Meriton: La misma palabrería de siempre

El Valencia acababa sepultado en la mediocridad, con la salvación conseguida en la última jornada (en momentos de la noche a dos goles del Elche de caer a la Segunda División), y la única manera que se le ocurre para dar una explicación a su gente es un aséptico comunicado, sin firma de nadie, lleno de vaguedades. Lo normal en un club normal hubiera sido convocar una rueda de prensa para que tanto la presidenta como el director de fútbol respondieran a las mil y una cuestiones que preocupan a los abonados y a los seguidores. El problema es que no tienen respuesta para nada porque no existe proyecto sobre el que edificar el club. Layhoon tendría difícil explicar por qué la familia Lim ningunea a la entidad que domina accionarialmente y Miguel Ángel Corona sería incapaz de argumentar aquella frase del mercado de invierno pasado de que no hacía falta ningún refuerzo, que el equipo estaba compensado. Los ideólogos del Valencia optaron por el mensaje a la afición en un texto de 16 líneas y con la imagen del estadio difuminada. ¿Y qué decir? Pues nada que no hubiera dicho ya. A las pruebas me remito. En el mensaje de Navidad de Layhoon de 2016, en su primera etapa como presidenta, ya tuvo que excusarse ante la afición por el mal fluir de la temporada. «Quiero pedir disculpas a los valencianistas por esta mala temporada», decía en aquel momento. Comparen con el comunicado del lunes: «Sentimos vuestro dolor y sufrimiento y os pedimos disculpas». Y tras ello, el mantra de que van a aplicarse para que no vuelva a suceder. Hace siete años decía Layhoon: «Nosotros aprendemos de los errores. Afrontamos el futuro con esperanza, perseverancia y confianza. No sólo vale admitir los errores, por eso vamos a trabajar duro para traer soluciones. Esto nos hará más fuertes». ¿Y en 2023?: «Vamos a a aprender de las duras lecciones de esta temporada. Tenemos que hacer 'reset' y reconstruir nuestro club para los tiempos exigentes que se avecinan tras una mala temporada». Lo que está claro que en 2016 fue pura palabrería porque no aprendieron nada. Siguieron tropezando con la misma piedra. En esta ocasión, en esta temporada, el risco era gigante y no ha quedado sepultado por muy poco.

Y tras el perdón y el aprendizaje llega el mensaje populista. «El Valencia va a llegar a lo más alto», «Vamos a dar grandes alegrías a los aficionados» y «Queremos jugar en Europa, queremos ganar partidos, queremos ganar títulos». Palabra de Kiat Lim. Toma ya. El heredero llegó a Valencia en diciembre para estrenar su cargo de consejero, se dio un baño de multitudes incluso saludando desde el balcón de Mestalla, se dio un paseo por el esqueleto del nuevo estadio y dijo lo que le vino por la cabeza ante los accionistas. No ha cumplido nada de lo dicho. Ni ha vuelto a aparecer por la ciudad ni se le ha visto excesivamente preocupado mientras el equipo se jugaba la vida. El vástago de Peter agasajaba a Cristiano Ronaldo y sólo compartió un mensaje del club en redes sociales con un emoticono. Pero, claro, ya lo dijo papá hace ocho años en una autoentrevista en la web oficial del club: «Obviamente, mi objetivo a largo plazo es colocar al equipo en una posición en la que cual podamos competir al máximo nivel todos los años». No acertó ni una. De las nueve temporadas de Meriton en el Valencia, en seis de ellas se ha quedado fuera de Europa. Las últimas cuatro sólo ha disputado Liga y Copa del Rey. Y ya para rematar la faena queda el mensaje navideño de Anil Murthy en 2020. «Seguimos trabajando duro para que os sintáis orgullosos de vuestro club». Pues muy duro no han debido laborar visto lo visto en Mestalla.