El gol meteórico de 'Lobo' Diarte

En los registros oficiales no consta como el gol más rápido del Valencia. Pero lo cierto es que, probablemente, Carlos Diarte logró en Mestalla ante el Elche el gol más madrugador en la historia de la entidad. El paraguayo junto a Felman hicieron el saque de centro y, a renglón seguido, 'Lobo' Diarte se lanzó en un sprint vertiginoso hacia el área visitante, el balón después de ponerse en movimiento le llegó retrasado a Mario Kempes que, a su vez, lo envió en profundidad y con precisión para que Diarte lo rematara de cabeza sobre la marcha en un escorzo acrobático. La pelota superó por arriba a Esteban, el desprevenido portero de los ilicitanos. Gol antológico y de pizarra. Visto y no visto. Una acción que se había ensayado con anterioridad pero sin éxito en infinidad de ocasiones. Asombro en la grada e incredulidad entre los centenares de seguidores visitantes. El preludio de una goleada que se escenificó en Mestalla la tarde lluviosa del 4 de diciembre de 1977. Los valencianistas se impusieron por 4-1. Juan Carlos y Kempes, por partida doble, completaron el resultado.

Por desgracia, de aquella acción tan sorprendente no hay imágenes salvo la foto que acompaña estas líneas y que supone un testimonio de gran valor. Muchos espectadores se lo perdieron por llegar tarde. Resulta difícil calcular con exactitud el tiempo transcurrido desde que Diarte tocó el cuero en corto hasta que entró en la portería. El papel de Kempes, que observó el desmarque en carrera del guaraní y se aplicó como si fuera un lanzador de fútbol americano, los conocidos como 'quarterback' o mariscales de campo, resultó clave. La defensa visitante no calculó el riesgo que entrañaba la acción. Ningún jugador del Elche tocó el balón hasta que se alojó en su portería. La crónica del partido publicada en LAS PROVINCIAS habla de ocho segundos.

Aquel fue el primer y el único gol del delantero paraguayo en su segunda campaña como valencianista, un ejercicio que coronó a Mario Kempes como Pichichi al lograr 28 goles en 34 jornadas. A esas alturas del torneo, a punto de acabar la primera vuelta, el Valencia había vencido en todos los partidos como local y aún no conocía el triunfo lejos de casa. Bajo la batuta del volcánico Marcel Domingo en el banquillo, técnico que había dirigido a los ilicitanos un par de años antes, se vivió un encuentro plácido y sin sobresaltos. Un argumento habitual en aquel momento y eso que el Elche recortó diferencias antes del descanso y hasta dejó una buena imagen. La pegada del Valencia resolvió un encuentro en el que casi la mitad de los jugadores procedían de Sudamérica, cuatro en el once de los anfitriones y seis en el de los visitantes. Por parte local: Kempes, Felman, Valdez y Diarte. Pudieron haber sido más si se hubiera alineado Cabral.

En el conjunto de la ciudad de las palmeras: Lorant, Trobbiani, Gilberto, Gómez Voglino y Benítez. En la segunda mitad jugó Finarolli. En el Valencia había tres valencianos: Saura, Cerveró y Arias, mientras que en las filas blanquiverdes solo hubo un par de futbolistas naturales de la provincia de Alicante. El encuentro vino precedido de una agria controversia. La directiva presidida por José Ramos Costa decidió que los socios y abonados pasaran por taquilla ya que el encuentro fue declarado como de jornada «pro secciones deportivas». La razón es que se acababa el año y el club aún no había agotado el cupo de dos encuentros a los que tenía el derecho de excluir del abono anual.

Por entonces los pases se renovaban por años naturales y no por campañas deportivas. El último partido de 1977 en casa era contra el Athletic y se iba a televisar, por lo que la única opción era aprovechar esta oportunidad. Probablemente, esa razón explica que la afluencia de espectadores no fuera la habitual y que el ambiente estuviera por debajo de lo acostumbrado. Demasiado cemento a la vista. Mestalla se solía llenar con independencia del rival de turno. Para tratar de calmar el enfado de los aficionados, la directiva anunció que ninguno de los partidos previstos para enero del 78, todos muy atractivos, ante Real Sociedad, Barcelona y Atlético de Madrid sería de pago.

El árbitro de aquel Valencia-Elche fue el vizcaíno Saiz Elizondo, célebre por su pésima actuación en la final de Copa de 1971, cuando expulsó a Juan Sol. Aquella fue su última actuación con el Valencia en liza. A lo largo de sus nueve años como colegiado de primera división tan sólo pisó dos veces Mestalla en Liga, la primera en otro derbi regional, ante el Castellón en la temporada 73-74, saldado también con un triunfo valencianista incontestable por 3-0. El gol del 'Lobo' Diarte entró a formar parte de la leyenda aunque en tiempos recientes y con sistemas de medición fiables se determinó que el gol más rápido del Valencia en Liga lo consiguió Seydou Keita en Almería en la temporada 13-14. Ese gol, a tenor de los registros, está considerado como el segundo más madrugador en toda la historia de la Liga.