Si curioso fue ver a Cheryshev tirado sobre el césped tras la barrera en el lanzamiento de falta de Messi, también lo fue lo de Jaume. Se ha puesto de moda que los porteros se arrodillen antes de un penalti y nadie sabe muy bien por qué. El único argumento que se puede encontrar es la búsqueda de una fórmula que consiga despistar, por inusual, al lanzador. Jaume se atrevió a ponerlo en práctica en el Camp Nou ante Messi, y ciertamente el resultado fue favorable al meta. Nunca se podrá saber si ver al de Almenara arrodillado fue lo que verdaderamente hizo que el astro argentino no la pusiera por la escuadra, por ejemplo, pero la verdad es que Jaume le adivinó el lado por donde iba a lanzarlo y su mano derecha acabó repeliendo el balón. Posteriormente acabó en gol, pero la trascendencia de la imagen del portero del Valencia en dicha posición ha dado un impulso mayor a una situación que precisamente hace unos días se hizo famosa y por otro protagonista.
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El vídeo del Racing de Santander-Atlético Perines de categoría juvenil se hizo viral cuando Kimi, delantero del Perines, vio como Álvaro Jiménez, portero del Racing, le detenía el balón –se lo tiró al mismo lado que lo hizo Messi, a la derecha del meta– después de arrodillarse sobre la misma línea de gol y aguantar ahí casi hasta el momento de la carrera del adversario hacia el punto de penalti.
Diego Alves se convirtió en todo un especialista en el Valencia con los lanzamientos de penalti. El brasileño utilizaba la táctica de hablar con el lanzador antes para quitarle la concentración y tratar de influenciarle. Jaume tiene desde el sábado su propio método. Otra cosa es que lo repita si se diera de nuevo el caso.
El reglamento deja bien claro al respecto que los porteros tendrán que tener un único pie sobre la línea de gol, sin necesidad de poner los dos, aunque ninguno puede estar detrás de la línea de gol. Ya no deben como antes de mantener ambos pies en contacto con la línea de meta durante la ejecución del penalti, sino solo un pie.
En México, hace pocas semanas, el portero de Tigres, Nahuel Guzmán, recibió la amarilla por arrodillarse previo a que Jonathan Rodríguez (Cruz Azul) realizara el lanzamiento. «El jugador fue amonestado por mostrar una falta de respeto al espíritu de fútbol», explicó la Comisión de Árbitros.
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