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Mestalla se reactiva tras ocho años de parón

Mestalla se reactiva tras ocho años de parón

La intención es presentar a los accionistas en la próxima Junta el enésimo diseño que ha preparado Marck Fenwick para un estadio que lleva sin obreros desde 2009 El club inicia los trámites para obtener la licencia municipal con el año 2021 como referencia para acabar las obras

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Miércoles, 4 de octubre 2017, 01:38

valencia. El nuevo Mestalla, el día que abra sus puertas, posiblemente pueda llegar a ser uno de los escenarios más funcionales y modernos del mundo, pero lo que nadie discute es que se ha convertido por culpa de unos y de otros en un estadio con un triste récord. San Mamés estuvo listo para jugar en tres años, Cornellà tardó seis en acabarse, los mismos que se invirtieron en la remodelación del ahora Wanda Metropolitano... cifras que el Valencia ha pulverizado con creces. Once años después de que viera la luz el primer boceto y ocho desde que se cerrara el grifo de la financiación y salieran por la puerta para no volver los obreros de la UTE, el Valencia ha decidido reactivar la tramitación burocrática necesaria para no pillarse los dedos e intentar llegar a 2021 con el estadio hecho. Ese año es el que se marcó desde el Consistorio para finiquitar la obra y para resolver también el solar del antiguo Mestalla.

Sin fecha confirmada como pronóstico por parte del club ni para reiniciar las obras ni para la inauguración, de momento lo único que anunció ayer el Valencia fue el pistoletazo de salida para reiniciar ese camino que parecía ya en vía muerta.

Que nadie piense que los camiones van a aparecer por la esquina de manera inminente. Realmente, el proceso para que esto se dé todavía puede alargarse muchos meses. Desde que se presenta toda la documentación de la obra que se quiere hacer hasta que los técnicos municipales conceden la pertinente licencia, el periodo estimado en algunos casos puede sobrepasar incluso el año. Aunque el caso del Valencia es especial por todo lo que implica para la ciudad y como entidad propia, las continuas modificaciones en los diseños que ha tenido que hacer el arquitecto Marck Fenwick obligan de nuevo a pasar por el examen oficial. Al club no le ha quedado otro remedio que dar este paso para respetar los plazos estipulados en la Actuación Territorial Estratégica (ATE).

El anuncio se produce cuatro días más tarde de que el presidente, Anil Murthy, se reuniera con el alcalde, Joan Ribó, y justo después de que Mateo Alemany anunciara que en la próxima Junta de Accionistas (todavía no hay fecha en concreto pero será dentro de unas semanas) se iba a dar a conocer a todos los accionistas cómo ha decidido Meriton que vaya a ser el futuro campo valencianista.

Una cosa está clara: Peter Lim -porque así lo dijo en infinididad de ocasiones Layhoon- quiere un graderío tan cercano y sonoro como es el actual Mestalla. Teniendo en cuenta la estructura tan abierta que presenta el hormigón que ya hay en Corts Valencianes, el reto es mayúsculo, y sólo así se entienden las reflexiones que más de una vez hizo en voz alta Amadeo Salvo de que lo mejor que podía hacer Peter Lim era dinamitar todo el bloque y empezar a levantarlo desde cero.

El boceto definitivo habrá sido objeto de la mayor de las mutaciones. Del desmedido lujo que perseguía Juan Soler, cubierta incluida, se pasó al tijeretazo radical de Manuel Llorente -con la polémica añadida del negocio que pretendía Newcoval-, parta acabar posteriormente en la visión plenamente comercial que decidió aplicar Amadeo Salvo. Fue este último quien se encargó de romper en pedazos el plan de aquel aparcamiento de tres mil plazas que poco menos que calificó de 'ratonera' , y le encargó precisamente al mismo arquitecto (Fenwick) una vuelta de tuerca a los diseños.

Todo estaba pensado para estrenarlo en el Centenario (2019). Hasta Layhoon dio su palabra de que así iba a ser: «El objetivo es terminarlo antes del Centenario». Lo dijo el 25 de octubre de 2014, horas después de que Bankia y la Fundación del Valencia firmaran los documentos para venderle el 70% del accionariado a Meriton. Hasta Salvo se pisó los dedos, ya siendo presidente. «En el Centenario se jugará en el nuevo Mestalla, está garantizado por contrato», alardeó el 20 de noviembre de 2014 en la Junta General. Ni estaba garantizado ni Lim tuvo intención de llevarlo a cabo.

En realidad, lo que firmó Meriton era el «procurar» no la «obligación» de tenerlo listo para 2019. La diferencia entre ambos conceptos es notable y ahí están los resultados. Hace justo un año, Layhoon anunció a los accionistas que el dueño de la entidad no iba a cumplir con esa intención y lo hizo escudándose en la dificultad para obtener un buen precio por el solar del viejo campo y por la incómoda multa de la UE (casi 24 millones de euros contando intereses). Ahora, Anil Murthy se perfila como el presidente que inaugurará el recinto aunque con Peter Lim nunca se sabe.

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