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En el estadio Metropolitano de Madrid, el 1 de diciembre de 1957 se enfrentaron el Valencia y el Atlético (2-2). Pasieguito y el capitán rojiblanco, en los prolegómenos en los que se homenajeó a las víctimas de la riada de octubre. ARCHIVO PACO LLORET
EL TÚNEL DEL TIEMPO

Mestalla y el Valencia sufren la riada de 1957

Los trabajos de reparación duraron cerca de dos meses. El equipo jugó seis jornadas seguidas de visitante, tras las cuales era colista de la Liga | El partido ante el Zaragoza de diciembre sirvió para reabrir el estadio en una temporada en la que el Valencia acabó cuarto

Sábado, 2 de noviembre 2024, 00:26

Durante dos meses no se pudo jugar ningún partido en Mestalla. La riada de octubre de 1957 afectó gravemente al campo del Valencia, cercano al viejo cauce del río Turia. Las aguas inundaron el recinto y alcanzaron una altura superior a los dos metros. En ... el túnel de vestuarios se quiso perpetuar el recuerdo de aquella tragedia y se procedió a grabar la inscripción: «Hasta aquí llegó la riada», señalando el punto exacto de su máximo nivel.

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Aquella ha sido la peor experiencia sufrida por el centenario campo en toda su existencia, después de las consecuencias devastadoras de la Guerra Civil. Para más inri, la riada tuvo lugar con el proyecto del «Gran Mestalla» recién terminado. La obra había concluido después de varios años de trabajo. El valencianismo podía presumir de tener un campo mejor y más grande, sin duda, uno de los mejores del fútbol español en aquellos momentos. La apuesta por Mestalla supuso para el Club un enorme sacrificio. Al desarrollar la ampliación y mejora de su recinto, se entró en una etapa de austeridad que repercutió en el nivel competitivo de la plantilla.

El domingo 6 de octubre de 1957, el Valencia recibió al Real Madrid en partido correspondiente a la cuarta jornada de Liga. El partido concluyó con empate a dos. Aquel día, Walter se estrenó como goleador al conseguir el segundo gol local a falta de un cuarto de hora para la conclusión, tras el madrugador tanto de Vicent Seguí a los 8 minutos. Los valencianistas, entrenados por el catalán Luis Miró, dominaban el marcador por 2-1, pero cuando faltaban 5 minutos Alfredo di Stéfano estableció la igualada definitiva. Aquel campeonato se había iniciado de forma curiosa: en las dos primeras jornadas como local, el Valencia había empatado con el Barça y el Madrid.

A esos dos empates se sumaban sendas derrotas en desplazamiento: ante la UD Las Palmas por 5-3, y ante el Real Jaén por 1-0. En la quinta jornada, el Valencia viajó a Atocha para enfrentarse a la Real Sociedad. El encuentro finalizó sin goles el domingo 13 de octubre. Esa noche empezó el drama cuando se desbordó el Turia, mientras la expedición regresaba a casa en un viaje con previsión de pernoctar en Zaragoza. En la capital aragonesa, al día siguiente, empezaron a conocer las noticias alarmantes sobre la magnitud del desastre.

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El campo de Mestalla quedó anegado. El terreno de juego estaba impracticable para jugar a fútbol. El Valencia no disponía tampoco de instalaciones para entrenar. La Federación Española determinó que se alterara el calendario establecido y los partidos programados en casa se jugaran fuera. Mientras se iniciaban los trabajos de reparación y acondicionamiento, el Valencia hubo de adaptarse a una nueva realidad. El siguiente compromiso, previsto para el domingo 20 de octubre, ante el Sporting de Gijón, quedó aplazado para el 22 de diciembre.

El 27 de octubre, el Valencia regresó al campeonato para visitar San Mamés. Recibido con enormes muestras de cariño por la afición bilbaína, el encuentro finalizó con victoria del Athletic por 3-2. Los brasileños Walter y Machado marcaron los dos goles valencianistas en apenas un minuto, justo antes del descanso, cuando los locales llevaban ventaja por 2-0. A 10 minutos para la conclusión llegó el gol de la victoria local. La siguiente salida fue a Valladolid. En Zorrilla se disputó un choque con desenlace tenístico: 6-3 para los de Pucela. Walter volvió a marcar, esta vez por partida doble. Mañó logró el otro gol.

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La tercera salida consecutiva condujo a Sarrià. Ante el Espanyol se logró un empate a cero. De punta a punta de la península, una semana después, el 17 de noviembre, el Valencia cayó en Balaídos por 3-2. Esta vez, el goleador fue Ricardo Alós, el delantero de Moncada anotó los dos tantos. El éxodo forzado concluyó el primer día de diciembre en el antiguo Metropolitano, donde los valencianistas empataron a dos con el Atlético gracias a los goles de Machado y Ricardo, que pusieron un esperanzador 0-2 en el marcador. Sin embargo, los colchoneros igualaron la contienda en la segunda mitad.

El domingo 8 de diciembre, el Valencia reapareció en Mestalla en encuentro de 12ª jornada ante el Real Zaragoza. Los valencianistas eran en esos momentos los colistas y no conocían la victoria. Aquella tarde se estrenaron al imponerse por 3-1, con goles de Ricardo Alós por partida doble y Walter. A partir de ese día, el Valencia encadenó una racha impresionante hasta el final del torneo al sumar 12 triunfos, 5 empates y dos derrotas, que le condujeron a acabar cuarto en la clasificación.

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