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Martín Queralt: «Si no hay prórroga de la ATE, el Valencia entrará en causa de disolución»

Martín Queralt: «Si no hay prórroga de la ATE, el Valencia entrará en causa de disolución»

El exdirectivo no oculta su «indignación» ante la falta de respuesta de Anil Murthy tras solicitarle oficialmente hace una semana una reunión

Domingo, 15 de noviembre 2020, 00:15

Juan Martín Queralt (Valencia, 1945), de mente ágil pero voz y actitudes pausadas, empieza a coger velocidad. Este catedrático y valencianista de cuna, no deja pasar ni una sola reunión de la plataforma que lidera (De Torino a Mestalla) sin recordar a todos sus miembros la premisa de 'urgencia'. El Valencia, en su opinión, está desangrándose y apunta el 20 de mayo como fecha clave para que la ATE no le clave al club blanquinegro la puntilla final.

–¿Quiere ser usted presidente del Valencia?

–No.

–¿Por qué?

–Porque no es mi momento, es hora de gente más joven.

–¿Y es ahora el momento para situar a esas personas?

–El ideal es que una vez el club haya revertido al valencianismo, en la propia Junta elija la gente a quien quiera que los gobierne.

–Pero ese pensamiento, tiene mucho también de romántico.

–Es posible. Quien piense así, es probable que tenga más razones que los que creemos en esa posibilidad. Quizás no hablemos de una democratización al cien por cien, pero sí llegar a una sociedad mercantil que sea más respetuosa con la tradición y la historia de lo que debiera ser el Valencia.

–¿Ese pensamiento se fundamenta por la situación tan dramática del club?

–El Valencia no puede ser una más de las instituciones que el tiempo ha devastado. Recuerdo 'La balada del Bar Torino' de Rafa Lahuerta, que pudiera ser uno de los libros de cabecera de los valencianistas, que hablaba de la Valencia devastada. También en esa línea escribía Pablo Salazar en LAS PROVINCIAS este sábado, hablando de las instituciones y personas que han desaparecido. Comparto ese criterio y sé que hemos de tener esa suerte. En el Valencia se ha reforzado la unión de los valencianistas y eso es importante para encarar los tiempos en los que estamos.

–¿Quién le ha fallado al club?

–Le hemos fallado los valencianistas. Todos. No hemos sabido mantener una historia y una tradición y hemos permitido esta situación. No hay que lamentarnos ni lanzar improperios por el pasado, hay que mirar adelante porque correríamos el peligro de entrar poco menos que en una guerra civil.

–¿Qué ve al mirar adelante?

–De una parte se vislumbra la unidad del valencianismo. Es un movimiento generalizado que se ha puesto en marcha. No veo apetencias individuales por mandar. Veo un deseo de retornar al club al Valencia que fue. Para mí, el que alcanza el punto álgido en los cuarenta y que dura hasta la final del 54. Es cuando el Valencia está más unido a la afición, con Luis Casanova de presidente. Ese es el espejo en el que mirarnos.

–Y entonces, ¿qué pasa con las acciones que adquirió y tiene Meriton?

–Lo ideal sería que estuvieran repartidas las acciones en cada abonado. A eso no vamos a poder llegar porque hay mucha gente que está atravesando momentos difíciles y no pueden adquirir acciones. Pero si hay cierta concentración de acciones, tampoco pasa nada.

–¿Y cómo se deshace el nudo?

–Habrá que ver primero lo que vale en estos momentos la acción, luego hay que adquirir los títulos y después ponerlas en el mercado a disposición del público. Ese es el proceso lógico.

–¿Cuánto cree que vale hoy en día la acción del Valencia?

–No lo sé. Seguro que lo que piensa el máximo accionista difiere de lo que creemos el resto. El precio habrá que tratarlo en la mesa de negociación. Quizás haya datos que haya que mantener con cierta reserva, aunque en el futuro haya que mostrarlos a la luz.

–¿Piensa de verdad que se va a reunir con Lim o con algún representante suyo?

–No lo sé.

–¿Ya tienen respuesta de la reunión que pidieron a Anil Murthy el lunes pasado?

–Aún no ha contestado –la entrevista se realizó ayer– y eso está generado una situación extraña en mucha gente, porque estamos pasando del dolor por ver la situación del club como institución, al enfado y una vez superado estamos llegando a la indignación con estos señores.

–¿Hay alguna vía alternativa?

–Desde luego no vamos a perder la dignidad buscando un encuentro con estos señores. Hemos hecho una petición y a lo mejor hay otros caminos.

