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Dani Parejo se despidió del Valencia el 12 de agosto de 2020. Se fue contra su voluntad. Había dejado de entrar en los planes del club pese a que se trataba del capitán y del cerebro del equipo. Algo paradójico. La justificación oficial, su elevado salario. La última temporada del de Coslada como blanquinegro no resultó sencilla, ya que el fulminante despido de Marcelino le había escocido. Anil Murthy, presidente de la entidad, optó por regalar al centrocampista al Villarreal. El jugador se marchó entre lágrimas. «Siempre he dicho que mi intención era retirarme en aquí», afirmó a través de una videoconferencia organizada de forma particular. Sabía que Mestalla era su casa. Y lo sigue siendo. Ayer pudo comprobarlo.
El derbi autonómico de ayer representó el reencuentro de Parejo con la que fue su afición entre 2011 y 2020. Desde su salida del club, el mediocentro no había pisado un Mestalla con hinchada, ya que el compromiso de la pasada temporada se celebró sin público por las medidas sanitarias.
En el Villarreal hay otros exvalencianistas como Raúl Albiol, Francis Coquelin o el propio entrenador, Unai Emery. En cualquier caso, las gradas de Mestalla tenían ganas de rendir a Parejo ese homenaje que no existió en su día. Una espinita clavada. El capitán que levantó la Copa del centenario percibió incluso antes del partido el cariño que le guarda la afición. Cuando se anunciaron las alineaciones por megafonía y el speaker pronunció su nombre, los seguidores se fundieron en una sonora ovación.
No fue la única muestra de afecto. En absoluto. Curiosamente, el primer acercamiento con peligro del Villarreal llegó en una acción a balón parado sacada con clase por Parejo. Sus apariciones se notaban en el ambiente. Cuando le tocó lanzar una falta cerca de la banda y un córner, la hinchada más cercana le volvió a aplaudir. El jugador, de 32 años, respondió saludando. En el descanso, fue sustituido y se empapó, nuevamente, del afecto de la grada. Los 31.487 espectadores firmaron la mejor asistencia de la temporada, superando la cifra registrada frente al Mallorca. Se trata de los dos únicos partidos disputados en Mestalla sin limitaciones de aforo tras la pandemia.
La complicidad con Parejo contrastó con los mensajes dedicados por la afición a Murthy y al máximo accionista, Peter Lim. Los seguidores, muy activos durante los 90 minutos, vivieron un momento de tensión en el tramo final, cuando se produjo un acalorado enfrentamiento entre Gayà y Emery. El lateral, quien había recibido un golpe de Chukwueze, reprochó al técnico del Villarreal algún comentario. Saltaron chispas.
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