegó del FC Dinamo de Tibilisi, aunque la campaña anterior había disputado con el Locomotive Tbilisi la Europa League, precisamente frente al Granada. Hoy en día se ha convertido en el muro infranqueable del Valencia y su nombre circula ya con mayúsculas por los equipos de caché. Es Giorgi Mamardashvili (Tibilisi, 29-9-2000), que debutó en la liga georgiana con 18 años en las filas del FC Rustavi y que a los 23 acumula el mejor registro en casa de los últimos veinte años.

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Sus casi dos metros de envergadura le convierten en un gigante para los delanteros de la liga española y el Valencia se está beneficiando de todas esas virtudes que tiene y que le llevaron de su paso fugar por el filial a convertirse en guardameta indiscutible en Primera División. Bordalás lo tuvo claro desde el primer día y el georgiano aprovechó el resquicio que le daba la lesión de Cillessen a comienzo de temporada (2021-22) para jugar sus primeros seis partidos de titular con el primer equipo: tres victorias, un empate y dos derrotas (7 goles en contra) fueron su balance inicial, dejando a Jaume con las ganas.

En febrero puso la directa

La vuelta de Cillessen le mandó de nuevo al banquillo –ya iban dos guardametas en la suplencia por esas multitudinarias convocatorias que se instauraron con el Covid y que ya se han implantado para siempre–, y la Copa del Rey en sus primeras rondas se reservó para Jaume. Justo hasta que después de un conflicto con la báscula de control, Mamardashvili de nuevo se subió a la titularidad en febrero para no bajarse de ahí, con final de Copa en La Cartuja incluida. Tenía 21 años entonces. De los porteros se dice que cuando más veteranos, mucho mejor. Pepe Reina, hoy en día suplente en el Villarreal y con el DNI más alto de toda la Primera División, va camino de los 42, casi el doble que los del valencianista. Este domingo en La Cerámica se verán las caras.

La meteórica carrera de Mamardashvili le sitúan ahora en un primer plano, aprovechando también la coyuntura de este Valencia que se encuentra sobre todo en Mestalla más fuerte que nunca. En casa, su estatura parece todavía mayor aún que la que es realmente. Es evidente que el trabajo de José Manuel Ochotorena en la ciudad deportiva de Paterna se nota. A sus 63 años –veinte trabajando en el club, primero como portero y luego como responsable de los mismos–, pocas cosas se le pueden escapar ya a Ochotorena y de esa larguísima experiencia se aprovecha n elementos como Mamardashvili.

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En uno de los portales especializados, al georgiano se le etiqueta con un valor de mercado de 30 millones de euros (es el único que llega a esta cifra de la actual plantilla blanquinegra junto con José Luis Gayà), el más alto para los guardametas menores de 23 años. Si este verano saldrá o no vendido es algo que hoy en día realmente ni sabe Peter Lim, que es quien tiene siempre la última palabra. Es evidente que tendrá mercado, el problema es que los que pueden pagar esas altas cantidades son clubes que tienen ya las plazas cubiertas.

De 20 a 100 millones

De cualquier forma, el Valencia se movió a tiempo y en septiembre de 2022 firmó la renovación de contrato del futbolista, al que estiró su vinculación hasta junio de 2027 con una cláusula de rescisión impactante: 100 millones de euros. Fue, de hecho, uno de los primeros asuntos en los que se puso a trabajar Layhoon cuando regresó al Valencia, ya que Mamardashvili tenía una cláusula de salida anterior de 20 millones de euros.

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Esta irrupción del georgiano en el panorama futbolístico coincide justo cuando más insistencia hay en los rumores del interés del Valencia en Dimitrievski. El portero del Rayo Vallecano que termina contrato el próximo 30 de junio y no ha respondido hasta ahora a la oferta de renovación de su equipo. El macedonio responde curiosamente a un perfil bien distinto al de Mamardashvili, ya que tiene actualmente 30 años (Jaume tiene 33).

Al Valencia le quedan por delante once encuentros de Liga todavía por disputar. Suma 31 goles en contra y de seguir la media actual que encaja el equipo la acabaría rondando los 50. Todavía lejos de las cifras a las que pretendía Marcelino García Toral, por ejemplo, cuando cogió las riendas del Valencia. El técnico al que se enfrentará el Valencia este próximo domingo llegó a decir que los 38 goles que encajó el equipo en la 2017-18 era una cifra todavía alta para sus pretensiones. Así fue, cerró el curso 2018-19 con tres menos (35), todavía algo lejos de los márgenes en los que se mueve hoy en día Mamardashvili.

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Eso sí, lo justo es tener claro la plantilla que tenía Marcelino en el Valencia en aquella época y la que tiene Baraja ahora. De momento, sólo el Real Madrid ha recibido menos goles en sus partidos como local (7).

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