Más de un año después de su marcha, Marcelino García Toral sigue dolido por su destitución del Valencia tras una decisión unilateral de Peter Lim. El exentrenador blanquinegro, en declaraciones a El Partidazo de Cope, aseguró anoche que no le cuesta ver al Valencia, «porque ya ha pasado mucho tiempo». «Sí que me costaba cuando inesperadamente nos echaron, cuando no das crédito a una situación te cuesta asimilarlo, pero miro hacia adelante», ha expresado.
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El técnico lamenta que en ningún momento le dijeran a la cara que iban a echarle: «Nunca ha habido un contacto con la directiva, en su momento no querían darme una explicación. No me llegué a ver con Murthy, solo Mateu Alemany me comunicó que estaba destituido. Ya lo sabía y él vino a mi casa y me dijo que el presidente le había dicho que venía de Singapur y estaba destituido. Me lo comunica Mateu», y añadió: «Si me encontrara con Murthy no pondría especial interés en saludarlo».
Tras ganar la Copa en Sevilla en 2019 las cosas se torcieron. «No tenía sensación tras lo de Sevilla que acabara así, pero en junio ya se veía que la forma de actuar no era como los años anteriores, había otra forma de pensar, una limitación en los criterios, el club no sabemos por qué tenía otras. Tuvimos una conversación en Singapur y se nos dijo que todo seguía igual, volvimos y vimos que eso no era así. Si te dicen una cosa y luego actúan de forma diferente, poco cabe esperar ya», ha expresado.
«Los hechos demuestran que desde la llegada de Mateu el equipo tuvo una transformación deportiva y económica grande, se consiguió entrar en Champions y ganar la Copa. Aspirábamos a seguir creciendo, el equipo era muy bueno, quien dice que la plantilla era conflictiva no dice la verdad, eran ambiciosos, ganadores, compañeros y nos dieron el apoyo dentro y fuera del campo».
Tras el despido del asturiano no hubo una explicación pública de Murthy, que sí dijo que no iba a dar su opinión sobre Marcelino por respeto. Una frase que el entrenador no encajó nada bien: «Que hable Murthy, quien amenaza, que cumpla la amenaza. Nuestra honestidad está fuera de toda duda. Cuando haces algo inexplicable es normal que quieras dejar alguna duda para quien nos tenga cariño en Valencia. Que hable y lo que insinúa que lo demuestre. Lo que dices hay que probarlo, no van a encontrar ninguna situación anómala, esto tendría lugar si me hubiera separado de la dirección deportiva para tomar decisiones. La plantilla para nada era nociva, es falso, conviví con esos futbolistas y el nivel personal era muy bueno».
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Marcelino se pone en la piel del actual entrenador: «Con Javi Gracia es la continuación de lo que me tocó a mí la pretemporada pasada, es similar, yo fui el primero y Javi está en una situación que le dicen una cosa y ejecutan otra. Me decían que uno de los motivos de mi destitución es que retaba al dueño, cuando nunca lo hice, sólo valoraciones de cómo se estaba actuando y lo que creía mejor para el Valencia. Cara a cara es cuando realmente se buscan soluciones o la mentira queda en esa mesa», ha expresado.
El asturiano no cree que el Valencia «corra peligro de descenso» pero sí ha reiterado que la entidad le instó a no ganar la Copa en 2019: «Es evidente que el club me invitó a tirar la Copa. El día antes de jugar contra el Getafe, una persona del organigrama me dijo que tirara la Copa».
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Las tensas relaciones entre el asturiano y el máximo accionista del club fueron la causa de que se pusiera fin de forma abrupta a su etapa en el banquillo de Mestalla en septiembre de 2019. Las declaraciones del técnico en las semanas previas a su destitución, en las que criticaba que los fichajes que hacía la entidad no se correspondían con lo que él había pedido para reforzar al equipo, fueron complicando el ambiente, hasta que Lim decidió prescindir de Marcelino, una decisión que el presidente, Anil Murthy, no explicó en rueda de prensa, optando por el silencio. El club sustituyó al asturiano por Albert Celades, que ni siquiera acabó la temporada por sus discretos resultados.
Solo cinco meses antes de su despido, el entrenador asturiano había tocado el cielo al construir el bloque que conquistó la Copa del Rey de 2019 en la recordada final contra el Barcelona, el último título logrado por el Valencia, que es, a día de hoy, todavía vigente campeón de la competición, al no haberse disputado aún la final de la campaña anterior entre Real Sociedad y Athletic por el Covid.
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La decisión de prescindir de Marcelino provocó el inicio de la ruptura entre la afición y el dueño del club, en una relación que se ha ido alejando por las decisiones de Lim. Tras el asturiano se fueron también su extenso equipo de trabajo, el director general, Mateo Alemany, y este verano las principales estrellas del equipo, aquellos que, como Parejo, Rodrigo, Garay o Coquelin, habían defendido la labor de Marcelino. Algo que Lim nunca perdonó, y que ha desembocado en la ruptura total con la afición valencianista por la pérdida de nivel del equipo tras la ausencia de fichajes.
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