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La protesta y el malestar del público se hizo patente al final del partido sobre todo. jesús montañana

Mestalla dispara contra Lim

Anil Murthy resiste hierático los pitos, los cánticos y la pañolada unánime al final | Dos años y ocho meses después, la afición se vuelve a levantar contra el dueño, que opta esta vez por dejarse ver en el Gran Premio de Singapur

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Lunes, 23 de septiembre 2019, 00:28

valencia. Vuelta a las andadas. Se escapan los puntos, la grada se cabrea y lo acaba pagando el que hace y deshace pero que nunca está. Dicho así podría hasta entenderse teniendo en cuenta que el fútbol, el de verdad, se vive a impulsos. Pero en el Valencia las cosas se retuercen más de la cuenta y lo que podría ser una protesta airada contra el que manda, ahora ya no es tan sencillo. En otra época, cuando la pañolada no era para tirar al entrenador o para abroncar a los jugadores, era para el presidente y/o el consejo de administración que aguantaba como podía el chaparrón en el palco (que se lo pregunten a Paco Roig o que se revise la hemeroteca para ver lo que tuvo que aguantar Arturo Tuzón), pero ahora es para un dueño que vive a once mil kilómetros y que en vez de venir a animar a su equipo prefiere dejarse ver en el glamuroso mundo de la Fórmula 1. Mestalla disparó contra Lim antes, durante y después del partido. No le dio tregua y lo que debe temer Meriton es que la cosa parece que vuelve a coger fuerza.

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Si en la calle antes del encuentro se reunieron con pancartas incluidas varios cientos de aficionados, dentro el asunto cogió algo más de cuerpo. No fue una arrancada de los Yomus, Curva Nord, Grada de Animación o como se quieran llamar ahora y poco secundada o incluso a veces apagada por el resto del público, esta vez no ocurrió eso. Fueron tres cuartas partes del campo los que obsequiaron con sus cánticos (algún insulto desaprensivo), pitos y pañuelos blancos a Anil Murthy, presidente hierático de la entidad y además uno de los encargados de trasladar al máximo accionista lo que aquí se está cociendo. El principal hombre de Meriton en Valencia aguantó la soflama popular con bastante profesionalidad. Se lo esperaba y como no es la primera vez que ocurre, pues llegaba con la lección aprendida. Para eso, al fin y al cabo, tiene cada vez más asesores traídos de Singapur. Justo en la fila de atrás, la guardia pretoriana de Murthy se empapó de lo que piensan en Valencia de las decisiones del 'jefe'.

Aunque ya ha ocurrido bastantes veces, hacía tiempo, no obstante, que no se vivía una situación tan descaradamente molesta contra Lim. Si se echa la vista atrás, hay que remontarse a un 3 de enero de 2017 cuando el Valencia sucumbió sobre el terreno de juego 1-4 con el Celta en unos octavos de la Copa del Rey. Se había terminado de hacer las malestar y marcharse harto de todo Prandelli y la grada no aguantó el vodevil que en el club se estaba gestando entre unos y otros. Voro en el banquillo y el grupo de futbolistas fueron absueltos de los cargos. Todos contra el dueño.

Como ayer. Justo al comienzo del partido y durante un minuto, en Mestalla se corearon los cánticos habituales. 'Peter vete ya' y el 'Lim, canalla, fuera de Mestalla'. El guión no recogió más aportaciones sonoras que esas en cuanto a letra se refiere. Como si de una estadística se tratara, se coreó al comienzo, en el 12', en el 27', en la pausa de hidratación de la primera parte y a la conclusión del encuentro. La protesta se inició desde el fondo de animación, el mismo que ha tratado el club de regenerar para apostar -con buen criterio- por un ambiente sano. Pero el cambio de piezas no ha acabado con el sentir popular. Fueron muchos los miles de aficionados que secundaron las protestas. Junto a María Victoria Pavó, presidenta del Leganés, Murthy aguantó sin inmutarse, mientras que a su lado Kim Koh contaba con la protección extra de las gafas oscuras. Juan Sol y José Luis Zaragosí masticaron la postura popular a su manera y como miembros de este particular consejo que son. A Zaragosí, por ejemplo, el club le vetó en su momento la opción de hacer declaraciones ni tan siquiera para contar los motivos de su incorporación, que se hizo como más le gusta a Meriton: de incógnito y sin explicaciones a nadie.

A la izquierda del nuevo consejero, Mateo Alemany. El director general al menos públicamente cruzó pocas palabras con sus compañeros de butaca. A diferencia de otras veces, nada agitado por lo que estaba ocurriendo sobre el césped. Resultó sintomático el hecho de que fuera el primero en dejar su asiento nada más pitar el árbitro la conclusión del encuentro para enfilar hacia la retaguardia. Al fin y al cabo, con él no va la bronca, al ser precisamente uno de los damnificados de Singapur. El resto se la comieron enterita.

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