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Rafael Louzán se ha convertido en el mejor valedor para que Valencia vuelva a entrar, no de farol sino ya con dorsal propio, en la carrera hacia el Mundial 2030. Este mismo martes, el presidente de la Federación Española reiteró su convencimiento de que el ... Nou Mestalla participará en la cita mundialista que se celebrará en España dentro de cinco años. Una cosa es que este discurso lo haga aquí, en Valencia, y otra bien distinta que casi sin forzar lo diga fuera. Esta vez fue en Zaragoza, donde el dirigente viajó para comprobar el estado de las obras que se están efectuado en el campo de La Romareda y para entrevistarse, además, con la alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca.
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En esta gira que está protagonizando Louzán por todo el territorio español, que expanda la idea de la propuesta de Valencia como algo más que una aspiración es ciertamente significativo, sobre todo porque el último pronunciamiento al respecto de la primera autoridad local, la alcaldesa María José Catalá, invitaba más a la prudencia que a cualquier otra cosa.
Louzán ofrece optimismo por los cuatro costados y máxime cuando conforme van pasando las jornadas van creciendo las dudas sobre A Coruña y su estadio de Riazor. «Mantengo mi firme postura de que Valencia debe ser una de las sedes. Va a ser el campo más moderno y uno de los más grandes», comentaba el dirigente federativo, que no se ha despegado ni un ápice de la línea argumental que viene pregonando prácticamente desde que salió elegido presidente de la Federación Española.
De hecho, hace apenas unos días Louzán asistía en Valencia a un cónclave mayúsculo en el que participaron responsables de Valencia, Villarreal y Levante, así como con dirigentes del CSD, de la Federación Valenciana y también de la Dirección general del deporte. El motivo de la visita era el proyecto de recuperación del fútbol de la zona afectada por la dana. Pero además, lógicamente, no sólo se habló del Nou Mestalla –al que visitó acompañado por Layhoon– sino también del evento mundialista, que tiene en primera línea de combate a Luis Cervera, director general del deporte.
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Tras esa cita, Louzán no tuvo el menor inconveniente en afirmar con rotundidad su firme convencimiento de que Valencia se subirá finalmente al carro mundialista, algo que en verano parecía prácticamente descartado por los retrasos que provocó el club por su adhesión a la candidatura. Aún así, Valencia siguió su camino, redactó el proyecto de candidatura y lo trasladó a la Federación para hacérselo llegar a la FIFA.
Hay que tener en cuenta que la FIFA es más proclive a reducir las 20 sedes actuales (once españolas, seis marroquíes y tres portuguesas) y dejarlas en 16 o 18, lo que complicaría aún más cualquier acceso. En este sentido, Valencia vería complicada su presencia, así como también Vigo, que son las dos ciudades aspirantes que se quedaron finalmente fuera del grupo de elegidas.
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No obstante, todo apunta a que una o incluso dos candidatas, ya elegidas, se pueden descolgar. Louzán siempre ha mantenido cierta prudencia al respecto sin hablar abiertamente de qué propuesta de las ya designadas es la que tiene el futuro más negro pero es de sobra conocido la maraña de dificultades en la que se encuentra A Coruña. Este martes en Zaragoza, Louzán habló de que de las once ciudades preconfirmadas hay una que está «en disposición» de abandonar en beneficio entonces de Valencia. No dijo más pero en A Coruña se dan circunstancias para ello.
La lista de dificultades que tiene que superar Riazor no es escasa. Hay estadio, eso sí, pero debe ser reformado. Actualmente tiene una capacidad para 32.490 espectadores. Allí también ha habido debate sobre la cuestión del aforo. En su momento, el primer plan presentado recogía un campo para 48.000 personas con la construcción de un tercer anillo, pero al finalmente esa intención se ha desvanecido, quedándose la cifra en 42.000 espectadores con los dos anillos actuales. Los cálculos sobre el presupuesto han ido subiendo. Como en el Nou Mestalla. Y de lo que en un principio podía costar 70, ahora ya son más de 90 millones. El Ayuntamiento no quiere asumir el coste global de la reforma y lo ha parcelado para que entre capital privado. Las dudas concernían no sólo a la aportación privada sino incluso también a cuánto debería asumir cada administración implicada (Xunta, Diputación y Ayuntamiento). En Valencia, Generalitat y Ayuntamiento van de la mano. Allí no.
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Por si no fuera poco en este cóctel gallego, hay otro factor a tener en cuenta: el Deportivo (ahora en Segunda y con un público habitual en torno a los 25.000 espectadores). El club se muestra bastante reacio a la ampliación, ya que eso provocaría reducir el aforo (y los ingresos) mientras se realizan las obras. Y como guinda final, está el debate en torno a cómo y quién gestionaría el campo una vez remodelado. El Valencia, en cambio, tiene claro que el Nou Mestalla es parte de la solución de su futuro.
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