Mestalla, el debate robado: una llamada urgente a conservar la identidad del Valencia
En una jornada organizada por libertad VCF en el Colegio Guadalaviar, expertos en urbanismo, arquitectura, historia y fútbol han debatido sobre el futuro de Mestalla y del Nou Mestalla
Hugo Martínez
Valencia
Viernes, 30 de mayo 2025, 00:56
El salón de actos del Colegio Guadalaviar de Valencia ha acogido una jornada que, más allá de ser una simple ponencia, se convirtió en un ... clamor ciudadano por la memoria, la identidad y el futuro del Valencia. Bajo el título «Mestalla, el debate robado», el evento organizado por la asociación Libertad VCF, reunió a destacadas voces del periodismo deportivo, la arquitectura, el urbanismo y la historia local para reivindicar la permanencia del club en el estadio de Mestalla y cuestionar el proyecto del Nou Mestalla.
El moderador del acto fue José Pérez, presidente de Libertad VCF, quien abrió la sesión destacando la falta de participación social en una de las decisiones más trascendentales del club en el último medio siglo: abandonar Mestalla. «Este no es un debate deportivo, sino patrimonial, ciudadano y de futuro», afirmó Pérez, señalando el silencio institucional como una forma de expolio simbólico.
El periodista británico Sid Lowe, colaborador habitual en ESPN y The Guardian, inició la conversación recordando la profunda dimensión emocional del fútbol. «No hay ningún ámbito que tenga ese nivel de comunidad y de liturgia como el fútbol, es un acelerador de emociones humanas», aseguró. En su intervención, destacó momentos vividos en Mestalla como el gol de Tárrega tras la dana o los reencuentros postpandemia como expresiones del poder congregador de un estadio que, más que una infraestructura, es un símbolo vivo de cohesión social.
Lowe fue rotundo: «El estadio es la expresión de una comunidad. El West Ham se mudó a un estadio nuevo y sus aficionados sienten que han perdido parte de su alma. Ese mismo riesgo corre el Valencia».
El periodista y urbanista Vicent Molins, director de la Agencia Districte y autor de varios libros sobre ciudad y fútbol, fue especialmente crítico con el enfoque con el que se ha planteado el traslado. «Este es un debate robado para la ciudad. Estamos a punto de tomar una decisión para los próximos 40 o 60 años en base a un club que ya no es el mismo, gestionado por intereses ajenos», lamentó.
Molins advirtió que el fútbol moderno tiende a crear franquicias desvinculadas de sus ciudades, pero que el futuro competitivo de los clubes pasa por consolidar sus raíces: «Hay clubes que se emancipan de su entorno urbano, pero son los que mantienen su soberanía los que serán más competitivos. Valencia se parece a ese modelo de ciudades de 15 minutos, y Mestalla encaja perfectamente en él».
El urbanista también ofreció datos reveladores: «En 2005, el 28,4% de los ingresos de los grandes clubes europeos procedía de los días de partido. En 2025 esa cifra ha descendido al 18,2%. El estadio ya no es solo un generador económico, sino una pieza esencial en la construcción del valor de marca».
El arquitecto Manuel Pascual, responsable de la remodelación de Mestalla para el Mundial de 1982, ofreció una mirada técnica y nostálgica. «La reforma del 78 fue un cúmulo de aciertos. La tribuna es una joya arquitectónica con una visibilidad magnífica, algo muy innovador para su tiempo», explicó.
Criticó duramente el proyecto del Nou Mestalla, especialmente por su diseño en cuanto a movilidad: «En Mestalla, el 70% del público va caminando desde barrios cercanos o usando el transporte público. El nuevo estadio, en cambio, plantea un parking subterráneo que será un auténtico cuello de botella. El espectador no puede estar una hora esperando en el coche antes del partido».
Pascual recordó que ya en los años 90 se intentó modernizar Mestalla con nuevas ideas, como la instalación de un hotel bajo la grada de la Mar o una cubierta, proyectos frustrados por limitaciones presupuestarias. «Mestalla estaba preparado para seguir evolucionando», sentenció.
El historiador y presidente de la Fundación Goerlich, Andrés Goerlich, centró su intervención en los valores patrimoniales del estadio. «Mestalla tiene un alma construida a base de recuerdos, emociones, vivencias. No es un estadio cualquiera. Es parte de la historia de Valencia», afirmó. Comparó el estadio con otros elementos protegidos de la ciudad, como el Colegio Luis Vives, y propuso su declaración como Bien de Relevancia Local.
Goerlich también abordó el urbanismo desde una óptica de sostenibilidad histórica: «Una ciudad es más rica cuanto más capas de piel puede conservar. Valencia, en momentos de crecimiento, ha perdido joyas como el Palacio de Ripalda o el Club Náutico. No podemos repetir ese error con Mestalla».
Con una mirada al pasado y al presente, concluyó: «El club nació y creció aquí, en un barrio que también se ha construido en torno a su estadio. No podemos entender el uno sin el otro».
El evento de hoy dejó claro que «Mestalla, el debate robado» no es una consigna más. Es el reflejo de una corriente ciudadana que exige ser escuchada antes de que una decisión irreversible borre una parte fundamental del alma valencianista.
La asociación Libertad VCF, que organizó la jornada, prepara futuras acciones para seguir visibilizando esta causa. Lo que está en juego no es solo el destino de un campo de fútbol, sino el respeto a una historia compartida por generaciones de valencianos.
Como apuntó Sid Lowe para cerrar su intervención: «No hay otro lugar en el que tantas emociones puedan concentrarse como en Mestalla. Y eso no se puede reconstruir en otro sitio».
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