Miodrag Belodedici, el líbero que llegó a Mestalla con dos Copas de Europa bajo el brazo

Miodrag Belodedici llegó a Valencia como una caja de sorpresas. Fue uno de los fichajes estrella del verano del 92 tras aterrizar con dos títulos europeos en su palmarés. Actualmente su carrera profesional sigue muy ligada al fútbol, ya que desde que colgó las botas en 2001 está trabajando para la Federación Rumana de Fútbol, donde ha realizado todo tipo de labores, desde la coordinación de selecciones juveniles hasta cuestiones de organización y gestión.

A la edad de 14 años Belodedici empezó a jugar para el Minerul Moldova Noua de Rumanía. Allí comenzó formando como centrocampista, pero al poco tiempo, por su altura, lo colocaron como defensa y ahí fue cuando inició su gran reputación en esa posición. A los 17 fichó por un club creado por la Federación Rumana de Fútbol para jóvenes promesas de este deporte, el Luceafarul de Bucarest. En 1982 pasó a jugar para el Steaua de Bucarest, el club más importante de Rumanía. Su talento empujó al club a conquistar una Copa de Europa y una Supercopa. El defensa rumano vio su vida marcada no solo por el fútbol sino también por la guerra. En 1988 Belodedici huyó de su país natal debido al régimen totalitario de Ceaucescu y fue considerado un traidor y condenado a diez años de prisión. Escapó a tierras yugoslavas, donde pudo continuar su labor en los terrenos de juego.

En Belgrado fichó por el Estrella Roja, con el que solo pudo jugar amistosos debido a su situación en Rumanía. Esto duró hasta la caída de Ceaucescu en 1989, cuando le perdonaron todos sus cargos y pudo disputar partidos oficiales. Con el Estrella Roja ganó su segunda Copa de Europa. En 1992 el rumano firmó por el Valencia, siendo así uno de los fichajes más noticiosos del momento. Su llegada al Mestalla iba a ser vigilada con lupa debido a que venía a tomar el lugar que había dejado Ricardo Arias, una leyenda del conjunto blanquinegro. Guus Hiddink, el técnico que dirigía al club en ese momento, utilizó unas técnicas que distaban mucho de lo que Belodedici estaba acostumbrado a hacer, por lo que le costó mucho adaptarse al tipo de juego del entrenador holandés.

Al no cumplir los requisitos que se esperaban de él, el líbero marchó cedido al Valladolid donde su situación empeoró aún más, dejando al equipo en penúltima posición de la Liga. De allí pasó a formar parte del Villarreal antes de volar a México para jugar durante dos temporadas. A sus 34 volvió a su país, al Steaua de Bucarest, el club que lo hizo llegar tan lejos en el fútbol. Allí, en 2001 decidió colgar las botas para seguir entregándose al fútbol en cuerpo y alma. La Federación Rumana de Fútbol cuenta con sus servicios desde entonces coordinando a jóvenes futbolistas emergentes y gestionando la organización. Un jugador que, a pesar de no haber brillado en el Valencia, deslumbró en Rumanía y Yugoslavia, llegando a ser considerado uno de los mejores líberos de Europa en los 80.