El miedo del Valencia a que el terremoto de Garay agite al vestuario

No va a jugar porque, además de estar sin ficha, se encuentra lesionado. Apenas ha mantenido en estos días contacto en la ciudad deportiva con sus todavía compañeros y, aunque por su fútbol es respetado, en el Valencia existe cierto temor a que la onda expansiva de la bomba que le puso el domingo Ezequiel Garay a los dirigentes del club afecte a un vestuario que este año ya ha tenido sus más y sus menos con el propietario y con quien aquí le representan.

Lo más gordo llegó cuando decapitaron a Marcelino, de segundo plato estuvo el despido de Mateo Alemany y de postre aquel apretón de Parejo a Lim y a Murthy cuando el capitán pidió públicamente que se fichara a un central (no le hicieron caso). Ahora, sin embargo, cuando hoy faltan diez días para que el Valencia se las vea con el Levante, la sensación que hay en el club es que la agitación puede hacer saltar por los aires todo lo que Celades se ha empeñado en intentar construir y que desde que llegó se sostiene bajo mínimos. El técnico, dicho sea de paso, ha sido el único miembro de la entidad que públicamente se pronunció en su día a favor de la continuidad del futbolista.

El guiño que desde dentro del vestuario se le ha hecho a Garay invita a pensar que a Anil Murthy y su equipo de colaboradores se les vuelve a escapar el control del grupo. Que un jugador como Rodrigo Moreno –hombre apadrinado por Mendes pero manejado una y otra vez por Lim– le ponga un corazón al comunicado que leyó Garay es una circunstancia que habrá llamado la atención, por decirlo suavemente, en Singapur. El ejemplo del internacional lo siguieron Jaume Costa –cedido del Villarreal–, Gabriel Paulista –muy vinculado en lo personal a Garay pero que ha dicho que le gustaría renovar–, Wass y Mangala (estos dos últimos le dieron al 'me gusta' en las redes sociales). Otros que han apoyado el discurso de Garay en público han sido el hijo de Marcelino, el hijo también de Rubén Uría y hasta el brasileño Diego Alves.

En privado, por su parte, algunos de los que se han sentido 'víctimas' de las decisiones de Meriton reiteran que todo esto viene a confirmar la habitual estrategia del club de «desacreditar» y arrojar «falsedades» sobre aquellos que no comulgan con la política 'oficial'.

Por supuesto, el Valencia ha seguido fiel al silencio como práctica diaria. Tras el comunicado de respuesta del club, ni el portavoz del Valencia, Román Bellver, ni tampoco el director deportivo, César Sánchez, quisieron este lunes pronunciarse. Eso sí, este último mantuvo ayer una reunión con Garay cuando el central argentino llegó a la ciudad deportiva. El defensa acudió, consciente del revuelo, a las instalaciones para continuar con su proceso de rehabilitación y sabedor de que sus días como valencianista llegan a su fin.

Quien sí se pronunció sobre todo este asunto fue el exvicepresidente de la entidad, Miguel Zorío. El portavoz de la plataforma Marea Valencianista denunció que «Garay no renueva por enfrentarse con Mendes y Lim», al haber cambiado el jugador de representante hace meses.