Mina y Guedes para desatascar al Valencia

La paciencia fue la principal arma utilizada por Santi Mina el año pasado. Con Rodrigo Moreno creciendo como un gigante después de muchísimo tiempo sin brillar y Simone Zaza enrachado y con Mestalla a sus pies, el gallego tiró de astucia. Si tenía que ser como tercera opción, sería, y así creció Mina a lo largo de la temporada hasta ganarse por completo a Marcelino y ser el delantero más eficaz de la plantilla blanquinegra: 15 goles y 6 asistencias en 1.855 minutos. El gallego no jugó un partido completo hasta la quinta jornada (marcó) y luego encadenaría seis encuentros sin salir de inicio pero 'mojando' en tres ocasiones. Marcelino tuvo claras sus prioridades en esa fase del curso, pero vio en Mina el futbolista idóneo para remover los partidos y ser un incordio constante para la pareja de arietes titular.

Mina (22 años) pasó un verano de lo más tranquilo. Si Zaza tuvo pie y medio fuera del Valencia desde que acabó la temporada hasta fichar por el Torino y la incertidumbre se cebó con Rodrigo hasta el último minuto del mercado, el gallego tenía clara su continuidad. Su problema era que, fichados Kevin Gameiro y Michy Batshuayi, partía de nuevo en un hipotético cuarto escalón. A Mina, además, no le dio prácticamente tiempo a cogerle el gusto a la 2018-2019 porque después de participar en cinco partidos (207 minutos) se lesionó en La Cerámica dejando a Marcelino con sólo tres opciones para la delantera durante un mes.Lo que ocurrió en ese tiempo sólo se entiende desde la preocupación, así lo reconoció el miércoles Mateo Alemany. El Valencia es el segundo equipo de la Liga que menos goles marca (7) y sólo mejora al Betis. Ni Batshuayi, ni Rodrigo ni tampoco Gameiro han sido capaces de demostrar su capacidad anotadora sobre el césped. El problema ha llegado a un punto que tanto Marcelino como el propio Alemany aseguran manejar datos que ponen al ataque en el centro de la diana. «La falta de goles no es sólo problema de los delanteros», apuntilló en su discurso el director general del club cuando repasó la sequía goleadora del Valencia.

El empuje de Santi Mina irrumpe en esta fase de la temporada contra la sequía de los, sobre el papel, principales espadas. El gallego fue el hombre que salvó al conjunto blanquinegro del esperpento en La Romareda. Dominaba el partido el Ebro, colista de Segunda B y con un futbolista menos, pero apareció Mina para hacer un doblete con una efectividad del 100%. Mina no sólo dejaba vista para sentencia la eliminatoria de Copa del Rey, sino que evitó un sofoco de los grandes a Marcelino y el resto de la plantilla. «Los que vivimos situaciones complicadas se lo hemos transmitido a la gente nueva. No podemos llevar al equipo a una rutina tan negativa, hay que jugar con alegría», apuntó tras el partido un Santi Mina que las ha vivido de todos los colores en los dos años de transición entre Champions (14-15) y Champions (17-18).

Para recibir al Girona tiene Marcelino todas las variantes disponibles y es momento de ver si el asturiano ofrece continuidad a Mina en el ataque o vuelve a tirar de Rodrigo, Batshuayi o Gameiro esperando que afinen de una vez. Hay otro futbolista muy importante, Gonçalo Guedes, a quien el Valencia necesita y mucho para escapar del bache. El portugués lleva una semana entrenando con normalidad junto al resto de sus compañeros y en principio debe regresar hoy a la convocatoria para estar mañana en Mestalla. El plan respecto a Guedes viaja por dos caminos: uno, que pueda dar minutos de calidad contra el Girona y dos, que vaya engrasando la maquinaria pensando en el Young Boys. En el encuentro de Champions del próximo miércoles se juega el equipo blanquinegro todas sus opciones de continuar en la Liga de Campeones y Guedes, fichaje estrella, sería un refuerzo de lujo.