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A pesar del escueto comunicado del Valencia y a la espera todavía de que se conozca con más detalle cómo está realmente la rodilla derecha ... por dentro, Mouctar Diakhaby (Vendome 19 de diciembre de 1996) afronta desde que cayó fulminado en el césped de Mestalla el mayor desafío de su vida. Esa luxación de su rodilla derecha de la que hablaba el comunicado a mediodía de este domingo, y que tanto impacto causó en el campo a los futbolistas de ambos equipos, implica que Diakhaby tenga por delante muchos meses de sacrificio y superación que van más allá de lo meramente futbolístico, ya que tanto el tiempo de baja como incluso la propia intervención y posterior recuperación van a suponerle un reto mayúsculo, sobre todo en el plano personal.
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El jugador se pronunció anoche en las redes sociales para mostrar básicamente su agradecimiento. «Me gustaría agradeceros a todos los numerosos mensajes de apoyo que recibí tras el partido contra el Real Madrid, que me conmueven y me dan fuerzas durante este calvario», decía, para añadir: «Me gustaría agradecer especialmente a mi club, así como a todo el personal sanitario que me atendió muy rápidamente en el hospital con amabilidad y compasión».
Hablaba consciente de lo que le espera. «Desafortunadamente, las lesiones son parte del juego y del deporte de alto nivel. La lucha será larga pero estoy preparado para ello y haré todo lo posible para volver al campo lo antes posible y aún más fuerte», comentaba.
Aunque no se sabe realmente hasta qué punto tiene afectada la articulación, las primeras valoraciones de los especialistas sitúan en torno al año y medio la fecha en la que podría estar ya el futbolista listo para volver a jugar (aún no se sabe qué día será la operación). Hay que irse pues hasta el comienzo de la temporada 2025-26. Una luxación de rodilla es hoy por hoy la lesión más severa que puede tener un jugador (nada que ver con la luxación de rótula, algo más leve). Si cualquier profesional le tiene pánico a una rotura del ligamento cruzado anterior, la luxación es un paso más. Significa que los ligamentos cruzados (los dos) han saltado por los aires y en la resonancia que se le hará (está ingresado) quedará determinado en qué situación están el resto de elementos (ligamentos laterales y meniscos). Tuvo de inmediato mensajes de apoyo (Tchouameni y Vinícius incluidos).
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La lesión, curiosamente, se produjo justo el mismo día en el que Baraja presumía de tener a toda su plantilla en condiciones y fuera de la enfermería. Que volviera Almeida a una convocatoria el sábado suponía al Valencia la mejor noticia antes de vérselas contra el Real Madrid. Nadie podía esperar que casi al final del encuentro, de la sonrisa por el empate a dos se pasara a la conmoción por la grave pérdida del central con más experiencia que queda en la plantilla. El percance coincide además con la reciente salida de Gabriel Paulista al Atlético de Madrid, cuestión que tanta polémica levantó en el valencianismo. Diakhaby y Mosquera eran hasta final de campaña, en opinión de Corona, los candidatos a formar una pareja de garantía. Poco ha durado la apuesta. Con una docena de partidos todavía por delante para el Valencia, a Baraja no le queda más remedio que tirar de Cenk para ser el hombre que acompañe a Mosquera, cuando en algunas situaciones ha sido incluso la quinta opción para la defensa blanquinegra. Por eso el club le invitó a buscarse equipo en el mercado de enero. Él se resistió y ahora va a tener que jugar casi como única alternativa, después de que la apuesta por Yarek tuviera un retroceso en el partido de Copa del Rey ante el Celta. Siempre quedará también la posibilidad de retrasar a Hugo Guillamón.
Diakhaby, situado en lo que podría llamarse el segundo escalón salarial en la plantilla, tiene contrato con el Valencia hasta junio de 2027. La renovación se produjo tras la intervención que al respecto protagonizó Gattuso cuando fue a ver en Singapur a Peter Lim. Lo curioso es que fue Diakhaby el que meses antes habló de marcharse a probar otras experiencias en el fútbol europeo, sobre todo a la Bundesliga.
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De momento, Diakhaby –el duodécimo en el ranking de minutos esta temporada– lo que quiere es volver a jugar al mismo nivel, algo que otros futbolistas afectados por el mismo tipo de percance sí han conseguido aunque en cambio se han dado también casos en que les ha acabado pasando factura. Hay un ejemplo en lo positivo muy cercano. El de Tommasi, que jugó en el Levante. El que fuera internacional italiano llegó incluso a renunciar a su ficha en el Roma (decidió cobrar poco más de 1.500 euros al mes) para demostrar luego a los responsables del club romano que estaba recuperado después de muchos meses alejado del campo.
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