La ATE de Mestalla se ha convertido en el principal caballo de batalla dentro de la relación entre el Valencia y la administración pública. La Actuación Territorial Estratégica sobre la que se apoya el proyecto del nuevo y el viejo estadio ha abierto un conflicto sin visos de solución.
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El club se muestra incapaz de cumplir los plazos y se resiste a dar garantías de ejecución, mientras que la Generalitat y el Ayuntamiento, indignados por los 12 años de paralización de las obras, lanzan órdagos que, de momento, no han tenido ningún efecto. Pero hay más afectados en este peliagudo asunto. Y es que la ciudadanía permanece en vilo a la espera de movimientos. Los vecinos de Benicalap y de la zona de Blasco Ibáñez, así como los hosteleros de la capital del Turia, expresan su preocupación por un bloqueo interminable. Promesas rotas, imagen deplorable, empresarios en quiebra, tensión en las calles... Existen varios colectivos perjudicados por el batacazo inmobiliario de la entidad blanquinegra. Una patata caliente que cuenta con numerosos frentes abiertos.
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Alrededores del nuevo Mestalla: El polideportivo que no llega
Hace escasas semanas, el presidente de la Asociación de Vecinos de Benicalap-Entrecaminos, Juan Antonio Caballero, mantuvo una conversación con la vicealcaldesa del Valencia, Sandra Gómez. El diálogo no resultó esperanzador. Mientras la operación urbanística esté atascada, el barrio seguirá sin contar con el polideportivo prometido.
«En su momento, ya veíamos que la ubicación del campo era un problema por razones de movilidad y tráfico. También de pérdida de un solar que estaba pensado para instalaciones deportivas generales. Pero esa batalla se perdió y se puso en marcha el campo de fútbol. La construcción del campo tenía una compensación que consistía en la construcción de un polideportivo de 14.000 metros cuadrados en una de las esquinas de la parcela. La paralización y el fracaso de toda esta operación urbanística conlleva que esa parcela no se pueda utilizar tampoco para beneficio del barrio y la ciudad en general. Con lo cual, la operación se puede considerar un absoluto desastre», lamenta Caballero, visiblemente desesperado.
«Estamos en una especie de callejón sin salida. Aunque se suspenda la ATE, el suelo es del Valencia. Está más claro que el agua que hasta que no se vendan los terrenos del viejo Mestalla, no se va a mover ningún ladrillo. Estoy convencido de eso. La preocupación que hay es que esto siga eternamente así. Yo creo que no hay vuelta atrás. Tendrán que acabar el estadio, porque no puede ser que se mantengan en este limbo permanentemente», añade.
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Caballero recuerda el debate que existió en el vecindario cuando nació el proyecto: «Había una parte del barrio que consideraba que eso era una cosa muy positiva. Nosotros, como asociación, no. Veíamos que eso iba a ser un problema y llegamos a proponer ubicaciones alternativas, pero no nos hacían caso. El estadio se construye sin que haya un plan de transporte que facilite la llegada. Nosotros, que nos opusimos, nos vimos compensados en cierta manera con la aparición de ese polideportivo. Si tampoco se hace eso, el barrio ha perdido una oportunidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Nos sentimos maltratados».
Alrededores del viejo Mestalla: El caos en días de partido
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El balón sigue rodando en la avenida Suecia, donde el viejo Mestalla está a punto de cumplir 98 años. El histórico coliseo sobrevive en unos terrenos que, teóricamente, deberán ser ocupados por flamantes torres de viviendas. Sin embargo, con la ATE en el aire, los vecinos de la zona permanecen expectantes. Y el desgaste va pasando factura.
Javier López, tesorero de la Asociación de Vecinos Avegas, próxima al viejo Mestalla, se muestra pesimista. «Es un tema que está muerto. Nos afecta que esto esté paralizado y nuestra idea sería que el proyecto se llevase a cabo», comenta. Considera que la operación supondría un salto cualitativo para el barrio: «El proyecto es ambicioso y es interesante que se desarrolle. Por otro lado, tener el campo aquí lo único que hace es entorpecernos. Ahora no asiste el público, pero los días de fútbol esto es un auténtico desastre de aparcamiento y tráfico. Entonces el proyecto daría mucha vida y mucho impulso a la zona. El sentir general es que el campo, que tiene muchos años, está en un sitio que se podría utilizar mucho mejor. Incluso la valoración de los pisos podría ser más interesante».
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Hostelería: Familias arruinadas
La puesta en marcha del nuevo Mestalla representó una revolución en la zona de Cortes Valencianas, tal y como recuerda Manuel Espinar, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia. La posterior detención de las obras supuso el hundimiento de varios negocios.
«Hubo un 'boom' urbanístico alrededor de la infraestructura y todo eso acarreó que muchísimos empresarios arriesgaran patrimonio para empezar a montar locales de hostelería en Cortes Valencianas y los aledaños del campo. Al paralizarse las obras, todas las expectativas que había se vinieran abajo. Y muchos locales tuvieron que cerrar. Muchas familias se llegaron a arruinar. Pero en la última década la ciudad ha experimentado un cambio importante en materia turística y se ha montado hoteles alrededor del nuevo Mestalla. Eso ha generado un flujo de negocio en la zona y ha ido aliviando. Pero hubo un impasse de dos o tres años en que Cortes Valencianas se quedó muerta. Ahora tiene una cierta estabilidad», explica Espinar, quien reclama un mayor compromiso: «Nos parece un acto de irresponsabilidad por parte del presidente del club, primero por la afición y segundo porque la ciudad no se merece esto».
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Juan Antonio Caballero, Asociación de Vecinos Benicalap «El fracaso de toda esta operación urbanística conlleva que esa parcela no se pueda utilizar tampoco para beneficio del barrio y la ciudad»
Javier López, Asociación de Vecinos Avegas «Tener el campo aquí lo único que hace es entorpecernos. El proyecto daría impulso a la zona. La valoración de los pisos sería más interesante»
Manuel Espinar, Federación de Hostelería «Al paralizarse las obras, hubo un impasse de dos o tres años en que Cortes Valencianas se quedó muerta. Ahora tiene#una cierta estabilidad»
Considera que los alrededores del viejo Mestalla se adaptarán bien al futuro escenario: «El proyecto urbanístico que hay va a generar una población importante en la zona. Aquellos establecimientos que estén enfocados al Valencia tendrán que reinventarse, pero va a segur siendo una zona interesante de Valencia».
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