–¿Desde qué perspectiva considera en este escenario a las instituciones públicas?

–Hay un deseo generalizado de aplicar el derecho. Las instituciones públicas están obligadas a aplicar un derecho. El Valencia ha sido muy bien tratado hasta el momento por las instituciones públicas. Se ha concedido una ATE muy favorable, se ha concedido una edificabilidad con los terrenos de Mestalla que difícilmente hubiera conseguido un particular. Eso lo veo normal como con otros clubes. Lo que pasa es que cuando se concede ese trato hay que responder con la misma generosidad. Y eso es lo que está fallando en ese momento. La respuesta del Valencia no ha alcanzado las mismas cotas de generosidad. Por eso las instituciones se encuentran en una situación difícil. Una aplicación rigurosa de la ATE hubiera determinado en su momento, y en el futuro, la llegada de una causa de disolución de la sociedad a la que se refería en este mismo periódico Juanma Romero.

–¿Hasta qué grado de implicación pueden jugar en esta partida los políticos?

–Ellos sí son conscientes de que el Valencia es una institución muy importante en esta sociedad. Aquellos emigrantes que hace años se fueron a Sudamérica y a Suiza y Alemania, todos pasaban las tardes de los domingos escuchando cómo iba su Valencia, como también el Levante.

–¿Es el juzgado un camino idóneo para sacar a Lim del club?

–No soy quien para decirlo. Todos tenemos claro que el futuro es inmediato. Hay que actuar con urgencia porque el club se está desangrando deportiva y económicamente. En una institución con la dignidad del Valencia, cuando la gente se siente ninguneada y marginada por no querernos recibir, tendremos que hablar en otros estados... no nos vamos a quedar parados.

–¿Qué le parece el cambio en el número de acciones para poder asistir a las juntas?

–Una medida congruente con la posición del accionista mayoritario y con la posición de unas personas que desconocen absolutamente cuál es la posición de los tribunales españoles en relación a los socios minoritarios.

–¿Va a asistir a la Junta?

–Tenemos una reunión pendiente y lo decidiremos. Mi opinión es que el problema no se va a solucionar en la junta de accionistas porque con la mayoría que hay, hace que los debates sean de cualquier forma tan innecesarios como baldíos.

–¿Con qué apoyos le gustaría contar que todavía no tiene?

–No puedo echar en falta a ninguna ausencia, quizás hay nombres que tengo en mente y que sí me gustaría su apoyo, hablo de Manolo Vicent y Vicent Todolí, por ejemplo. Me ha llamado mucha gente para ofrecerme la cesión de las acciones para la junta y para adherirse a este movimiento. Las puertas siguen estando abiertas a todo el mundo.

–Ese mensaje de urgencia que repite una y otra vez, ¿a qué plazo se refiere?

–Hay una fecha como la del 20 de mayo que vence la ATE. Ni se ha construido el hotel ni el polideportivo de Benicalap ni el estadio. Todo está pendiente y ese día, nuestro Ayuntamiento tendrá que pronunciarse sobre la vigencia o no de la ATE. Si no hubiera prórroga sí que entraría el Valencia en causa de disolución, cosa que nadie queremos. Habrá que estrujarse el cerebro. Hay mucha gente que aporta ideas.

–Usted ha peleado en otras causas del Valencia, como la que litigó por ejemplo contra Paco Roig, ¿cree que se encuentra en el mayor desafío personal?

–Es el momento más crítico, no para mí, sino para el Valencia. No hablamos de si el equipo se clasifica o no para Europa, se trata de que el Valencia subsista. Han desaparecido tantas cosas de esta nuestra Valencia que no queremos que haya que añadir otra. Todos tenemos que estar unidos y olvidarnos de las cuitas personales.

–¿Cuál es su verdadero deseo?

–Quiero tanto a esta ciudad y tengo tanto deseo de que Valencia sea el 'cap i casal' de toda la Comunitat, que reconozco que para ello debe ser mucho más generosa de lo que ha sido hasta ahora. Tenemos que abrir las puertas, pensar que el mundo no empieza y acaba en la calle Colón, que la sociedad va desde Vinaroz hasta Orihuela. El Valencia debe pedir ayuda y afecto, pensar en un consejo de administración en el que haya gente de Xàtiva, de Sagunto, de Pedreguer o de Les Valls. No sólo de gente que se reúne en Aquarium –cafetería de Marqués del Túria–...esos tiempos ya han pasado.

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